10. La sorpresa.

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Narra Carolina Kopelioff. 

Lo miré a los ojos, sabía que él no la amaba.

— Sí, si quiero casarme con ella, es muy linda. — Sabía que mentía.

— Entonces por qué Tus ojos me dicen otra cosa. No la amas.

— ¡Carolina! — Tocaron la puerta, él y yo nos miramos ¿Ahora qué hacemos?

— Eh... ¿Sí? ¿Qué quieres Belén estoy ocupada?—   Le dije mientras buscaba un lugar para esconder a Agustín.

— ¡Ahs! ¡Qué ya me voy! ¡Tengo ahora que ver la comida! ¡¿Haz visto a Agustín?!

¡Carajo!

— Esté.. No...

— Bien, Adiós Carolina. — Ya no se escucho nada.

Dejé caer un suspiro, y sonreí, Al ver a Agustín con una cara burlona.

— Estuvo cerca. ¿No? — Beso mis labios delicadamente.

— ¡Vete, ahora mismo! — Le sonreí y me beso mis labios de nuevo y salió por la puerta sigilosamente.

[...]

Salí de ése lugar tan lujoso y  fuí hacía la casa de Valentina. En todo el camino pensé en Agustín, Realmente no la amaba, no quería casarse con ella. Pero ¿Por qué lo hacía?

Llegué a la casa de Valentina y toque la puerta, tarda demasiado en abrir. Así que abro la puerta y me encuentro con una escena no han agradable.

Estába Valentina ¿Con él amigo de Agustín? Michael Ronda.

— ¡Huy perdón, por interrumpir!

Valentina me mirá y Mike también se dan un beso largo, Mike se pone su ropa y se para. Se acerca a la puerta donde estaba yo. 

— Hola. Carolina ¿verdad?  — Asentí — Mucho gusto. Adiós hermosa. — Le dice a Valentina. Salió de la puerta.

— ¡¿Se puede saber qué haces?!

— Teniendo sexo con el hombre más sexy del mundo. — Se mordió el labio. Eso dió Ascó. — ¿Por qué? ¿Tiene algo de malo?

— No.. Es solo que... Es amigo de Agustín....

— ¿Y eso qué tiene? Él me gusta Carolina, de verdad me gusta. Hoy salí con él.

— ¡Wow! ¿Qué? — me senté a lado de ella.

— ¡Sii! Es un lindo, y me gusta demaciado. Y no solo para sexo. Vamos a salir hoy en la noche— Su voz, su mirada, ¡Dios! ¿Se está enamorando?

— ¿Qué? ¿Desde cuándo se hablan?

— Desde que lo conocí, sabes que si a mí me gusta alguien hago de todo.  Pero en fin, ¿Cómo te va con Agustín?

— Eehh... Bien...

— Ya te acostaste con él ¿Verdad? — mi miró con una sonrisa pícara.

— Sí, Bueno no del todo. Él es increíble. — Dije recordando todo lo que pasó.

— Me imagino, Pero ten cuidado él se va a casar con tú hermana. Solo es para un rato recuerda.

— Pero es que yo no lo veo que esa manera, siento algo por él.

— ¡No puedes estar hablando encerio! Se va a casar con Belén, con tú hermana. Debés dejarlo si no quieres sentir nada por él.

— Lo sé...

Estuvimos todo el rato platicando hasta que saco el vino y cervezas, lo único que recuerdo es que estábamos riendo demaciado.

Llegué a mi casa como pude, Y entre riéndome y tratando de hacer el menor ruido posible, pero no lo logré.

La luz de la cocina se prendió, Y no veía bien quién era hasta que escucho su voz.

— ¿No creés qué es muy noche para llegar a está hora? — Mire su hermosa carita y me reí.

— ¡Huy perdón por llegar tarde señor Bernasconi! — me reí aún más.

— Carolina ahora todos duermen, puedes dejar de reírte. — Me mirá serio.

— Haber señor Bernasconi, Usted no me puede decir que hacer y que no hacer. Entendió.

Iba a subir las escaleras, ya estaba muy cansada, Pero me agarra del brazo y me acerca a él.

— Nadie me habla así y mucho menos una niñita como tú.

— Bien. — volví a intentar subir las escaleras pero me agarró del brazo, otra vez. — ¿Qué quieres?

— Besarte. — Me soltó y me beso. Me agarró de la cintura yo coloqué mis manos en su cuello. 

Me agarró de las piernas y me alzó, puse mis piernas en su cintura. Y me sentó sobre la mesa.
Seguimos besándonos como locos. Me encanta, me gusta. Me fué quitándo mi suéter y mi blusa, quedando Casi desnuda.

—Te vez demaciado sexy. — Me beso el cuello, Yo le saque su camisa que traía Puesta. Pero pare la que sabía que en cualquier momento alguien podía bajar.

—Ah... Aquí no Agustín... — Le dije agitada.

— Te quiero hacer mía, Kopelioff. —Me dijo susurrando en mí oído.lo  mire a sus ojos. Y lo besé, sus labios son tan adictivos. Son como una droga.

—No sabes las ganas que te tengo.— Me dice sonriendo. 

— ¿Encerio? — Le iba a quitar su cinturón pero me agarró fuerte de las manos, impidiendolo.

— Aquí no preciosa.  — acercó sus labios a mi cuello y su aliento chocaba. Fué dejando leves mordidas y chupetones.

— Agustín... — Dije jadeando.

— ¿Quieres ir conmigo aún lugar? — dice mirándome detenidamente.

— ¿Estás loco? Es demaciado tarde. Nos van a descubrir.

— Tú vas a decir que te quedaste con Valentina y yo con Mike. ¿Te parece?

— No me parece una buena idea, pero está bien, Quiero saber qué tan loco estás.

Me puse mi blusa y mi suéter. Y él se puso su camisa. Salimos de la casa lentamente sin hacer ruido. Y subimos al carro. En todo el camino estábamos risa y risa.

— ¡jaja! ¿Ahora sí me vas a decir a dónde Vamos?

— Es una sorpresa.

— Pues no me gustan las sorpresas.

— Pues está si te va a gustar. — Me miró y me hizo una sonrisa... Diferente.

El camino ya se me había echó eterno, creo que estamos demasiado lejos. Me dormí un rato hasta llegar al lugar donde me quería llevar.

Te Necesito Bernasconi - AguslinaWhere stories live. Discover now