Capítulo 1

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-¿Qué es esto?- susurró para sí mismo, mirando cada papel que caía.

Eran fotos. Fotos con su familia, con sus amigos. Y, fijándose bien, notó que no había ninguna suya.

"¿Eso era lo que guardaba?"- pensó, añadiendo a su duda aún más grande: "¿Porqué no me dejaba verlo? ¿Habrá pensado que me molestaría?".

Yugyeom tomó la caja, disponiéndose a guardar las fotos, y se percató de que había algo más adentro: un cuaderno.

Lo sacó, curioso, y lo abrió. Se sentía tan culpable, pero la duda no lo dejaba pensar en algo que no fuera eso.

En la primera página, había una foto pegada con cinta; pero no cualquier foto. Era la foto de la primera vez que se conocieron.

Ninguno pasaba de los diez años. Estuvieron juntos en el taller de teatro del colegio, pero no fue allí que intercambiaron palabras.

Jungkook cantaba como los ángeles, o al menos eso era lo que el Yugyeom de ese tiempo creía ciegamente.

Era tan pequeño. Tanto que parecía frágil y temeroso, pero la forma en la que se hicieron amigos hizo que el mayor se diera cuenta que, muchas veces, las apariencias engañan.

Yugyeom estaba sentado en la puerta del salón del teatro. Faltaban unos veinte minutos para que la clase empezara. De pronto, se acercaron dos alumnos mayores. Yugyeom y el par de chicos cruzaron miradas, y el castaño comenzó a temer por su vida. Después de todo, le llevaban varios años y centímetros de diferencia.

Eso no les impedía agredir a los más pequeños de esa escuela.

-¿Pero qué tenemos aquí'- profiró uno de ellos, antes de remangar su camisa-. Parece ser una de las mariquitas del teatro.- El otro se limitó a soltar una risa burlona.

Yugyeom no respondió. No quería mostrar miedo ante ellos.

-Oye, nenita. Danos todo el dinero que tengas y no saldrás herido.

-Sí, danos todo el dinero que tengas- repitió otro, mostrando su falta de personalidad y de cerebro.

Yugyeom comenzó a temblar, aferrándose a su mochila. Los dos bravucones se acercaron a él, y el castaño ya se había mentalizado en la cama de un hospital.

Pero un golpe lo cambió todo.

Soltó una risa nostálgica y apreció tranquilamente la foto. Ambos estaban en la oficina del director, luego de que Jungkook llegara por detrás de los mayores y les golpeara la cabeza con una gran mesa, que era parte de la utilería del teatro.

Si bien no pesaba, un golpe en la cabeza fue capaz de distraerlos mientras Jungkook y Yugyeom huían juntos.

Evidentemente y descaradamente, ambos chicos se quejaron con el director por aquella agresión, y metieron en problemas a los pequeños.

La fotografía la tomo el señor Jeon, padre de Jungkook, al ver que ambos reían a carcajadas mientras esperaban su sanción.

-Sus rostros fueron un poema- burló el menor.

-No esperé que llegaras con una mesa falsa- respondió Yugyeom entre risas- Gracias por ayudarme.

-Descuida, Soy Jeon Jungkook.

-Kim Yugyeom. Es un placer.

-Me caes bien Kim Yugyeom- sonrió.

Yugyeom retiró con cuidado. Debajo de ella, estaba escrito un texto.

Aquel día Yugyeom se volvió mi mejor amigo. El tiempo que pasamos suspendidos nos pasamos jugando videojuegos y comiendo pizza y papas.

Yugyeom sonrió, pegó la foto en su lugar y pasó la página.

Lo que no te pude decir. YugkookWhere stories live. Discover now