Razón número 9:

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Odio tanto estar sola;
Que no hayas llamado aun.

Había pasado dos semanas desde que rompí con Camila y no había ido al instituto desde ese entonces.

No quería verla.

Sentía que si la veía rompería en llanto en su cara. No había recibido ni una sola llamada de su parte.

Alexa me informaba sobre cómo estaban yendo las cosas y mi tío me dejaba la tarea que tenía que hacer mientras estaba en el último año.

Mañana era el examen oral de literatura, teníamos que entregar un poema y yo no tenía nada en mente. Lo único que pasaba por mi cabeza eran los momentos, tanto buenos como malos, que pase con Camila.

Las personas dicen que del dolor sale el arte, así que tome mi lapicero y escribí lo primero que se me cruzaba en mente.

Mañana leería esto enfrente de los compañeros de Camila y enfrente de ella.

|•••|

Llegando la noche, baje un momento para hablar con mis padres y mi hermana. Quién hubiera dicho que la última de ellos me haría llorar otra vez.

—Tu tío nos dijo sobre el adelanto de año que hiciste, Lauren.— Escuche decir a mi padre.

—Sí, estoy algo arrepentida de ello pero creo que es mejor así, ¿no?— Conteste.— Quiero decir, todo el tema que están viendo me lo sé.— Continue con simpleza, haciendo que Taylor soltase una carcajada burlesca.

—Claro, Laur.— Empezó diciendo.— Lo hiciste por tu noviecita esa, no porque tú estuvieras interesada en tus estudios.— Aquello era cierto, pero por otra parte no. Me di cuenta que haber adelanto fue lo mejor, solo estaba perdiendo el tiempo escuchando sobre algo que ya se, cuando lo que yo quería era ejercer lo aprendido y aquello solo se daba en el último año.

—Taylor, no es mi culpa de tú hayas tenido que romperte el culo para pasar todas tus jodidas materias.— Mis padres no tenían problema con los insultos. Pero insultar a algún familiar no era tolerado, mi madre me pidió que me callara y la ignore.— No es mi culpa que hayas estudiado una carrera que no querías, una carrera que la estudiaste por el dinero, ¿si? Jodete, se infeliz tu misma. Pero, por el amor de Dios, a mi no me contagies aquello.— Me levanté de la mesa y me fui corriendo a mi habitación a llorar, porque por fin dije como me sentía. Lo hice sola. En estos momentos extrañaba tanto a Camila. Estoy segura de que ella me hubiera dicho algo como un: Estoy orgullosa o un bien hecho. Pero ella ya no estaba aquí, ya no más. Ahora estaba sola.

I SHOULD HATE YOU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora