Notata

609 68 6
                                    


Alec

La persona, o bueno, el demonio, que se encuentra enfrente de mí, no me parece malo. En lo más mínimo me causa temor.

Por la misma razón me molesta que piense que es una bazofia, no le conozco de nada; sin embargo, por lo poco que leí y por cómo me ha tratado, sé que es bueno.

No sé nada de demonios, nunca me han interesado los temas sobrenaturales, pero para saber más de ellos y sobre todo de él, leeré lo que encuentre.

– Siempre hemos sido repudiados Alec, es algo normal. – Dice neutral, aunque veo una pizca de vacío en su mirada.

– Si tú lo dices. – Le demostraré que al menos yo no le rechazaré. – ¿Entonces estás a mí servicio?

– Ajá. – Se pone bocabajo y cierra los ojos.

– ¿Y qué tengo que hacer para que salgas cuando te necesite?

– Solo invócame. Ya sabes mis dos nombres. – Contesta aún con los ojos cerrados.

Es extraño que un hombre esté en mi cama medio dormido y pensar que no es cualquier hombre, me hace pensar que estoy soñando.

– ¿Cuándo vas a dejar de ser tan escéptico? – Junto las cejas ante su pregunta.

– ¿Lees mentes? – Porque eso pareció.

– No... Pero tú silencio y contestarme con esa pregunta, me lo dice todo. – Siempre he sido fácil de leer y mis expresiones son sinceras. A veces no me gusta no poder ocultar lo que pienso.

– ¿Tienes sueño? ¿Los demonios duermen? – Cada segundo que pasa, su respiración se relaja y de no ser porque me contesta, pensaría que ya se durmió.

– Dormimos determinadas veces, no es necesario dormir como ustedes, pero sí debemos descansar para retomar energía por así decirlo.

– ¿Y tienen hambre? – Al escuchar mi pregunta abre el ojo que no le tapa la almohada y levanta delicadamente su ceja.

– No quiero que llegues a la pregunta de "¿cómo hacen del baño los demonios?" así que te diré que somos como los humanos solo que con poderes y muy malvados.

Su respuesta me hace poner mis mejillas rojas, agradezco a la poca luz que hay y que haya cerrado los ojos nuevamente, me pondría más rojo si me ve.

Ahora que tiene los ojos cerrados nuevamente, observo detenidamente cada detalle de él. Es raro porque parece un humano normal.

Se ve algo alocado por su vestimenta; ya que, brilla y tiene varios colores muy llamativos. Su piel es morena y tiene la cara muy varonil.

Su cuerpo está bastante fornido y se nota que el pasar de los miles de años que ha vivido, no recaen sobre él.

En dos palabras, es guapo.

***

Los días pasan con normalidad. Magnus aparece en las noches y hablamos por unas horas en silencio, se ha hecho parte de mi "ritual" antes de dormir el hablar con él.

No he querido que mi hermana se entere de él porque sé que se volvería loca, lo bueno de que tiene novio es que anda más distraída y no se da cuenta de lo que hago cada noche.

Magnus me ha narrado cosas divertidas que ha vivido, sobre todo con su fiel amigo Bifronte, que para los humanos se llama Ragnor.

Le he platicado de mi vida y mi familia. Por lo general soy reservado y algo serio pero con él hablo con mucha naturalidad. Como si nos conociéramos desde siempre.

AGATHIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora