2. Insomnio Perceptivo

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Son las tres con cuarenta y dos minuto de la mañana,
no he dormido nada aún.

Tengo una remera en mi pecho que desearía fuese tuya,
que tuviese tu perfume impregnado,
o mejor aún,
que tú fueses esa remera.

Estoy agobiada con el calor infernal, cuando el único infierno que quiero sentir es el tuyo.

La piel me quema, la sangre me hierve.

Ya son las tres con cuarenta y ocho, estoy de costado;
mirando hacia la izquierda.

Se vislumbra mi silueta completa sin faltar ninguna curva en ella.
Estoy hecha un desastre,
mi cabello está todo revuelto y despeinado con varias hilachas fuera de lugar.

Siento como mi piel emanar calor.
Me está consumiendo el agotamiento y cansancio;
la brisa me relaja un poco.

Tengo los auriculares con una pista muy agradable,
escucho una de las tantas que me dedicaste,
nos dedicamos.
Me reservo su nombre.

Ya son las cuatro y sólo quiero estar en tu cuarto,
habitación,
pieza...
Como sea que le quieras llamar.

Tan sólo quiero contemplarte mientras duermes.
No debe existir acto más hermoso que ése.

No lo negaré,
me sería imposible no tocarte, acariciarte; mientras te observo tan vulnerable en un profundo sueño.

Ya son las cuatro con treinta minutos,
fui a darme un baño.
Seguí tu sugerencia,
lo hice con champú o como dirías vos, shampoo.

Creo que nunca antes había estado tan atenta al bañarme.
Realmente,
a pesar de mis marcas y marquitas, tengo una piel muy suave.

Noté tener un rasguño en la parte media de mi brazo derecho y tres granitos en mi hombro;
al igual que tener la piel más firme y un poco más grandes los senos.

Quizás esto último sea cuestión de percepción ya.

Son las cuatro con cuarenta,
estoy en toalla acostada en mi cama; anteriormente,
me encontraba en el sofá.

A pesar de haber sido complicado quitar el shampoo de la piel,
me quedó muy suave;
además,
desprende una fragancia muy agradable.
Creo que,
después de todo,
también soy muy olfativa,
así como usted.

Espero que hayas podido recuperar el sueño
y puedas tenerme contigo así sea de esa manera.
Quiero que sepas que siempre voy a estar junto a ti,
sea de la manera que sea,
de esa que usted por supuesto quiera y permita.

Sé que quizás no debería decirte esto...
Pero te amo.
Espero encontrarme contigo en nuestros sueños.

Cuatro con cuarenta y ocho minutos.

Los Días Sin TiWhere stories live. Discover now