Yo moriría por ti...

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Esa era una noche muy tormentosa para el corazón del aclamado héroe protector de París. La fría ventisca le acompañaba, estaba sufriendo por ella otra vez.

-Que me dieras tu amor era lo único que pedía - suspiró rendido; a sus fosas nasales llegó el humo de la última vela que quedaba encendida en la azotea, el aura romántica se desvanecía con cada objeto que recogía.

Le había tomado toda la tarde preparar una cena romántica para su dama de traje escarlata, pero ella se había marchado en medio de la velada.

"Esto no puede suceder, Chat... sabes que estoy enamorada de otro chico, hagamos como si esto nunca sucedió"

Fácil aceptó y fácil se marchó del idílico escenario, la noche anterior le había propuesto el especial encuentro entre ambos y ella confirmó con una cálida sonrisa su asistencia.

- Dijiste que me querías Ladybug, pero eres una mentirosa- espetó con enfado

"Yo te quiero mucho gatito"

Recordó la dulce sonrisa de todas las veces en el pasado cuando de sus labios de cereza salía esa codiciada palabra, más fue mal interpretada cada vez que ella se la regalaba. Pero simplemente ella lo veía como su mejor amigo, a pesar de no ser capaz de revelar quién se escondía detrás de la máscara, "por seguridad y deber" según ella decía.

- Mi lady... ¿Por qué no entiendes que podría atrapar una granada por ti? - se dirigió a la luna, su única compañera cual gato solitario maullándole sus más profundas penas.

- Haría cualquier cosa por ti y lo sabes - suspiró apoyándose en el barandal, atisbó una azotea iluminada por focos de diferentes colores y aquello le llamó la atención; se encontraba muy cerca del hogar de su amiga Marinette, pero no siempre podía depender de ella para sentirse animado además de que ella tenía sus propios problemas con el chico que amaba, era curioso como ambos caminaban sobre la misma línea del amor no correspondido. Finalmente decidió seguir lamentándose en solitario esa noche.

Recogió todo y lo arrinconó, mañana se lo llevaría o simplemente lo dejaría allí por si alguien más necesitaba de velas, platos y cucharas, más de una docena de velas y un ramo de rosas rojas.

El rubio adinerado había escapado de casa sigilosamente y con un poco de dificultad trasladó el teclado que recientemente había adquirido pensando en que sería más fácil transportarlo que su convencional piano, todo para dedicarle melodías a su hermosa dama de mirada celeste; volvería a pasar por las clases tortuosas de piano, solo para deleitarse con esa sonrisa que tanto amaba. ¡Porque sí!, Ladybug amaba cuando él entonaba una pieza para ella. Sin embargo, eso no bastó para ganar su corazón.

- Tomas todo y no das nada... - recitó antes de saltar al vacío con lo que se había convertido en un fiel compañero cada que tenía que cazar a la dama escarlata, más tenía suerte cuando ella se dejaba encontrar.

Viajando por los tejados la curiosidad le ganó, alguien más amaba su música tanto como su lady y esa era su compañera de clase que cada vez se volvían más cercanos. Un pensamiento estaba surcando su mente desde hace un tiempo no tan lejano «Marinette es una chica perfecta para enamorarse».

Sabía que ella sufría por amor y era algo que compartían ambos, pero no podía evitar la rabia al pensar que el chico que se había fijado su amiga era un maldito afortunado, pues ella lo amaba como quisiera ser él amado por Ladybug.

Se detuvo en el tejado del edificio diagonal a la casa de su compañera de clases, aún estaba indeciso en ir a molestarla con sus absurdos problemas sentimentales, así que decidió contemplar un poco el panorama, desde donde se contrataba tenía una vista perfecta al parque donde las parejas disfrutaban felices del paseo nocturno.

❂GRENADE❂ - [One-shot] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora