capítulo tres

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Día 1


Llegamos al puerto y mi papá me despertó ya que me había quedado dormida. Rápidamente bajamos las cosas del auto y adormilada tomé las mías. Caminé detrás de mi papá y mis hermanos. Ellos venían admirando el hermoso crucero blanco que estaba frente a nosotros. La verdad es que era enorme y hermoso. Se veía bastante lujoso. Me sentí como si fuera el Titanic, me pregunto si acá me encontraría con un Jack. 

Caminé aún más y luego nos encontramos con la parte donde subían todos los pasajeros, donde había unas pequeñas rampas por la cual todos los pasajeros estaban subiendo. Yo iba cargada con mi mochila, mi valija roja y además el estuche de mi guitarra.

Sentí que me llevaba a alguien por delante. Frente a mí se encontraba un chico de unos... ¿30 años? Tenía una sonrisa en su rostro y unos anteojos de sol.

- Perdón –dije.
- No pasa nada, las damas primero –dijo con un ademán. Yo le sonreí y seguí caminando hacia dentro del crucero.

Al entrar estaba frente a nosotros un lobby enorme que se dividía en muchos pasillos y ascensores. Estaba lleno de gente, todos admirando cada detalle que el barco tenía. Yo estaba igual que ellos, mirando a todos lados. Cuando quise comentarle algo a mi papá me di cuenta que ya no estaba a mi lado. Alguien tomó mi brazo y yo asustada me zafé rápidamente.

- Perdón –dijo el chico mismo chico con el que había chocado hace unos minutos- El señor que venía con vos te está buscando, está por allá –dijo señalándome el siguiente ascensor. 

- Gracias –dije y caminé hacia allá. Mi papá me miró molesto.

- ¿Dónde estabas? –preguntó presionando el botón para que el ascensor viniera.

- En la entrada, me perdí.

Subimos al ascensor y adentro estaba un chico que era el encargado del mismo, como en las películas.

- Estoy emocionada –dijo mi hermana, yo le sonreí. Ella era una linda chica, una hija obediente y sumisa. Lo que yo no era. Ella era alta y tenía el cabello castaño pero ondulado. Sus ojos eran hermosos y de color verde. Enganchó su brazo en el mío, regularmente me quitaba pero hoy no quería ser mala con ella. Fruncí los labios y allí se detuvo el elevador.

- Gracias –le dijo mi padre al chico. Él asintió y cerró de nuevo la puerta. Estábamos en un pasillo enorme y lleno de puertas. Mi padre se paró frente la 640-A y sacó las llaves.

- Esta va a ser la habitación de Joaquín y mía –dijo metiendo la llave. La suya es la que está al lado, es una suite –Anunció. Cuando dijo eso prácticamente se me formó una sonrisa traviesa en los labios. Viajaría con mucho lujo esta vez.

- ¿En serio? –dije levantando una ceja. Él me entrecerró los ojos y luego de aventar su maleta hacia adentro de la habitación, se cruzó de brazos frente a mí.

- No quiero que rompas nada, esto es lujoso y es importante para mí que se comporten. Por favor, Isabella, sé una persona más responsable, ya no tienes doce años.

- Solo dame la llave –dije molesta por su comentario.

-Sofi, cuídense –dijo dándole las llaves a mi hermana.

Ella metió las llaves a la cerradura de la puerta y luego de ver un botoncito verde prenderse, esta se abrió. Al entrar vimos como una salita se asomaba frente a nosotros, era color negro y la sala era totalmente blanca, frente al sillón había un televisor de plasma. Detrás había un pequeño escritorio con una lámpara. Además en una esquina en un estante de caoba encontramos muchas botellas de diversos licores. Era un minibar. Dentro de una puertita había un refrigerador pequeño, esto era realmente genial. Había ventanas por donde se filtraba la luz y nos dejaba ver la ciudad pues el barco aún no zarpaba.

Caminamos hacia la habitación y encontramos dos camas individuales separadas por un buró con una lámpara sobre él. Abrimos la puerta del baño y encontramos una regadera con llaves por todos lados y una tina de hidromasaje, este viaje sería a todo lujo y extensión de toda la palabra. Esto sería genial. Por fin me olvidaría de todo, de mi pasado y viviría todo mi presente.

-¿Queres ir a dar una vuelta alrededor del barco? –preguntó mi hermana ansiosa.

-Si, esperá que agarro mi cámara, me gustaría sacar algunas fotos.

-¡Sí! –dijo ella emocionada- Me quiero cambiar de ropa, siento que me veo demasiado... ciudadana –dijo debido a su blusa de vestir y falda floreada. La miré de arriba a abajo y luego reí.

- Cambiate, te espero –dije sacando mi cámara y algunos lentes especiales. Luego noté como ella salía con un short de mezclilla y una camisa azul cielo, decía con palabras blancas, "Rock".

Salimos de la habitación y caminamos hacia el ascensor. Ahí estaba de nuevo el chico. Tenía un cartel  que indicaba su nombre.

- Te llamas igual que mi hermano –dije sonriente y él se sonrojó-, podrías dirigirnos a la cubierta principal, por favor.

- Claro –dijo él.

- Esperen –dijo alguien cuando la puerta estaba a punto de cerrarse. Era el chico de anteojos que me había chocado hoy, traía puesta una camisa blanca y unos jeans largos con Vans. Solo que ahora no tenía anteojos. Me sonrojé un poco pues él sonreía de oreja a oreja y no podía evitar sonreírle.

- Lo siento, voy... a... arriba pero no recuerdo el nombre –dijo el chico. Pasó su mano entre su cabello y yo reí.

- ¿A la cubierta? –pregunté inocentemente.

- Sí –dijo riendo-, gracias, tenía el nombre en la punta de la lengua.

- Claro –dije sarcásticamente.

- Me llamo Gonzalo –dijo dándome su mano, yo se la estreché y sonreí.

-Soy Isabella y ella es mi hermana Sofía -dije, él se giró y la vio. Le dio un fugaz vistazo de arriba a abajo y luego noté cómo sus mejillas se pusieron coloradas.

- Es un placer conocerte –dijo tímido- conocerlas, perdón –dijo. El timbre del elevador sonó y él sonriente salió caminando o prácticamente trotando. Nos dedicó una sonrisa y luego desapareció entre la gente.

- El chico... es lindo –dijo mi hermana sonrojada. Yo no podía creer que ella dijera algo así de un chico que a penas habíamos visto.

- ¿Lo decís en serio? –dije mientras salíamos del ascensor y nos metíamos entre tanta gente. 

- Si, ¿qué, acaso me lo vas a negar? –preguntó parándose cerca del barandal, nos sentamos en los bancos que había ahí.

- No, no te lo voy a negar, la verdad es si es lindo –dije mirando hacia el océano.

Luego de un rato de hablar vimos como el barco zarpaba. Al principio sentí un leve mareo, pues sentí como se comenzaba a mover lentamente. Le sonreí a mi hermana quien se veía realmente feliz de dejar todo atrás. A mi lado derecho se sentó mi hermano quien estaba con una sonrisa de oreja a oreja viendo a todas las chicas que pasaban atrás de él. Negué con la cabeza y comencé a tomar fotografías. 

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Bueno quiero contarles LO DIFICIL que es adaptar esta novela porque: en realidad el chico protagonista y sus amigos son CANTANTES y no futbolistas, pero bueno... 

Y otra cosa es que como que la chica habla en neutro (?) y estoy intentando hacerla más argentina, entonces tengo que cambiar palabra por palabra y ufff que cuesta, jajaja pero es una de mis novelas preferidas de cuando era más joven ahre y así que espero que les guste!

Messages | Paulo Dybala | {Adaptada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora