— _______ —hasta yo podía escuchar su sonrisa.

— ¡Justin!, ¡hola!, ¿cómo estás? —dije con una estúpida sonrisa en mi cara y todo el mundo me estaba viendo, me sonrojé.

— ¡Bien, bien!, ¿y tú? —dijo él, sentí que estaba caminando con alguien, al parecer.

— Bien, me alegro por ti. ¿Qué estás haciendo? —dije mientras veía el reloj, eran las cuatro de la tarde aquí, entonces, allá eran las doce del medio día.

— Voy en camino hacia el aeropuerto —dijo él, yo realmente dejé de respirar.

— ¿Ah, sí?, ¿y a dónde vas? —dije yo. Sentí su sonrisa. 

— Mis padres tienen unos negocios que atender, y bueno, cenaran con los reyes de Reino Unido —dijo él suspirando. Mi corazón ahora paró.

— R-Rino U-UUnido? —tartamudié.

— ______, voy en camino a Londres —él susurró.

Y mi celular cayó.— ¿_____?, ¿_____ me escuchas? —dijo en la línea mientras recogía mi celular.

— Sí, sí —dije, mis manos temblaban.

— ______, era una broma —dijo riendo. Arrugué el ceño y no pude creer lo que dijo.

— ¿Una broma? —susurré.

— Sí, una broma —dijo aún riéndose.

— ¡¿Una maldita broma?! —grité mientras mi rostro se volvía rojo, pero no de vergüenza, sino que de rabia.

— ¡Ouch!, ¡mi oído! —dijo él.

— ¡¿Era una puta broma?!, ¡¿en qué mierda haz pensado?!, ¡me has dado un susto de muerte, joder! —dije, pero en realidad no había sido un susto. Estaba decepcionada.

— Sweet, deja de gritar, mi oído está temblando por tus gritos —dijo suavemente. — Vamos, respira profundo, inhala, exhala, tranquila —dijo él. Yo hice todo lo que me pidió— Ahora, cuenta en tu mente hasta diez —dijo, volví a obedecerle. — Suspira —lo hice. —Bien. ¿Estás más tranquila? —dijo él.

— Nunca más en tu vida vuelvas a bromear con algo como eso, ¿está bien? —dije aún molesta. Realmente me había enojada. 

— ______ lo siento, ¿vale?, pero lo de mis padres es cierto —sentí su sonrisa— yo no puedo ir por la universidad, lo siento —dijo ahora con una voz triste. Y eso me pareció más dulce del mundo. Pero aún estaba enojada.

— Ah.

— Por favor, no te enojes conmigo sweet, sólo era una pequeña broma —su voz parecía que estaba triste. Mi corazón se encogió.

— ¿Pasa algo?

— Sólo quería reírme un rato —dijo. Arrugué el ceño. Algo no iba bien.

— Justin, ¿estás bien? —dije. Él suspiró profundamente.

— No. 

Jadee. Me dolía cuando él no estaba bien.

— ¿Qué ha pasado? —dije mientras caminaba rápidamente hacia el baño de chicas. Él volvió a suspirar, y pude imaginarlo rascarse la nuca.

— Nada, sólo que estoy un poco triste. Pero pasará, no te preocupes, amor —dijo. Mi corazón fue aún más rápido que con lo de Londres. Me llamó amor. Me llamó amor. Joder, ¡Él realmente lo había hecho! — ¿______?, ¿estás ahí? —dijo él gracioso. Sonreí.

— Sí, sí, sólo estaba pensando en tu palabra. —dije mordiéndome el labio inferior.

— ¿Mi palabra? —dijo él gracioso. Asentí, joder, él no podía verme, idiota.

— Sí, dijiste ''Amor'' —dije haciendo comillas. Y otra vez.

— Ah —él volvió a suspirar, parecía un suspiro profundo. —Lo siento si te molestó —dijo, lo escuché sentarse en un lugar, había mucho silencio.

— ¡No, no!, para nada —contesté lo más rápido posible. 

— Sólo, sólo... se me salió, tú eres tan malditamente dulce que mereces ser llamada como tal, dulcemente —dijo, quise derretirme, cerré los ojos, mientras escuchaba su calmada respiración.

Me gustaba, lo quería, me estaba enamorando de él, aún sin conocerlo personalmente.

— Me gustaría abrazarte —susurré en un volumen bajo. Él volvió a suspirar, un suspiro desgarrador y de pronto lo escuché gruñir. 

— A mí me gustaría tenerte aquí —dijo él en un susurro también. ¿Qué nos estaba pasando?

— Justin, ¿qué pasa? —dije preocupada. Por él y por un ''nosotros''.

— No lo sé —lamí mis labios— sólo... sólo que... estoy confundido —dijo y pude apostar que sus rostro tenía una expresión de sorpresa.

— ¿Por qué? —ahora si sentía mi corazón corriendo, pero muy rápido. 

— ______ —dijo. Cerré los ojos fuertemente. —Yo-yo —¡mierda!, él esta tartamudeando. —Nunca me he sentido así —dijo. — Es un extraño sentimiento —arrugué el ceño. — Yo te adoro mucho, tal vez más de lo que debería.

Ahora sí quedé sin respiración.

— ¿Qué? —dije como si estuviera ahogándome. 

— Lo siento —se disculpó. — Eres muy joven.

Rodé los ojos.

— Cumpliré dieciocho años —dije entre dientes. Él rió.

— Y yo mañana veinte y cinco —dijo con la voz amargada. 

— ¡No cambies el tema! —dije riéndome. Él también rió.

— ¿Me saludarás para mi cumpleaños? —podría jurar que su voz tenía un tono dulce y tierno. Suspiré mientras tenía una estúpida -otra vez- sonrisa en mi rostro. 

— Por supuesto que sí —sonreí— nunca te dejaría sin mi saludo —dije.

— Pues, me alegro, lo estaré esperando ansiosamente —dijo. Sonreí mientras cerraba los ojos. —Tal vez debería de irme. Te compré esa tarjeta de número de skype sólo para hablar conmigo, eh —dijo, y yo volví a reír. Ese había sido el encargo de Justin para Jack— Y además, tienes clases —asentí mientras escuchaba -vaya la hora- el timbre anunciando que el receso después de cada almuerzo había acabado.

— Sí, tienes razón... ¿hablaremos hoy en la noche? —el suspiro.

— No lo sé, mis amigos... tienen preparado algo para mí está noche —dijo él. Suspiré, al parecer no podría hablar con él.

— Entonces, sería hasta mañana —le dije tristemente. Él rió dulcemente. 

— Mañana sólo será para ti, hasta las nueve de la noche —dijo él riendo. Y yo reí mientras sentía que me estremecía con cada palabra que decía.

— Vale —susurré.

— Hablamos luego —dijo él, también susurrando.

— Sí.

— Adiós Sweet —dijo él. Sonreí y negué con la cabeza.

— Adiós Justin —dije y él colgó.

Omegle ➳ j.bWhere stories live. Discover now