Parte 2: El secreto

12 0 0
                                    

Después de lo que ocurrió en mi sueño, un gran choque se sintió en mi cuerpo; lo primero que observé fue a mi querida madre llorando desconsoladamente sola junto a mí. Antes de hablarle reflexioné y me di cuenta de que en el lugar en el que me encontraba era un cuarto de hospital.
Toqué a mi madre, ella reaccionó muy alegre, así que con mi voz ronca y casi sin habla, apenas reanimada le pregunté:

- Mamá, ¿qué es lo que hago aquí?

Mi madre alegre y con lágrimas en su rostro respondió con voz suave y solloza:

- Pequeña mía, tocaba a tu cuarto, pero no me respondías así que decidí pasar y te vi recostada en tu cama y se me hizo muy extraño que no te movieras, así que decidí tomarte el pulso -en ese entonces mi madre era enfermera- y la sensación de tu pulso estaba muy bajo. Entonces decidí llamar a emergencias. En esos segundos tú dejaste de respirar, pero la ambulancia llegó rápidamente, los paramédicos volvieron a tomarte el pulso, pero tu pulso ya no existía. Uno de ellos trató de darte RCP, pero los intentos fueron inútiles, intentaron varias veces cuando íbamos en la ambulancia hasta que en uno de esos intentos ya con el desfibrilador lograron reanimarte. Ya estando en el hospital te tuvieron que intubar hasta ayer que te lo quitaron el respirador, pero el doctor que te atendió dijo que habías sufrido un paro respiratorio; le pregunte que fue lo que había ocasionado aquel paro, pero no me supo responder. (Hasta hoy que has despertado del coma.)
Estaba sorprendida por el relato que mi madre me había contado, debido a que recordaba vagamente lo sucedido y en mi memoria sólo estaba el choque que sentí. 

Al siguiente día que me levanté me dijo mi mamá que me tendría que quedar un par de días más. 

Esperé hasta que por fin regresamos a casa; en el momento que nos sentamos en el comedor le hice saber a mi mamá del porque yo no reaccionaba cuando me encontró desmayada en mi cuarto... Mi madre balbuceó y dijo: 

-Te quería llevar y que estés junto a él. 

Al oír ese pequeño balbuceo le replique: 

- ¿¡Qué!? 

Mi madre sabía que si le había entendido. Me dijo: 

-Nada, no he dicho nada, Meli. 

Me retiré a mi cuarto.

Pero en ese entonces mi padre llegó de su gran viaje de trabajo.
Al bajar lo noté preocupado y asustado al mismo tiempo, y me pareció raro, porque la única vez que se había visto así fue cuando la depresión me atacó fuertemente, dejando una huella permanente en mí, ocasionando que me lograse unir al juego del "Unicornio Marino".


----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


El juego del "Unicornio Marino" es una similitud al de "La ballena Azul"(por algunos lo conocerán)

////¡Hola a tod@s!

////Está es una pequeña historia un poco significativa a mi, espero les guste en realidad yo no ////soy de esas personas que habla y mejor se expresa escribiendo.

¿Realmente eres Tú?Where stories live. Discover now