No todos los días son malos

336 25 0
                                    

Tiffany

- Amor despierta- me besó.

- ¿Eh?

- Estás toda babeada- rió.

- ¿Era un sueño?

- ¿Que?- sonrió.

- ¿De donde vienes?

- De quedar con Vanessa- hice una mueca.

- ¿Entonces no era un sueño?

- ¿Que sueño amor?

- A ver, he soñado que te buscaba porque no me mandabas el mensaje de que ya habías llegado y cuando te estaba buscando llegué al lago.

- ¿Al que iba con Vanessa?

- Si ese. Pues eso, que estabas ahí con ella y te dice "te amo" y entonces tú respondiste "y yo" y la besaste.2

- ¿En serio?- rió.

- Pues a mi no me hace ni puta gracia, he sufrido ¿sabes?

- Tranquila, ya estoy aquí, no me he besado con Vanessa.

- ¿Que has estado haciendo?

- Escuchar un rumor.

- ¿Que rumor?

- Se rumorea por ahí que tú y yo nos vamos a casar- sonrió.

- Yo no he escuchado ese rumor.

- Normal, lo he iniciado yo.

- ¿Tú?- sonreí.

- Si, yo- se acercó más a mi mientras sonreía.

- ¿Tú quieres que nos casemos?- esta vez fuí yo la que se acercó a ella.

- Lo deseo todos los días- dijo ya rozando mis labios.

- Yo también deseo lo mismo.

- Podemos hacer que nuestro deseo se cumpla- seguía rozando mis labios.

- ¿Que tal si empezamos cumpliéndolo con un beso?

- ¿Eso quieres?- sonrió.

- Demasiado- sonreí boba. Tenerla a tan poca distancia me hacía sonreir así, no solo tenerla cerca me hacía sonreir boba, ella en general me hacía sonreir boba y no solo boba, me hacía sonreir de todas las formas que existiesen.

- Entonces haré lo que quieres- sonrió y me besó.

- ¿Me prometes que solo me vas amar a mi?

- No quiero prometer cosas que luego no voy a cumplir.

- ¿Que?- la miré dolorida- ¿No me amas?

- A nuestra hija o hijo tonta, no te puedo amar solo a ti cuando tengamos hijos- sonrió, suspiré de alivio y la besé.

- ¿Como se puede querer tanto a una persona?

- ¿Quieres que te lo explique con besos?

- Toda mi vida por favor.

- Entonces empecemos con la clase- me estuvo besando hasta que el timbre sonó, no se por cuanto tiempo estuvimos besándonos pero aseguro que no fue poco.

- Siempre igual.

- Deberíamos irnos a la montaña a vivir, sin que nadie nos interrumpa.

- Si, ¿me acompañas?- extendí mi mano esperando que la agarrara, y así lo hizo, entrelazó nuestros dedos con esa sonrisa que tanto me encantaba.

Fingiendo Ser Su Novia - TaenyWhere stories live. Discover now