Cualquiera puede ser asesinado (I)

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- ¿Será por los Horocruxes? ¿Se estará muriendo? - dijo Ron extrañado.

- No, pero creo que está herido. En ese caso ahora es mucho más peligroso.

Los cuatro amigos se miraron buscando un plan y optaron por acercarse a Hogsmade y entrar por el pasadizo secreto de HoneyDucks.

Llegaron al pueblo de noche bajo una espesa capa de nieve. Todo parecía tranquilo hasta que voces de mortífagos en su búsqueda les hicieron esconderse de ellos detrás de unas mesas de madera. Pero los secuaces de Voldemort se acercaban a ellos cada vez más. Todo parecía perdido, hasta que una voz llamando a Harry desde una casa les salvó. Una voz cuyo propietario les heló la sangre.

- ¿Le has llegado a ver? Por un segundo creí que era... - comenzó a decirle Ron a Darcy al entrar en la casa.

- Lo sé. Dumbledore. A mí también me lo ha parecido. - dijo Darcy extrañada.

Pero nada más llegar al salón de la pequeña y oscura casa se dieron cuenta de que no era él sino un hombre muy semejante a él, su hermano: Aberforth. Darcy se acordó de las palabras de los mortífagos cuando se encontró con Narcissa y recordó que también buscaban a Aberforth.

- ¿Estáis locos? Os buscan desesperadamente. - les dijo dándoles la espalda.

Pero, en cuanto se dio la vuelta, su rostro cambió. Al ver a Darcy, sus ojos se abrieron mucho.

- Pensé que estabas muerta. Todos pensamos que estabas muerta.

- Draco me sacó de allí y me salvó la vida. - explicó Darcy.

Aberforth se dio la vuelta de nuevo, se acercó rápidamente a una especie de radio antigua con micrófono y dijo:

- La leona ha regresado con su manada. Repito, la leona ha regresado a su manada.

Los cuatro amigos no entendieron mucho pero no le dieron mucha importancia. Tenían otras prioridades: entrar en Hogwarts. Harry le explicó a Aberforth su plan mientras Hermione, Ron y Darcy comían en condiciones desde hace mucho tiempo. Tenían Hogwarts a escasos kilómetros. Parecía tan fácil y a la vez tan complicado. Los pasos de los mortífagos se oían a lo lejos y no podían salir. Era imposible.

- No podéis entrar en Hogwarts. Snape es el director y los hermanos Carrow torturan a los alumnos. - dijo Aberforth asustado.

- Tenemos que hacerlo. No hay otra opción. - dijo Harry suplicándole. - Ayúdanos a entrar.

Aberforth dudó unos instantes y después se acercó a un cuadro de una joven encima de la chimenea, su hermana fallecida: Ariana. Y le dijo que ya sabía lo que hacer. Los tres amigos se acercaron al cuadro y observaron como la muchacha se alejaba y al rato volvía con alguien. De pronto, el cuadro se abrió y un joven magullado apareció varita en mano: Neville.

- ¡Neville! - dijo el cuarteto emocionados por ver de nuevo a su amigo.

- ¡Chicos! ¡Qué alegría veros! Sobre todo a tú Darcy... - dijo Neville igual de emocionado.

Los cuatro amigos se despidieron de Aberforth y se adentraron en el cuadro. Neville les contó durante el trayecto el motivo de sus heridas, las torturas de los Carrow... Hogwarts había cambiado, y mucho. Al llegar al final del pasadizo, otro cuadro se abrió dejando ver a una veintena de alumnos de Hogwarts, sus amigos.

- Chicos, traigo buenas noticias. - dijo Neville nada más llegar dejando a sus amigos a la vista.

En cuanto sus compañeros los vieron, volvió su esperanza. Hermione y Darcy bajaron corriendo a abrazar a sus compañeras de piso, sus amigas que hacía muchos meses que nos las veían. Todo el mundo estaba feliz de verlos, sobre todo de ver viva a su amiga Darcy.

Corazón de Profecía (Draco Malfoy & Darcy Healey)Where stories live. Discover now