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Entonces visitó a su amiga, la cual recientemente se había teñido las puntas de rojo. “¡Nunca más vuelvo a hacer esto! El rojo tiñe todo, todo, Josh, mis sábanas están rojas, mi pijama, mi vestido que usé para Navidad, es un desastre”

Josh la culpa a ella por esta situación.

Era Marzo, el frío del invierno ya había cedido, ahora remplazado por el agradable calor de primavera, pero primavera significaba más lluvias, eso significaba que Josh se teñiría por lo menos cinco veces en esta temporada.

Rojo, eso era lo único que podía pensar mientras buscaba en la sección de tintes lo que quería, lo encontró, lo compró y corrió a su casa lo más rápido que pudo para teñirse.

Esta vez Josh salió con un saco blanco y una camisa blanca con rayas negras que iban en todas direcciones, Josh se sentó en el columpio y miró el piso, las gotas caían al piso rojas, sabía muy bien que ya se tenía que despedir de ese saco y esa camiseta.

Josh no escuchó los pasos acercándose, no escuchó como alguien abría un paraguas detrás de él, no sintió la mano que quería posarse sobre su hombro, pero sí sintió el paraguas cubriéndolo de la lluvia y sí escuchó como alguien se aclaraba la garganta. Rápidamente, Josh volteó solo para encontrarse con el chico misterioso, ahora las miradas cambiaron, Josh le mostró una mirada de confusión mientras el chico le respondía con una mirada vacía.

-Te puedes resfriar- Fue lo único que dijo el chico antes de voltear y volver a caminar, Josh se paró rápidamente, el paraguas en mano y se dirigió al chico.

-¿Por qué me diste esto?- Josh preguntó confundido, ambos se habían visto tantas veces, pero al chico nunca le importó Josh.

-Porque te puedes resfriar- El chico respondió sin mirar atrás.

-Eso nunca pareció importarte- Josh dijo cerrando el paraguas y caminando frente al chico, haciendo que este parara sus pasos, Josh le devolvió el paraguas—Nunca tuvo que importarte-

-Pues me importa- El chico le tiró el paraguas a Josh—Ahora vete, te puedes resfriar- A Josh le parecía que el chico tomaba la frase “Te puedes resfriar” como si fuera un maldito chiste y Josh no soportaba eso.

-Si me quiero morir bajo la lluvia, lo hago, ¡Qué Dios venga, haga llover y me destruya!- Josh exclamó completamente cansado de la situación, ¿Por qué mierda le importaba al chico ahora? ¿Por qué mierda le da un paraguas?

El chico paró en sus pasos y volteó, su mirada completamente seria.

-Te he estado viendo por un maldito año en el mismo puto lugar, viendo como un tinte diferente cae por tu cuello, empapando lo que sea que estés usando del color de ese maldito tinte de por vida, eres igual que yo, un idiota que quiere que la gente se sienta mal por ti, y, ¿Qué crees? Lo hiciste, me siento mal por ti, te ves tan miserable bajo la lluvia, no puedo verte así, así que, toma el puto paraguas y vete de este jodido parque, te puedes resfriar- Josh estaba estático, no podía creer que el chico se sentía mal por él de todas las personas.

-Yo…yo—

-No digas nada y vete- El chico ordenó, obviamente enojado.

-¿Quieres venir conmigo? Te puedes resfriar- El chico parecía completamente ofendido por la frase.

-No te burles de mi- El chico dijo desafiante, acercándose a Josh y apuntando su dedo hacia él.

-No me estoy burlando de ti- Josh dijo con seriedad—Te he estado viendo todo un maldito año caminar por ese mismo camino con toda tranquilidad, tu capucha arriba, como si eso te fuera a proteger de la lluvia, he visto cómo me has mirado, con confusión, como si yo fuera el loco por estar bajo la lluvia, y, tienes razón, somos iguales, dos idiotas que buscan dar pena por hacer tonterías como estas, y, ¿Sabes? Lo hiciste, me das pena, te ves tan solitario así, caminando con la cabeza cabizbaja en la lluvia, no lo soporto, así que, acepta mi puta oferta y ven a mi jodido departamento conmigo, te puedes resfriar- Los roles se invirtieron, el chico estaba sorprendido, pero suspiró y dejó salir una risa desganada. 

-Solo voy si usas el paraguas- Josh rodó los ojos, abrió el paraguas y se tapó con él.

-¿Feliz?-

-Algo- El chico metió sus manos en el bolsillo del canguro—Vamos a tu jodido departamento- Ambos empezaron a caminar en silencio—Oye- El chico dijo, Josh lo miró—¿Puedo saber tu nombre? Estoy cansado de llamarte “El chico del columpio” en mi cabeza- Josh rio, ambos tenían un apodo para el otro sin saberlo.

-Joshua, pero mis amigos me llaman Josh- Josh dijo metiendo su mano en el bolsillo de su saco—¿Y cuál es tu nombre? Estoy cansado de llamarte “El chico misterioso” en mi cabeza-

-Tyler, pero mis amigos me dicen Ty- Volvieron al silencio—¿Soy tu amigo?-

-Eso solo después de la tercera cita- Josh dijo con seriedad, haciendo que el chico, Tyler, dios, se sentía bien poner un nombre a la cara; riera.

-Tomaré eso como un no, Joshua-

-Por mí bien, Tyler.