Encuentro infernal

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  —¡Corre Venus, corre!

Marduk me tomó del brazo y echamos a correr a toda velocidad dejando atrás a los tipos del bar totalmente aturdidos.

La explosión pudo haber ocurrido a medio kilómetro de donde estábamos, pero sacudió cada centímetro de nuestro cuerpo, dejando un eco vibrante en los oídos de todos.

—¡Marduk! ¡Detente, los tipos de la taberna...!

—¡Olvídate de ellos, por un carajo!

Al pasar por entre las calles nos encontramos con decenas de personas aterradas corriendo de un lado a otro. Pero había algo extraño en la mayoría, y aunque Marduk no me dio tiempo para fijarme más en ellos podía suponer que no eran humanos, eran Mal'akh en compañía de sus humanos.

Después de ir por entre calles y estrechos callejones nos detuvimos en uno para tomar aire. El olor a basura y comida en descomposición era intenso y desagradable, pero el lugar estaba tranquilo y sin nadie a la vista.

—Agradece que esos idiotas no salieron del bar con sus demonios...

—¿Cómo sabes que tenían demonios?

—Por favor, Venus —Marduk rió al tiempo que tomaba bocanadas de aire, recargando su cabeza contra la fría y mugrosa pared—. Cualquiera que estuviera en una taberna de ese tipo no puede tener un Muerto o Ángel. Tienes mucho que aprender.

—Deja de comportarte como un idiota, si te molestan tanto mis preguntas dejaría de hacerlas si me explicarás.

Marduk abrió lentamente los ojos, mirándome fijamente.

—¿Y?

—No lo has hecho —no tenía tiempo para discutir, necesitaba saber que había sido la explosión (el sonido era similar al de una bomba) y porque Marduk había echado a correr totalmente frenético. Suponía que esto tenía que ver con ellos, con los Mal'akh, pero no entendería nada hasta que él me explicará lo básico de su mundo—. Hazlo. Ahora.

Marduk suspiro.

—Supongo que no tengo opción, además, aquí estamos seguros... —el callejón no estaba tan oscuro una vez que mis ojos se adaptaron a la oscuridad, al menos lo suficiente como para ver como Marduk tragaba saliva y se desabrochaba los botones de las mangas, bajando la tela hasta su lugar en sus muñecas— Veras... Es bastante extenso pero debes entender que nosotros venimos de una dimensión que colinda con la suya. El lugar de donde venimos se llama Jaserot y está dividido en tres partes: una dedicada a cada Mal'akh: una a los demonios, otra a los muertos y una más a los ángeles, pero estamos en constante guerra entre nosotros...

La tierra comenzó a temblar, interrumpiendo a Marduk con un atronador sonido.

Había estallado otra bomba.

—¡¿Por qué están estallando bombas?!—grite mientras me tapaba los oídos del dolor y sentía la vibración en cada parte de mi cuerpo, me ponía más inquieta conforme aumentaba el sonido de las ambulancias y sirenas de los bomberos. Algo muy malo estaba pasando y yo estaba alejada de casa, metida en un callejón oscuro con un demonio en una de las partes más peligrosas de la ciudad.

—Te dije, estamos en guerra entre nosotros —incluso Marduk estaba aturdido, sus ojos no dejaban de ir de un lado a otro totalmente alerta al lugar—. Al no ver a ningún Mal'akh en la Tierra no pasa nada, pero cuando nos encontramos cara a cara hay enfrentamientos y seguramente eso es lo que causa las explosiones, la cercanía del sonido me hace pensar que fueron en la calle 2 y 13, debemos salir de aquí, podría caernos una. Lo más probable es que sean armas de tu gobierno, no puedo asegurar nada, Asmoug me hubiera dicho más si no lo hubieras matado.

Crónicas del Infierno: Entre Demonios y LeyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora