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"El chico de las luces"

Habia una vez una chica que apesar de haberse entregado a la experiencia sexual desde los 16, y haber tenido ya algunas parejas sexuales, seguia siendo virgen, sonará extraño, pero está chica permaneció virgen hasta hace poco, que se encontró con él, de una manera...poco usual, y sí, sus ojos se cruzaron, sus miradas permanecian atadas la una de la otra, y las sonrisas salían por cualquier tonteria, por el aleteo de alguna mariposa que pasaba por aquel lugar, la atracción fue grande, de manera que nadie podia comprender, ni siquiera ellos mismos.
"El chico de las luces"
Sus ojos de un color oscuro, sus manos grandes, su sonrisa tan cálida, su lindo hoyuelo en la mejilla, su cabello castaño medio lacio medio ondulado, sus lentes que suele llevar pero cuando se los quita es demasiado sexi, el chico de las luces no solo es un chico más en mi historia, él es el primero de mi vida.
La primera noche fue demasiado intensa, demasiado deprisa, como si nuestros cuerpos estuvieran sedientos y encontraran una vertiente de agua sobre nuestro pecho, nuestros labios se buscaban entre sí, nuestras manos recorrian un paraiso carnal, quizá fue demasiado deprisa, quizá no, sus ojos me miraban, sus manos me rozaban levemente la piel, mi cuerpo pedia el suyo, nunca sabré que pasó aquella madrugada en donde el chico de las luces encendió mi alma.
Cansado de las relaciones y yo temiendo de una, nos aventuramos a que nos llevara aquel torbellino de emociones, y heme aquí, con el corazón extaciado y el cuerpo cansado, es que somos tan distintos, él es alegría y yo tristeza, él es día y yo noche, sin embargo cuando estamos juntos, cuando sus labios rozan los mios, todo lo de afuera desaparece, el ruido, los murmullos, la gente, todo se queda en silencio y solo siento las yemas de sus dedos rozar suavemente mi mejilla, siento el aire, siento la inmensidad del universo, quizá esto acabe deprisa pero como el viejo refrán dice "Lo bueno si breve dos veces bueno" entonces solo dejo transcurrir las cosas.