Fin del sendero suicida

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-John se calló al suelo rendido, y Jason se sentó apoyado en la puerta. Los dos hiper ventilaban mientras oían los gritos silenciarse con injusticia en la voz. John se queda mirando hacia arriba, los dos en silencio recuperando aire. Jason rompe el silencio riéndose por el recuerdo que le vino en mente-

La última vez que termine exhausto con Mazoca fue en la mansión Wayne.
-tras el comentario John levanta la mano y le responde negando detalles:

No quiero saber nada de nada.
-Jason se ríe y tras él Constantine también. Tras un momento deciden levantarse. Era un pasillo aparentemente normal, muy largo por lo visto, y ancho. Se divisaban puertas pero esta vez de todos los tamaños y algunas de tonos más oscuros o claros. Eso sí, siempre en blanco o negro, no habían colores vivos. En el ambiente, se notaba algo familiar, lo notaba sobretodo Constantine. Al contrario, Jason se sentía un poco apretado, e intenta incorporarse-

Dime que también te sientes así de incómodo.

No, para nada. Me siento bastante bien.
-dice el hechicero mientras empieza a caminar-
Luego te explico por qué te sientes así. Escucha, estamos llegando a la mente profunda.

Y ahora es cuando me dices que es lo que no puedo hacer.
-Jason le va siguiendo mientras observan el ancho pasillo-

Podemos caminar bien, incluido correr, pero no podemos mirar atrás, las miradas al pasado nos llevan al pasado, entiendes?

Si si, pero eso de mirar atrás no lo hemos hecho antes en la primera sección?

Aquí no hay las mismas reglas para todo. Últimamente me he confundido mucho..
-dice sin ganas-

Es normal, no estás acostumbrado a estas mentes, por lo que he deducido es un caos mortal.

Todd, ¿Te sientes muy incómodo?
-le pregunta mientras siguen andando ya habiendo dejado la puerta blanca atras-

Si...y cada vez más, sobretodo cuando me acerco a las paredes...

Heh...
-se ríe Constantine-

¿Que quieres decir?
-Jason le mira con arrogancia-

Y dices que, ¿Os lo contáis todo no?

No, todo no. No lo creo realmente necesario.

Ya veo ya...
-dice con una sonrisa en sus labios mientras observa las puertas. Al cabo de minutos andando, siguen conversando-

Oye John, ¿Que has dicho que son estas puertas?

Son trozos de vida.

¿Eñññ?
-Jason. John con vageza le explica junto con gestos de manos-

Es todo aquello que la a cambiado la vida. Se separan en puertas dependiendo su nivel de importancia.
-de repente, en la vista de los dos, aparece una puerta roja entre las demás en la parte izquierda del camino. John la señala-
Mira, en esa estás tú.
-dice con un suspiro-
Podrías abrirla pero tenemos prisa.
-Jason, asombrado, acata las normas del exorcista y la dejan atrás extrañadola-

¿Aquí no vamos a luchar no?

Chaval, haces muchas preguntas.
-se queja John-

Decías que iba a ser complicado...
-Jason-

Ahora que lo pienso, todavía no hemos luchado contra nadie. Mejor, la verdad. No podemos golpear nada, sobretodo en esta zona, es muy sensible para la mente. Eso sí, si se nos aparece algo, significa que Mazoca tiene muy mala ostia para jodernos.
-dice con sarcasmo-

Heh, muy típico de ella.
-el último comento hasta el momento, porque después van caminando y caminado, dejando puertas atrás por el sendero desconocido de la joven, van caminando como si el camino fuera las baldosas amarillas. John se despreocupa del chico y se centra en las puertas porque, cada vez eran más grises. Se da cuenta de que ya casi ninguna era blanca o negra. El trayecto se les hace muy pesado, y los pasillos cada vez se hacen más profundos. John es más sensible con este ambiente, y empieza a entrarle miedo en el estómago. Los dos caminan, y un silencio les gotea el alma. Los dos lo sienten pero ninguno se atreve a decir nada. Se miran y siguen caminando. Cada paso es una experiencia singular, Jason se siente como un pez doméstico en el océano, y John, John sólo un horror claustrofóbico-

Batman: Mazoca. Cursed DawnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora