Capítulo 6.

24 3 0
                                    

Subi a mi habitación ignorando la presencia de mi hermano.

Te estás enamorando, maldita conciencia, no quiero enamorarme y espero no hacerlo si no es de Aron, porque de él es de quien me quiero enamorar. Eric es solo un amigo, y es lo que será para siempre. Aron es la única persona capaz de hacerme realmente feliz, y es que no puedo parar de pensar en él. Si lo tuviera delante ahora mismo, no dudaría en decirle todo lo que siento de verdad, le quiero tanto.

Después de esta reflexión me acuesto, necesito descansar.

Me levanto de un salto por el maldito despertador y me dirijo hacia la cocina todavía dormida.

La luz de la habitación de mis padres está encendida y no dudo en asomarme.

-¿Se puede?- digi abriendo la puerta poco a poco.

Ahi estan los dos, dandose la espalda uno del otro, cada uno a un lado de la cama.

-Alice, hasta aquí hemos llegado.- dice mi madre conteniendo las lágrimas.

No me guta esa frase, esas caras y esas ganas de llorar.

-No es lo que pienso, ¿verdad?

-Mamá y yo nos divorciamos, Alice- finaliza mi padre.

Los dos me miran esperando una respuesta, una respuesta que no va a llegar nunca, sabía que eto iba a pasar y no me importaba, hasta que ha pasado y me ha dolido.

¿De verdad el amor puede terminar? ¿Un simple papel firmado puede romper una pareja para siempre?

Las clases ya han empezado, y se que voy bastante tarde, pero tenía que levantar a mi hermano y contarselo todo, todo lo que él ya sabía.

-Pequeña- dice Eric agarrando mi cintura.

Supongo que ya ha notado en mis ojos que he llorado, asi que no se lo piensa dos veces y me pregunta.

-Eh, ¿qué pasa?

-N-nada

-Vamos, dímelo

-Mis padres se divorcian- digo con desgana, intentando restarle importancia.

Eric me mira a los ojos totalmente serio, pero con una mirada tierna. No se que voy ha hacer con esto, debo decirle la verdad, que entre él y yo no hay nada.

-No pasa nada, Alice, los mios tambien lo están y no pasa nada, todo saldrá bien.

Noto como una lágrima cae rápidamente por mi rostro, mis labios se humedecen.

-Eh, no llores, yo estoy aqui contigo.

-Gracias, muchas gracias- consigo susurrar.

Me paso toda la mañana con Eric, entre mimos y caricias, no ha estado nada mal pero eso no es lo que yo quiero. Cada vez que estoy con él me acuerdo de Aron, y de lo bien que lo he pasado con él siempre.

Nada es para siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora