II

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Ese lunes el Castillo parecía particularmente triste. A pesar de que aún no era ni siquiera otoño, el día estaba nublado y corría un viento frío entre los pasillos, como si todo el clima estuviera de luto. Kate bajaba las escaleras de la Torre casi por inercia, apoyándose en la barandilla como si fuera un bastón. Louis la alcanzó luego de gritar su nombre desde arriba y no obtener respuesta.

-Buenos días, Kat.

La chica gruñó, sin mirarlo.

-Uff, ¿qué forma es esa de empezar la mañana?

-Es mi primer desayuno escolar sin Chloe –balbuceó la pelinegra.

-Cierto, oí lo de Chloe. Lo siento mucho, Kate. Ven a sentarte con nosotros, quizás Niall te alegre un poco.

Kate dijo algo que Louis no entendió. El chico se encogió de hombros, la rodeó con un brazo y comenzó a hablarle de lo maravilloso que se veía el año, añadiendo que quizás ahora podría, por fin, conocer a un adorable chico que no invitara a salir a Chloe en lugar de ella, que era su momento de brillar y que él se encargaría de ayudarla. Kate pensó que quizás veía demasiados programas de televisión muggle cuando estaba de vacaciones, pero no tuvo ánimos de responderle. Se dejó guiar hasta el Gran Comedor sin ver realmente lo que ocurría a su alrededor, y en lo que pareció un abrir y cerrar de ojos se encontró sentada entre Louis y Niall, que había llegado allí al menos media hora atrás, y frente a Harry, que preparaba unas tostadas.

-Que alguien le dé algo dulce a la damisela –exclamó Louis, chasqueando los dedos mientras sacaba un bollo de calabaza.- ¿Dónde está Liam?

-Desayunando en los terrenos con Danielle –respondió Niall-. Hoy cumplían un mes más.

-¿Qué pasa, Katie-kay? –preguntó Harry frente a ella, comenzando a servirle un vaso de zumo de calabaza.

-Chloe –balbuceó ella, sin mirar a nadie.

Los tres chicos se miraron preocupados durante unos segundos. Niall pasó un brazo por su hombro y le sonrió, apretándola contra su pecho.

-Vamos, Katie, anímate –le dijo, mientras Harry ponía frente a ella un trozo de pastel de limón- Todavía nos tienes a nosotros y a Libane.

-Y existe la correspondencia –inquirió Louis- Ya sabes que Eleanor también está en Beauxbatons, y hemos logrado sobrevivir así.

-No sé cómo lo haces –gruñó la Ravenclaw.

-Tengo mis secretos también, fíjate tú.

Harry y Niall lo miraron extrañados.

-Come algo, te hará sentir bien –Niall acercó un poco más a ella el plato con el pastel, invitándola a probarlo- No hagas que los elfos se pongan tristes porque no comes de su comida... -Kate hizo un puchero por la mención de los elfos domésticos de las cocinas (siempre habían sido su punto débil, desde que supo de su existencia) y, muy a su pesar, comenzó a comer.- Buena chica –finalizó Niall.

Minutos después, Libane y Zayn llegaron con caras de zombie y se dejaron caer en los asientos, uno a cada lado de Harry. Kate apenas lo notó.

-Café... -gruñó Zayn, tanteando la mesa con los ojos entrecerrados en busca de la jarra que tenía café.

-¿Por qué siempre llegan con esas caras? –preguntó Harry, luego de darle un mordisco a su tostada.

Zayn lo fulminó con la mirada y Libane se limitó a bostezar, sirviéndose un poco de cereal.

-Zaynie no es una persona mañanera –le recordó el Premio Anual, que parecía estar excepcionalmente feliz ese día.

-¿Y tú por qué estás tan feliz?

Time to shine (One Direction/Harry Potter AU fanfiction)Where stories live. Discover now