Capitulo XVI

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--en cuanto se dio cuenta que lo estaba observando sonrió, alzó sus manos mostrando una botella de champagne sonreí sorprendida pero al mismo tiempo emocionada que era lo que Christian hacia ahí?--

--pasaba por aquí y bueno --sonrió mostrando su perfecta dentadura-- se me ocurrió que debemos festejar

--gracias --me acerque a él, su presencia ahí me tenía aturdida-- yo... Tú --no sabía que decir-- y Palmira? --pregunto rogándole al cielo que no apareciera--

--le salió un imprevisto -dijo restándole importancia-- entonces me vas a invitar a entrar o brindamos aquí --suspire resignada--

--en cuanto entramos al departamento me dirigí a la cocina estaba nerviosa me sentía torpe, con cuidado me acerque hacía donde el estaba con las copas en mis manos, el las tomó colocándolas en la pequeña mesa que estaba frente a él, me dio una pequeña sonrisa y abrió la botella, un poco de espuma callo al suelo, inmediatamente tomé una copa acercándola a el--

--se que este es un nuevo capítulo en tu vida, fui testigo de lo mucho que has luchado por esto --tome la otra copa para que la sirviera-- estoy tan orgulloso de ti, de tus logros --le di la copa, estaba en silencio todo lo que decía era lindo-- y me encanta poder estar aquí contigo celebrando --acerco su copa a la mía-- por este nuevo proyecto, por ti, por mi, por nosotros --chocamos las copas--

El champán resbaló de mis labios torpemente, su cercanía me ponía nerviosa, al igual que su desconcertante visita, pero más desconcertante era mi actitud, como lo dejaba pasar después de haberlo visto besándose con otra en frente de mis narices, de verdad Scarlet… lo tuyo es digno de estudio.

Mis pensamientos volvieron a la tierra para darme de cuenta de que él se acercaba a mí, me quedé inmóvil ante su cercanía y de pronto saboreó el champán de mis labios, contuve la respiración ante aquel inesperado acto mientras mis ojos de nuevo lo miraban con ese brillo especial, ese brillo que se instaló en mis ojos la primera vez que lo vi.

Sus manos fueron a parar a mis pechos, deslizándose lentamente sobre mi espalda, mientras yo torpe de mi misma lo miraba como se inclinaba sobre mí,  besó mis labios, sabían como siempre, ese sabor dulce y acaramelado mezclado con el champán era un sabor exquisito, no me pude negar, a pesar de haberlo visto aquella tarde junto a aquella mujer, no me pude resistir al amor que Christian me dedicaba en cada beso y en cada mirada.

Me inclinó acostándome sobre la manta que teníamos en el suelo, me quitó la copa de champán y la dejó sobre el suelo junto con la suya, yo volví a sus labios de forma dulce mientras acariciaba su rostro, sus manos se perdían en mis caderas, tratando de alzar el vestido que llevaba puesto, podía notar su miembro presionando mi intimidad mientras mis manos desabrochaban su camisa.

Un proceso que había repetido cien mil veces a lo largo de los años, pero un proceso que siempre despertaba en mi un terrible cosquilleo ante las emociones que venían, mordí mi labio bajando la mirada, mientras que su torso quedaba al descubierto por y para mi… lo toqué dulcemente y él sonrió viéndome como lo admiraba, alcé la mirada y ambos soltamos una risa, sus manos fueron al inicio de mi vestido y lo alzó dejándome semi desnuda ante su vista.

Christian humedeció los labios con una sonrisa picaresca en los labios, se abrió el pantalón y se lo quitó poniéndose de pie, de pronto desapareció de mi vista ¿A dónde iba? ¿No me iría dejar así? De pronto volvió con la botella de champán en la mano, yo fruncí el ceño, extrañada, viéndolo como de nuevo se inclinaba sobre mí, con una risa al ver mi desconcierto.

Inclino la botella y de pronto vertió un poco de contenido sobre mi cuello, ¡Estaba congelado! Gemí levemente por aquel gélido contraste mientras notaba como él apoyó sus labios en mi cuello lambiendo detenidamente el champán mientras me miraba, me mordí el labio mirándolo mientras suspiraba, aquello era realmente excitante y él se daba cuenta del efecto que provocaba en mí continuó recorriendo mi cuerpo con sus labios mientras el champán se iba calentando sobre él.

Poco a poco llegó hasta mi ombligo y dejó la botella, su rostro volvió a mirarme mientras le confirmaba con la mirada que podía sacarlas, es más, lo deseaba… agarro con sus manos los extremos y empezó a descenderlas liberando mi intimidad, sin apartar la mirada de mí, las tiró con el resto de la ropa.

Aquello que estábamos haciendo estaba mal, se suponía que yo estaba con Carlos y él… él estaba con aquella mujer, sin embargo ahí estábamos los dos a punto de convertirnos nuevamente el uno del otro, se colocó entre mis piernas volviendo a mis labios besándome de forma continuada y concisa, cogió mi rostro con una de sus manos acariciándolo mientras liberaba mis pechos con la que tenía libre, estaba embelesada con sus movimientos, con su pasión… estaba perdida en él y en su forma de tocarme, siempre era él, por encima de quien fuese tenía la certeza de que siempre iba ser él.

Noté entre sus piernas como deslizaba los calzoncillos liberando su erecta hombría, de nuevo descendí la mirada mientras nuestros cuerpos permanecían agotados, mientras nuestras manos recorrían frenéticamente, la sentí en la entrada impaciente, lo miré hacia arriba mientras me sonreía, sabía lo impaciente que era, me movía debajo de su cuerpo con ganas de sentirlo dentro de mí.

Christian jugaba con mis ansias y con mis labios una vez más, mientras yo notaba todavía un ligero sabor a champán en la grosura de sus labios, de pronto sentí como me embestía e inmediatamente me quejé de placer mientras ejercía fuerza sobre sus labios, mordiéndolo de forma brusca, lejos de molestarle el gruñó mientras con sus manos cubrió uno de mis pechos, volviendo a introducir su miembro dentro de mí.

Gemí una y otra vez, gemí entre sus brazos nuevamente, gemí ante sus embestidas que cada vez eran más frenéticas, intensas, de nuevo me hacía suya, de nuevo cedía ante su cuerpo y ante los sentimientos que nos unían, notaba que el ritmo crecía y con él crecía el placer que sentía mientras me embestía, sus manos agarraban mi rostro mientras no dejaba de besarme, aceleraba el ritmo mientras nuestros gemidos incrementaban y de pronto no aguanté más sintiendo aquellas descargas que prácticamente me inmovilizaban mientras él seguía con sus movimientos dentro de mí.

Noté como al momento él me alcanzaba en el más alto clímax, noté como su ritmo descendía mientras sus labios volvían a mi… nuestros labios permanecían al rojo vivo, lo miré una vez más ligeramente colorado por el momento al igual que yo, mi pelo era un completo desastre, igual que el suyo, nuestras respiraciones volvían a su punto de partida, al igual que nuestros cuerpos, nuestros sentimientos y tristemente nuestra vida, aquel momento había terminado y tal vez no se volvería a repetir en mucho tiempo… Cada uno debía volver tristemente a su vida, tal vez renunciando el uno al otro nuevamente…

😏😏
Esto es por la espera...

No eras para miWhere stories live. Discover now