El tan anhelado encuentro

Eran tan unidos, uno del otro. Su relación era como ninguna otra. Especial e incomparable, imposible de encontrar a la vuelta de cualquier esquina, o debajo de cada luz de luna.

La vida los unía de alguna manera, más allá de lo físico, y lo emocional. Estaban conectados, destinados a formar una familia. Ella tan sola y el tan dependiente de su compañía y de su amor.

Él era todo lo que ella siempre había anhelado, y para él ella era su mundo. Ambos soñaban con conocerse algún día.

Su relación llevaba tiempo ya; nueve meses, y se acercaba el tiempo de verse. Lo único que les quedaba a ambos, era aguardar a que el día llegara e ir al punto de encuentro.

Una primavera como cualquier otra, ella sintió que era el momento. Lo dijo, él lo supo. Fue rápidamente a donde se encontrarían por primera vez, sintiendo como un agudo pinchazo comenzaba a hacerla sufrir.

El dolor iba desde la columna, hasta su cuello. Entro a toda prisa al lugar, sintiendo como su espalda se partía.

Sus piernas comenzaban a fallarle, pero ella seguía luchando. Tenía que llegar. No podía perder la oportunidad de poder verlo. No otra vez.

Se tomó un descanso rápido, apoyada sobre una de las paredes, pero eso no la detuvo y continuó. Continuó por él. Quién era lo único que le quedaba en este mundo. Sin él estaba sola.

Su paso se fue haciendo cada vez más corto y más lento. Era tanto el dolor, que termino por dejarla inconsciente.

Ella despertó en una fría cama, sintiéndose vacía mientras líquidos entraban a su cuerpo a través de su torrente sanguíneo.

Termino de abrir sus delicados parpados, para encontrarse con un hombre de mediana edad sentado a su lado, sosteniendo su mano.

Agachó la mirada y entre susurros, el doctor le dijo "Lo lamento señorita, su bebe no ha sobrevivido".