Y mientras, él probablemente ya esté dormido o esté frente a su ordenador, apurado haciendo las tareas que debió haber hecho hace semanas. Puede que ni siquiera esté en casa. Puede que se haya marchado a una fiesta de inicio de semana o puede que esté con su novia, bajo la luz de una lámpara, riendo y hablando de la vez en la que se le cayeron las llaves dentro de un bote de basura y tuvo que escarbar en busca de ellas. Seguro que ella ríe, ríe tan fuerte como yo lo hice la vez en la que me lo contó. Ahora él también ríe, ya no está molesto.
Sea cual sea la situación en las que se encuentre, por un efímero instante, mi nombre aparece en su cabeza, y recuerda aquel día en el que había regresado molesto y me había contado las desgracias que le habían sucedido ese día. Recuerda mi risa al otro lado de la línea y mis palabras sobre lo tonto que era. Recuerda cómo frunció los labios al ver que mis carcajadas no se detenían y sobretodo, recuerda cómo yo lo había contagiado con mi dicha. Y algo se revuelve en su estómago. El fantasma del recuerdo o una mariposa que aún deambula perdida en sus entrañas.
Puede que se decida y me llame esa misma noche cuando vuelva casa o al día siguiente cuando se despierte. O puede que no. Puede que me quede esperando, una noche más, en espera de esa llamada que nunca se efectuará.
KAMU SEDANG MEMBACA
Palabras Al Viento.
PuisiPalabras atoradas en mi garganta, a las que me aferro para que no se las termine llevando el tiempo. Pensamientos que me asaltan a mitad de la noche y en medio de mi clase de bioquímica. Sentimientos tan abrumadores que me roban el aliento cuando lo...