Capítulo 2: ¿Quién es?

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- ¿Qué miras? - pregunte algo molesto arreglando un poco mi ropa.

Luego de decir esas palabras me aventó la pequeña libreta, la cual agarre- esto está en chino – dijo algo molesto. Cuando termino de decir la última palabra abrí el librito. Miré sorprendido el título.

"Cosas que le diré a gege cuando lo vea"

Ese pequeño cuaderno me llamo mucho la atención, era algo inusual y tierno.

Si ese era el título, y me llenaba de curiosidad, no podía esperar ver el contenido. Quería leerla, saber cada detalle y a quien se lo dedicaba. Por primera vez hace mucho tiempo la curiosidad me invadía y me sentía como el gato. Espero que la curiosidad no me mate.

- ¿qué esperas para leerla? – pregunto un molesto Cheol, esperando impaciente mi respuesta. Eso me hizo salir de mi pequeña ensoñación.

Guardé rápidamente el pequeño libro en mi mochila, para leerlo luego- nada, solo es un cuento chino para niños pequeños- mentí, pero sonreí burlonamente para que me creyeran, lo que pareció funcionar ya que hicieron lo mismo. No quería que ellos supieran lo que decía el librito, sentía que era un secreto el cual debía mantener... o usarlo para mi beneficio. Solo mío.

..........

Luego de esperar un rato, muriendo poco a poco por la curiosidad y tratando de distraerme con las tonterías que hacía cada dos por tres el idiota de Hoshi, mire mi reloj y en unos minutos se daría por terminado el acto de apertura para los recién llegados.

Todos los nuevos comenzaron a salir del pequeño estadio. Un grupo de 500 personas, aproximadamente, salía del pequeño lugar y se esparcía por todos lados. Y ese fue momento en el cual me separe de mis amigos para buscar a el chico el cual perdió el pequeño e íntimo cuadernito.

Fui acercándome lentamente hacia la zona donde salían esas personas extrañas que todavía no me conocían, pero en unos días ya lo harían.

Estaba empujando a gente y girando la cabeza por los alrededores para ver mejor, mientras intentaba divisar al pequeño chico con rostro de ángel y de cabellos color caramelo. No lo veía por ningún lado.

No sé porque, pero comenzaba a desesperarme un poco el no encontrarlo. Hasta que lo vi, ahí, caminando hacia el edificio principal. El pequeño ángel (como yo lo apode) iba caminando junto a un chico un poco más bajo que él y de cabellos oscuros. Parecía que iban teniendo una conversación bastante animada, ya que cuando se ponía de perfil se le podía ver sonreír alegremente. Comencé a caminar rápidamente hacia donde él estaba, No entendía el porqué de mi molestia, no reaccionaba correctamente. Y cuando me di cuenta, la estupidez que tenía adentro ya estaba haciendo de las suyas. Ya era muy tarde para detenerlo.

Estaba tomando firmemente su muñeca, haciendo que el parara bruscamente. Esto hizo que casi cayera sobre mí, dejando su rostro muy cerca del mío.

Él estaba muy sonrojado y en su rostro estaba impresa una mueca de confusión. Al salir del shock de la situación lo alejé un poco, aun tomando su muñeca, y comencé a hablar, algo torpe.

- ¿N-no te pensabas disculpar bien? – dije frunciendo el ceño – ahora debemos hablar – algo molesto hice que me siguiera. Él intentaba zafarse de mi agarre mientras su amigo protestaba. Yo, por mi parte, reforcé mi agarre en él y a su amigo le contesté "no te metas, no es asunto tuyo"

.--.--.--.--.-_-.

Ya estábamos en un lugar bastante alejado, el cual nadie usaba. Si me preguntan, esa zona es detrás de él gran edificio, donde todo era descolorido y descuidado. El pasto seco y la pintura de los murales estaba desgastada. Un asco.

Miré a los alrededores, revisando y reafirmando que realmente no había nadie en ese lugar, y lo solté. Cuando me di vuelta para verlo estaba llorando silenciosamente, con ojos y nariz en un tono rojizo. Esa imagen era tierna y a la vez muy dolorosa. No entendía porque me sentía así.

Por instinto lo abrace haciendo que se sorprendiera. El trato de soltarse de mi agarre diciendo cosas como "déjame en paz" o "¿qué quieres de mí?". En ese momento recordé porque lo había traído conmigo.

Lo solté rápida y bruscamente. De mi mochila saqué el pequeño cuaderno. Se podía ver que reconocía el libro debido a su expresión de sorpresa y temor. No pude evitar mirarlo con una sonrisa de satisfacción.

- ¿Q-qué haces tú con eso? – pregunto algo... asustado? Y nervioso. Se podían observar sus mejillas carmesíes mientras movía el libro frente a su cara.

- ¿Qué no es obvio? – dije en tono burlesco – Se te cayo cuando chocaste conmigo, y por no disculparte de manera correcta no lo has podido recuperar – guardé la libreta nuevamente en mi mochila, claramente no se la iba a dar- y tampoco lo harás –

Al terminar de decir esto acomodé mi mochila y comencé a correr velozmente hacia el frente del instituto, dejando a aquel chico en shock por mi respuesta.

Al llegar a la entrada principal me encontré con mis mejores amigos. Ya casi era la hora de entrar a nuestras respectivas clases así que fui con los chicos para hablar en estos pocos minutos que quedaban.

Ya había tocado el timbre de comienzo de clases, el timbre del comienzo de mi tortura. Iba detrás de mis amigos cuando sentí alguien jalo mi brazo, haciendo que parara mi pequeña caminata hacia el nuevo salón de clases.

Antes de que pudiera terminar de girar mi cabeza, para ver a la persona la cual me había interrumpido, oí una dulce voz suplicante diciendo "podrías devolverme mi cuaderno, es muy importante para mí". Esa voz lo dijo en un perfecto chino. Ya sabía de quien se trataba, y mirándolo solté una sonrisa juguetona, de la cual el hizo una mueca de confusión mesclada con desagrado.


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⏰ Last updated: Feb 24, 2018 ⏰

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