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Como todas las mañanas a las siete y media Sylvia cerró la puesta de su casa a tientas mientras buscaba la tarjeta del bus en su desastroso bolso azul, dio unos pasos rápidos hacia al ascensor, ya que, como siempre llegaba tarde a su trabajo. Pulsó el botón azul varias veces con la mirada hacia la pantalla que indicaba porque numero iba el ascensor: 8,7 6 5....

- venga, venga...- para Sylvia los dos escasos minutos que tardo el ascensor en llegar a su piso se le hicieron eternos. Cuando el ascensor llego se hizo notar por un pitido, Sylvia con la cabeza gacha mirando a sus pies, intentando darse cuenta de que llevaba los dos calcetines de diferente color se topó con alguien, más bien un hombre ; Alex su vecino del 8ºA nunca se habían hablado, apenas habían ido juntos a la junta de vecinos.

- perdona, soy un desastre- dijo Sylvia rápidamente acomodándose en la esquina, lo más lejos posible de él (Sylvia es de las que prefiere cuanto más distancia de una persona mejor). Mientras tanto Sylvia seguía intentando adivinar qué diferencia había entre sus dos pies. Alex se dio cuenta del desconcierto de Sylvia hacia sus pies este la dijo

- llevas dos colores diferentes de calcetines - Sylvia enseguida le miro con el ceño fruncido y al volver a mirar hacia sus calcetines se formó una expresión de asombro y de vergüenza en su cara que pasaron a colorearle la cara de tomate. - mierda- dijo en voz bajita pero suficiente para que Alex pudiera escucharla y sonreír - si quieres puedes pasarte por mi tienda y comprar unos calcetines del mismo color- Sylvia lo miro con asombro - no sabía que tenías una tienda...- dijo Sylvia entre dientes – sí... Bueno... Empiezo hoy... Sería genial tener una venta ya desde primera hora - dijo sonriéndola, Sylvia asintió - pues... creo que sí... que voy a ser tu primera venta ... Lo único que ya he perdido el autobús y no sé cómo ir ...- Alex la miró de pies a cabeza, Sylvia era una mujer bajita castaña con el pelo por los hombros y un poco ondulado, sus ojos marrones, su nariz ligeramente afilada y unas pequeñas orejas que siempre iban adornadas con pendientes largos, no era delgada ni mucho menos gorda, sino una mujer bien proporcionada, iba bien vestida elegante y generalmente con ropa de marcas muy caras. Había escuchado hablar de ella en el edificio, un día una vecina le contó que Sylvia trabajaba en un importante negocio de inmobiliarias, se sabía que tenía un gran puesto y se relacionaba con gente de la alta sociedad. Lo que Alex no entendía era que hacía una mujer así en tan edificio, no es que fuera malo pero tampoco era el mejor de todos, construido a ladrillo con casas pequeñas y con escasa luz, un ascensor estrecho, las escaleras eran pequeñas y de madera, cada dos por tres había algún escalón roto, pero por suerte tenían a Gimy, el portero, siempre estaba solucionando los errores de la casa, Alex recuerda que el primer día que lo vio estaba intentado disimular una gotera del techo de la entrada del edificio pintándolo el, subido a una escalera a punto de romperse. Era como un edificio hecho para personas mayores y estudiantes que son a los que le da exactamente igual como esté el edificio, pero no para una mujer como Sylvia alguien que sale en las revistas por su trabajo no tenía lugar en un edificio así.

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⏰ Son güncelleme: Apr 07, 2018 ⏰

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