Intox

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"... intoxicated by a major chord, slow, love, slow..."

Nightwish, Slow, love, slow, fragmento.


Lloraba inconsolablemente sobre la tumba de su mama. La tarde habia pasado y las estrellas brillaban en la azulada oscuridad de la primavera griega. Las rosas florecían mas que nunca, inundando el santuario con un rastro de perfume que los hacia dormir mejor, o, durante el dia, adormilarse.

No todos lo sabían, el patriarca si, y le habia confiado que estaba seguro de que todos los seintos, no solo piscis, tenían cierto nivel de resistencia al veneno de las demon rose, solo por la convivencia primaveral. Y el, que convivia también en verano, otoño e invierno, estaba seguro de ser mas resistente. Y si no, poco veneno no mata.

Se acerco en silencio. Lo habia observado por tantas horas que estaba entumecido, pero por la inactividad. La impotencia. Los maratones de llanto de Albafica lo impresionaban mas cuanto que el llanto era algo que raramente, y por breves instantes, se permitia.

Lo abrazo en silencio, y Albafica estaba tan absorto en su dolor que se dejo abrazar, se abrazo a su pecho, sin armadura, y mojo la camisa con su llanto.

Manigoldo le acariciaba la cabeza y trataba de tranquilizarlo como a un bebe. La preciosa flor era tanto como un bebe, en tantos aspectos. Uno que habia perdido a su mama hacia apenas dos años.

Albafica sentia el confort y lloraba con mas fuerza, desahogándose en brazos de alguien en quien confiaba y sentia que se preocupaba por el. El calor de otro ser humano le hacia tanta falta, escuchar los latidos de su corazón, dormirse en su pecho, abrazado a el, sintiendo el amor.

Los sollozos fueron parando, y cuando ya estrellas muy diferentes brillaban en el cenit Manigoldo aparto las ultimas lagrimas con sus pulgares. Descompuesto, con los ojos hinchados y la boquita también le recordaba mas que nunca a un pescadito fuera del agua. No estaba precisamente atractivo pero era hermoso, incluso asi.

-Vamos. – lo cargo, sintiendo un poco de urticaria en el pecho, bajo la camisa humeda.

Lo llevo en brazos hasta la casita de Piscis. Albafica, afectado como todos por el intenso perfume de la floración, por el dolor de su maratón de sufrimiento, lo abrazo cuando intento depositarlo en el lecho.

-No te vayas. – le rogo con un susurro, jalándolo con sus manitas, envolviéndolo en sus brazos, sobre el, pues Manigoldo todavía estaba impactado por la situación.

Acostarse o no acostarse: trago saliva. Albafica lo necesitaba, y si el lo quería, de verdad lo quería...

Se acostó a su lado y la nena le hecho una pierna encima, los brazos, el pecho. Se acostó a medias sobre el, hundiendo su rostro en su cuello, brindándole la caricia de sus cabellos suaves como la seda en el propio, en la abertura de la camisa.

El peso de Albafica era agradable, asi como percibir su corazón agitado. Lo rodeo con sus brazos y el se abrazo mas, haciendo un ruidito tan cerca de su oído.

Alba chan era capaz de pasar la noche asi con quien amaba, en cariñosa castidad, pero para el el contacto, la cercanía, el calorcito... La conciencia de las deliciosas formas de Albafica mas abajo de donde sus manos tocaban, la sensación de su pecho sobre el suyo.

Las manos se movieron lentamente, hacia lugares estratégicos. La cinturita, moviendo la propia pierna para que quedara entre sus muslos, mas cerca. Aguardo. No parecio incomodarse, o enterarse, del estado de su entrepierna. Dejo una mano sobre la baja espalda y acaricio los cabellos con la otra, haciendole girar poco a poco la cara, separando apenas los parpados para verlo, tranquilo, de verlo. Remolineandose sobre su cuerpo conocido para estar mas a gusto.

Instantáneamente adictivaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin