Soy un desastre

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—Dale, dale —la insta, tiene que resolver el misterio de una buena vez.

La joven le da al botón y una voz algo rasposa emerge del altavoz telefónico.

«Pues a ver tía, por lo que entendí estabas en La Latina con Novillero y luego os pirasteis al karaoke de Huertas, ahí es dónde encontrasteis a Fran. El Novillero se piró a su casa rollo sobre las tres o así, tú y Fran decidisteis venir para Chueca que es dónde os encontré yo, ahí al lado del sitio este de tapas que le gusta tanto a Mara. Buah, tía, estoy mirando una app que me he bajado para llevar lo del ciclo menstrual, tenéis que buscarla porque mola un montón, te avisa de cuando ovulas y todo qué chulada. Bueno perdón, a lo que iba. Pues nada tú ibas más ciega que una mierda as always y te encontraste con un amigo de tu tío o nosequé. Un vejestorio  con todo el creepy encima que intentó tirarme la caña, le tuve que poner mi cara de desprecio máximo porque menudo puto asco el abuelo ese, puaj. Gerardo se llamaba o algo así.»

—¿Ese no es el guionista cocainómano? —Pregunta Pili, parando un momento la nota de Audio. Aurora asiente—. Vaya nochecita, chata.

Aprieta de nuevo el botón de reproducción.

«El viejo te invitó a speed y tú dijiste que sí, os metisteis una raya ahí mano a mano, luego te volviste loquísima como es habitual. A Fran lo echaron del pub por intentar iniciar una pelea, o por homófobo de mierda. No sé, ¿para qué mierdas trajiste a ese subnormal? Bueno, a lo que voy. Que de repente no se sabe por qué apareció el Gabriele este, que estaba en la VIP decía y yo pensando colega como que estás en la VIP del Hole, en la VIP del Hole solo hay orgías de nabos tronco, o te van los tíos ahora o menuda trola nos acabas de contar. Pero el caso es que tú ibas muy ciega y llevabas media noche intentando tirarte a un camarero que pasaba de tu cara porque claramente no le iban las tías, así que al ir cachonda perdida, supongo, te agarraste a cualquier cosa. Pero tranqui que no te lo follaste, estuviste a punto en un callejón pero yo te cogí y te metí en un taxi a casa. Luego llamé violador al capullo ese porque el tío no iba ni la mitad de ciego que tú y le monté el pollo en medio de la calle.»

—Sororidad extrema tía —respondió Pili en otro audio—. Tendrías que haberle partido las piernas al puto cerdo.

Cuando lo envía mira a Aurora, que tiene la atención puesta de nuevo en la pantalla de televisión. Las imágenes siguen reproduciéndose, aunque en la esquina inferior derecha, el plano general es del plató, dónde los tertulianos parecen enzarzados en una acalorada discusión, moderada —aunque sin muchas ganas— por ese imbécil de Jandro Bonet.

—Ha sido el cabronazo de Álvarez —murmura Aurora, indignada—. Mira cómo se ríe el hijo de puta. ¡Pues tus dientes son falsos pedazo de imbécil, que te los patrocina Dentalia!

—Tía pero que no hagas ni caso, ¿qué más da?

—Pues que me toca los cojones porque esto es una vendetta —mira a su amiga muy seria—. Mi madre le echó por tierra una exclusiva hace cosa de mes y medio, se está vengando de ella con esto. Estoy hasta el puto coño de que  se crea la Blair Waldorf de la farándula y me tenga que comer yo todos sus pleitos.

Apaga la televisión, no quiere saber más del asunto, pero tiene claro que piensa montarle el pollo a esa irresponsable rellena de silicona en cuanto termine el programa. Una cosa es que por ser conocida le dediquen alguna portada amarillista de vez en cuando y otra muy diferente que la utilicen como moneda de cambio en las guerras personales de su madre, eso ya es pasarse.

Se levanta, necesita una cerveza. Va a la nevera, saca un par de botellines y vuelve al salón. En algún momento le tocará encender el móvil, pero para eso necesita algo de alcohol en sangre. Abre la botella, pegándole un trago largo.

Giro de guionTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang