Ahora bien, hay un secreto muy grande que te tengo que contar. Necesito que te mantengas tranquilo y que no te desesperes, Keyland.

Esos seres ya nos habían hecho una atrocidad antes. Fue casi unos meses después de que tu padre y yo nos saliéramos de la Asociación. Ellos conocían que yo estaba embarazada, y vaya que fue un tremendo error haberles contado.

Di a luz a una bella niña un 27 de febrero del año 1998. Sí, hijo, tú no eres mi primogénito. Y eso quiere decir también que tienes una hermana. Mi pequeña vino al mundo con el nombre de Lilibeth Blood. Tu padre y yo estábamos muy emocionados. Era nuestra primera hija, nuestra bella princesa, pero no todo podía ser como un cuento de hadas.

Nuestra antigua vivienda fue descubierta, pues vivíamos en un vecindario humano muy visible y fácil de rastrear. No pensamos que nuestros "amigos" tomarían venganza en contra nuestra solo por tener otra ideología distinta a la de ellos, por tener la decisión de ser buenos. Ellos creen que los vampiros han nacido para dañar al mundo, para ser seres sanguinarios que matan a quien sea porque quieren y pueden, pero lo cierto es que no es así. Nosotros lo hemos demostrado.

Retomando el tema de Lilibeth... Ellos se la llevaron. Nos la arrebataron de nuestros brazos sin dudarlo ni sentir remordimiento alguno.

Desde aquel día no la volvimos a ver.

Y no creas que fue porque nos quedamos de brazos cruzados. No. Hicimos todo lo que pudimos. La buscamos por todos lados. Yo pregunté en guarderías, orfanatos, centros educativos, pero no. James investigó en hospitales y demás centros clínicos, pero tampoco. Nada. No había ninguna niña de nombre Lilibeth Blood entre sus registros.

Obviamente supusimos que ellos tal vez le habían cambiado el nombre, pero lo cierto es que era imposible descubrirlo. Hay tantos nombres y apellidos en el mundo que la tarea suena absurda de intentar, pero aun así lo hicimos, y nada.

Luego de eso, tu padre y yo estuvimos en una etapa muy dura. Nos aterraba la idea de solo pensarlo, pero era casi un hecho. Tu hermana había muerto; esa fue a la conclusión que llegamos. Al menos, yo nunca lo acepté. Sabía que ella se encontraba en algún lugar de esta ciudad, de este país, de este mundo. En algún rincón solitario, mi bella hija estaba sin recibir el cariño materno de una madre que añoraba por cargarla entre sus brazos.

Pero luego llegaste tú.

No sé cómo, pero me cambiaste la vida para siempre. Desde que vi tu hermoso rostro cuando te di a luz, ese instinto materno volvió a mí. No puedo negar que la tristeza aún me embargaba para ese entonces, pero no podía rendirme si tenía un nuevo motivo por el cual luchar. En tus hermosos ojos azules vi la alegría que sentiste al verme, al observar a tu madre.

James decidió que era mejor marcharnos de allí hacia otro hogar. Yo concordaba con él, y por eso construimos esta casa aquí, en el bosque, oculta entre los árboles. No queríamos que nos volviese a pasar lo mismo. Ya no queríamos perder otro hijo.

El dolor de la desaparición de nuestra hija se fue apaciguando con el paso del tiempo, pero no te niego que en cada segundo de mi vida no hay día que olvide a Lilibeth. La he seguido buscando, e incluso pronto tengo una cita con un investigador privado que he contratado y estoy muy contenta. Dice que tiene novedades, pero no sé qué tan buenas sean. Ya me he ilusionado muchas veces antes de tiempo y después termino llorando al ver que no hemos llegado a nada. Solo queda esperar y confiar en que esta vez sí será la buena.

Cada noche la recuerdo y lloro por su ausencia. ¡Qué más quisiera tener hoy en día a dos hermosos hijos adolescentes a mi lado, en compañía de James, toda la familia de vampiros, siendo felices y disfrutando de la "vida eterna"!

Keyland, si te cuento esto es porque no quiero que, si ocurre la catástrofe, estés solo en este mundo, sin tu padre y yo. Búscala. Encuentra a tu hermana. No será fácil, pero nada lo es en esta vida.

Hay un dato muy importante que tienes que saber con respecto a ella para facilitarte las cosas. ¿Recuerdas el amuleto que yo siempre llevo? Pues Lilibeth llevaba uno idéntico la noche en la que la raptaron. No sé si ella todavía lo mantenga porque tal vez esas personas se lo hayan arrebatado cuando la tomaron, o puede que ella ya lo haya perdido, no sé, pero lo cierto es que esos collares son únicos en el mundo. Solo existen dos ejemplares, así que cuando veas a alguien que lo tenga es porque es tu hermana. Primero debes asegurarte de ello, claro. Como te dije, alguien más lo pudo haber tomado.

Sé que será difícil. Yo me demoré lo que tú tienes de vida y no he llegado a nada, pero nada pierdes con intentar. Solo ten cuidado, hijo. El mundo exterior es más peligroso de lo que crees.

Estoy segura que también te has de estar preguntando quiénes son esas personas que nos han hecho tanto daño y que nos están buscando, pero no te lo diré. Son muy peligrosos, Keyland, y no quiero te mezcles con ellos, por favor. Y tampoco mortifiques al señor Alaric con preguntas del tema. Él sabe poco. James y yo no lo queremos enredar en nada.

Busca a tu hermana y apóyense los dos en esta dura prueba, pero prométeme que no vas a involucrarte con los vampiros de la Asociación. Ellos son seres oscuros, manipuladores. Buscan el beneficio del malestar ajeno. Son malos.

Te envío un caluroso abrazo desde este frío y cadavérico cuerpo que solo con tu presencia y la de tu padre logra transmitir esos sentimientos. Ha llegado la hora de recogerte en tu centro educativo y no quiero que esperes. Recuerda que James y yo te amamos y estamos muy orgullosos de nuestro pequeño gran hijo que hemos creado.

Si el mal nos vence, no llores nuestra partida. Tienes que continuar con tu vida. A James y a mí no nos hubiese gustado verte derrotado. Queremos que sigas tus sueños, que seas feliz y formes una familia si lo deseas. Siempre vamos a estar contigo. Tal vez no físicamente, pero nuestra alma permanecerá a tu lado donde quiera que vayas.

Con amor, mamá.

BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora