Capítulo #2

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Peach.

Mi madre y Rossy estaban hablando animadamente con dos amigas en la parte de abajo del salón mientras Matthew y yo nos habíamos quedado sentados en unos sofás  conversando con nuestros padres en la parte de arriba del salón.

-Hemos pensado que podríais iros a vivir antes de casaros. ¿Qué os parece?- dice John.

Matthew y yo nos miramos y nos encogemos de hombros.

-Nos lo tomamos como un si, ¿no? Genial, entonces.- dice mi padre.

-Si, genial.- digo por lo bajo.

-¿Qué decías Peach?

-Nada, que si, que por mi vale.

Observo a Matthew que estaba sonriendo como si le faltase poco para reír. Él si me había escuchado.

-Os casareis el cinco de Enero, ¿qué os parece?- dice mi padre.

-Ya sabes que me da igual. Por mi genial, te lo he dicho esta mañana. Cuando quieras me mudo a vivir con él y ya está pero mañana madrugo y me tengo que ir ya.- digo levantándome del sofá en el que estaba sentada.

-Hija...- dice mi padre.

-Papá, estoy cediendo a todo esto. Me dices a que hora tengo que recoger mis cosas para mudarme y ya está.- digo mirando a mi padre.- Adiós.

Está claro que hay veces que es mejor ni levantarse de la cama...

Bajo los escalones de mármol mientras pongo mi abrigo negro pero siento como alguien me agarra del brazo haciendo que me gire.

Matthew.

-Papá, estoy cediendo a todo esto. Me dices a que hora tengo que recoger mis cosas para mudarme y ya está.- dice Peach mirando a Jack.- Adiós.

Vemos desde el sofá como la chica baja los escalones de la escalera de mármol mientras pone su abrigo negro y no puedo evitar levantarme del sofá en el que estábamos sentados Peach y yo.

-Me voy con ella. Tengo que madrugar también así que... Avísame con lo que quieras. Adiós.- digo despidiéndome de Jack y mi padre.

Los hombres se despiden y tras coger mi abrigo bajo las escaleras rápido, esquivando a parte de las personas que están en el salón conversando.

Agarro del brazo a Peach antes de que dé otro paso y se gira. Si, tiene unos ojos preciosos y no está para nada mal.

-¿Q-Qué?- dice Peach mirándome.

-Siento lo de antes. Mi padre es un poco insoportable, bueno, bastante insoportable cuando se lo propone cuando hay negocios por medio así que te pido perdón.- digo con media sonrisa.

-No te preocupes. Mi padre es igual, si hay negocios por medio es insoportable así que... No importa.

La chica me mira por unos segundos y después de sonreír se gira y no llega a dar un paso ya que la vuelvo agarrar por el brazo.

-¿Qué?- dice riendo.

-Te acompaño a casa.

-No hace falta, he venido en mi coche así que...

-Te invito a una copa, estoy seguro de que lo de que tienes que madrugar mañana solo ha sido una excusa para irte.

Peach suelta una carcajada y me mira por unos segundos.

-Está bien.- dice finalmente.

Sonrío y camino con ella hasta la salida.

-Sígueme, tomaremos algo en mi casa. ¿Vale?- dice la chica antes de entrar en su Audi.

-Vale.

Peach.

Conduzco hasta el edifico. Es un edificio bastante alto delante de Central Park. Vivo en la planta más alta y tiene muy buenas vistas, lo cual me gustaba.

Estaciono mi coche en el aparcamiento privado del edificio y me bajo al igual que hace Matthew. Caminamos hasta la entrada, abro la puerta y saludamos al conserje. Nos subimos al ascensor de cristal redondo y pulso el botón que llevaba a la planta alta en cuanto nos despedimos del conserje.

-Me gusta este edificio.- dice Matthew que se acaba de apoyar en el cristal del ascensor.

-A mi también, era justo lo que buscaba cuando lo compré.- digo sonriendo tímida.

-Pues tienes buen gusto.

-Lo sé.

El chico suelta una carcajada y no tardamos en llegar a la planta alta. Caminamos por el pasillo y abro la puerta del apartamento.

-Bonita decoración.- dice Matthew observando todo.

-Gracias.- digo mientras quito mi abrigo. Lo dejo sobre uno de los sillones con mi bolso y me fijo en los zapatos de tacón que había dejado tirados antes en la entrada del apartamento. Quito mis zapatos y recojo todo un poco mejor.

-De nada.

Saco de uno de los cajones de la cocina una botella de Ron y otra botella de Coca Cola. Sirvo en dos vasos la misma cantidad de cada y me siento en el sofá al lado de Matthew.

-¿Qué tal el día?- digo después de dar un sorbo a mi copa.

-Creo que igual que el tuyo.- dice el chico mirándome. Como siga mirándome volvería a enamorarme de el y eso no quiero que pase. Esquivo su mirada y suspiro.

-Si. Lo que se puede decir un día de mierda.

Mr. And Mrs. Miller. [EDITANDO]Where stories live. Discover now