Nana Sawada

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Nana se sintió asqueada, el tipo ese no se callaba y su pequeño cielo estaba durmiendo, se dejo hacer por la katana que levantaba su cuello.

-Así seria un mejor regalo para Iemitsu, mandar a su amada esposa en trozos.-Los hombres rieron por aquel comentario.

-Lamento aguarles la fiestas señores, pero les pido que se retiren de mi casa.-Su mirada estaba fija en ese hombre de la katana, quien al verla a los ojos retrocedió.

-¿Que dices? no me faltes el respeto.

Y comenzó el ataque, esquivo la katana deteniendo la misma con la propia que estaba envuelta en llamas azul claro.

-¿Faltarles el respeto? pero en verdad no creo agradable invadir casas ajenas, además mi pequeño esta durmiendo, así que seria mejor que se vayan, antes que los mate.

-¿Matarnos? Que te crees... tu eres capaz de hacer aquello que bro...ma...ngh.-No pudo terminar de hablar, el de la katana quien pronuncio esas palabras, una katana de llamas azules atravesó su pecho lejos de las áreas vitales, pero que quedará de gravedad.

-Maldita!.-Grito el otro hombre, quien junto a los otros dos que estaban ahí comenzaron a disparar hacia la mujer, quien con su sable cubría a duras penas, pero que de igual forma, termino con un pequeño corte en la mejilla.

Con el mango de la katana, golpeo a uno dejando noqueado.

-Ara~ creo que me pase.-Menciona con una sonrisa ligera, los otros sujetos quedaron paralizados por cadenas a lo que la mujer de forma instantánea se alejo.-Oh señores policías se podrían llevar a estos señores que se atrevieron a interrumpir la tranquilidad de mi hogar.

Dos llamas negras de sujetos vendados, las cuales iban de negro y sombreros de copa aparecieron, usando las cadenas para atraer a los que interrumpieron la vida de la mujer.

-Lamentamos esta situación Nana Sawada.-Una figura pequeña se acerco flotando, vestida igual que las oscuras almas que estaban detrás del que parecía ser un bebé.

-No se preocupe, solo protegí mi hogar, iban a hacer llorar a mi pequeño Tsuna.-Una sonrisa amable se posiciono en sus labios.

-Otra cosa, necesitamos que usted guarde silencio al respecto de este tema, no nos queremos ver implicados en atacarle.-Hablo la pequeña figura, la mujer solo suspiro.

-No tengo problema, así podría tener a mi hijo fuera de todo esto...además, no hace falta que le digan a mi marido...le inventaré una escusa.-Hablo tranquilamente, mientras avanzaba hacia el salón donde un pequeño Tsuna le veía con grandes ojos castaños y con un pequeño puchero. 

La pequeña figura asiente y chasquea sus dedos en donde dos personas comenzaron a arreglar los desperfectos.

-Una vez mas nos disculpamos, usted como madre lluvia, tiene el deber de proteger a un cielo muy puro, espero que pueda vivir tranquila y no se preocupe nosotros nos preocuparemos de que no se acerquen enemigos de su marido.-Con eso el pequeño bebé de prendas oscuras se fue.

-Mami, tu dedo brilla azul.-Indica el pequeño Tsuna que le sonreía y que hacia que Nana se calmara.

-Mamá te protegerá siempre mi pequeño cielo.-Susurra Nana con una sonrisa suave.

En el presente, aún ella se sorprende de como su pequeño cielo termino involucrado. Pero su instinto de madre le daba a entender que Iemitsu tuvo que ver.

Realmente ese hombre no entiende de la seguridad de su propio hijo. El cual ya no tenía ni 3, ni 5 o 15...

Era el jefe de la mafia mas poderosa del mundo, pero había terminado cambiando.

Si su pequeño cielo, tenía 25 y era el Decimo Jefe de Vongola.

-Mamma, bienvenida.-Exclamo el castaño en el aeropuerto de Italia, ella sonríe con cariño, antes de rodear a su hijo que era mas alto que ella.

-Oh mi pequeño cielo, valió la pena protegerte...eres mi mas grande orgullo.-Susurra la mujer de 49 años.

-Agradezco ser hijo de la mujer mas fuerte.-Susurra el adulto joven, dejando que ella le abrazara como en aquella infancia.

Porque él vio de lo que es capaz de hacer su madre...a su corta edad, a pesar de estar asustado.

Ellos no necesitaron jamás a su padre, porque Nana era fuerte.

Por que Nana no dejará de proteger a su pequeño cielo.

 Porque Nana sabe el secreto de su marido, porque ella no necesito de nadie para poder tener una vida tranquila...porque ella tenía una determinación fuerte.

Su propia vida, su tranquilidad y su hijo eran su determinación.

Ella no es débil como creen.

Ella es incluso mas fuerte que el mismo Iemitsu.

Y Tsunayoshi d' Vongola lo tenía mas que claro.

Espero les haya gustado.

Bueno si me pase un poco, pero valió la pena XD

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⏰ Dernière mise à jour : Feb 09, 2018 ⏰

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