parte 2 ;

40 0 1
                                    

La fría mañana dejó paso a un atardecer soleado y cálido. Los rayos dorados se colaban por cada rincón de palacio y decoraban sutilmente las estancias. La actividad de los sirvientes aumentó considerablemente, y los sonidos de las vajillas, de los pasos apresurados y de los muebles siendo desplazados se añadía al ambiente del lugar.

Jimin, que se encontraba paseando observando como trabajaban sus amigos sirvientes, no pudo evitar recordar cómo esa escena que estaba viviendo en palacio rememoraba sus navidades de pequeño. Siempre que había acontecimientos importantes en casa, todo el reino vestía y festejaba como nunca, y Jimin adoraba ese tipo de ambiente donde todo el mundo tenía su lugar y nadie se aburría.

Sin embargo, toda la alegría en su cara se difuminaba rápidamente por el motivo de aquello: su pedida de mano. Soltó un leve suspiro que fue escuchado por su madre, la cual acababa de entrar al salón en el que él se encontraba.

Jimin, ¿qué ocurre? –preguntó la mujer de cabellos rubios al joven niño, esperando una respuesta que ya conocía de antemano. Ya era sabido por todo palacio que el niño de cabello plateado no deseaba casarse, al menos no con otra persona mediante un pacto.

Jimin se sorprendió al escuchar la voz de su madre tras de él. No había reparado en su presencia. –Madre, no sabía que estabas aquí. Esto...–Jimin no sabía que responder a su madre, pensó que seguramente ella ya sabía lo que le ocurría, pero aun así nunca había admitido a sus padres su rechazo a aquel matrimonio. –No me encuentro bien, me voy a retirar. –musitó casi en un susurro, que escuchó su madre y lo dejó marchar con resignación.

La señora Park quería muchísimo a su hijo, y deseaba para él su más absoluta felicidad, pero nunca se había perdonado haber planeado su futuro tan egoístamente.

El tiempo corría rápidamente en el reino del Sur, y cada vez quedaban menos horas para que la fiesta comenzara. El estrés comenzó a invadir el ambiente, Jimin marchó a su dormitorio para descansar durante las pocas horas que le quedaban de su soltería. La noche sería larga, y necesitaba prepararse mentalmente.

Dos horas más tarde.

-¿Se puede saber dónde se encuentra Yoongi?–preguntó nerviosamente la reina, esperando junto a su marido en la entrada de palacio.

Eran las 19:00 horas, y la fiesta daba comienzo a las 20:00 horas en el reino del Sur, en el palacio de los Park, por lo que la familia Min ya se encontraba lista para comenzar su viaje al sur.

La pregunta de la madre no hizo más que recargar el ambiente. Yoongi no respondía, no aparecía por ningún lado, y se suponía que ya debían estar en el carruaje que los llevaría.

Sin más dilación, el rey, impaciente y también malhumorado se disponía a subir a su dormitorio para comprobar qué hacía cuando de pronto se abrió la puerta principal y entró un desaliñado y ruidoso Yoongi. Subió la mirada y encontró a sus padres dirigiéndole una mirada que podía matar. Miró el reloj de la estancia, y no pudo evitar sonreír. – ¿Acaso me estaban esperando? ¿No dejé claro que yo no formaría parte de esto? –respondió tranquilamente evitando ponerse nervioso, aunque esto último era realmente imposible. Sus padres estaban realmente enfadados, y esa situación no era buena para nadie. –Yoongi, tienes 15 minutos para ducharte y vestirte. El traje está en tu habitación. Ya estás tardando. –respondió al momento su madre. La señora prefirió ignorar las preguntas de su hijo para no tensarse aún más, pero Yoongi no pudo quedarse callado. –Dije que no iba a ningún lado, y voy a mantener mi palabra. No me obliguen, quiénes se quieren casar con la señorita Park son ustedes, adelante, les felicito antes que nadie por su enlace–contestó alzando una mano en señal de despedida mientras subía las escaleras para dirigirse a su dormitorio. Pero antes de que pudiera subir el último escalón, su padre barajó su última carta: Yoongi, hagamos un trato. Si llegamos allí y decides que la persona que será tu prometida no te gusta, cancelaremos el acuerdo. –dijo seriamente el señor, ante lo que Yoongi giró la cabeza y la ladeó. En parte no sabía si creer a su padre. Por el tono en que le contestó, decidió que quizá sería cierto, por lo que respondió con un seco "Vale", mientras se dirigía a su cuarto.

En cuanto se escuchó la puerta de su dormitorio cerrarse, el padre del joven suspiró aliviado pero a la vez preocupado. Había engañado a su hijo, de nuevo de forma egoísta. –Es por tu bien Yoongi... – susurró su madre finalmente para sí misma. A ninguna familia le gustaba lidiar con sus hijos de esta forma.

Media hora más tarde, se dirigían al palacio del Sur apresurados, ya que gracias a la cabezonería de Yoongi, la familia del futuro novio llegaría la última ¿Dónde se había visto eso?

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 28, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

[yoonmin] Legendary Lovers;Where stories live. Discover now