MI LUGAR FAVORITO EN EL MUNDO

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Se sienta a mi lado, y m mira directamente, su mirada es tan intensa que comienza a ponerme incomoda, intercambio una mirada con Paulie que se encoge de hombros, lo veo de regreso, también tiene las ojeras bastante marcadas.

- ¿No deberías estar en la cama? - pregunta con un tono nada amistoso y frunzo el ceño.

-Soy lo suficientemente grandecita para saber si quedarme en cama o no - le aclaro, si me sigue hablando de esa manera, va a conocer una parte no muy agradable de mí.

Toma su cabeza entre sus manos, parece un poco atormentado. Y dicen que las mujeres cambiamos de estado de ánimo, como cambiarnos de ropa.

-Lo siento, creo que hoy amanecí un poco gruñón - dice sonriendo tristemente, no entiendo que es lo que pasa por la cabeza de este hombre.

Le doy un vistazo y noto que lleva la misma ropa de ayer y despide un fuerte olor a alcohol.

Frunzo la nariz, no me gusta ese olor, no me trae muy buenos recuerdos.

-Bebí un poco anoche - dice como si se lo hubiera preguntado.

-Pues no parece que un poco, parece que asaltaste la cuba del abuelo.

Suelta una carcajada ronca, pero no tiene nada de emoción en ella.

Paulie coloca una taza humeante de café frente a él, y una de té para mí. Le sonrió como agradecimiento.

-Te lo agradezco mucho, realmente lo necesito - le dice a Paulie, lo que nos deja boquiabiertas a ambas, comienzo a sospechar que Hale tiene más estrógenos que yo.

-No hay de que, alteza - dice Paulie volviendo a sus quehaceres.

Lo veo tomar con tranquilidad su café.

-Me voy a gastar si me miras tanto.

-No puedo evitarlo - digo sin pensar. Oh, mierda lo dije en voz alta.

Lo veo esbozar una sonrisa que oculta detrás de la taza.

-Me gusta que no puedas resistirte - veo que el café está comenzando a hacer efecto y vuelve a ser el de siempre.

Me encojo de hombros y tomo mi taza de té, para ocultar mis mejillas sonrojadas.

- ¿Por qué bebiste?

Ahora es su turno de encogerse de hombros, vaya tenemos una gran comunicación.

-Necesitaba relajarme, fue un día movido ayer.

Asiento en respuesta, es verdad, muchas cosas pasaron.

-Hoy pienso ir a visitar al pequeño Hale al hospital, quiero saber cómo sigue.

Se mantiene serio y callado unos minutos.

-No creo que sea buena idea.

Lo miro intrigada, dejando mi taza en el mesón me vuelvo a él.

-Estoy al corriente de lo que está pasando, puedo cuidarme de unos periodistas.

- ¿Así como lo hiciste de tu familia? - dice viéndome a los ojos.

Oh, por la grandísima mierda.

Intento respirar hondo, comienzo a temblar involuntariamente.

-Estas bien mi niña - escucho preguntar a Paulie, asiento como puedo.

-Yo me encargo de ella - dice Hale levantándose de su silla, coloca sus manos en mis hombros y doy un respingo - tranquila, conmigo estas segura.

Me ayuda a levantarme y comienza a llevarme al piso de arriba, sin romper nuestro contacto. Mierda, lo sabe, debió escucharlo mientras hablaba con Coral.

Inocentemente espero que vaya a dejarme en mi habitación, sola. Pero me equivoco, pasamos de largo a la suya. Comienzo a ponerme en tensión una vez más, no temo que me haga daño, físico al menos, sé que no se atrevería, pero hay veces en que las palabras pueden ser más hirientes que los golpes.

-Tranquila - me dice al oído.

Entramos en su habitación y me guia hasta el sofá al fondo de esta. Me sienta ahí, mientras él lo hace en la mesita de café frente a mí.

Toma su cabeza entre sus manos, parece afligido y atormentado.

- ¿Por qué no me dijiste quien eras?

Es una de las preguntas más difíciles de contestas, hola, soy la hija de quien busca tu muerte, mucho gusto.

-Nos hemos visto dos veces, y la primera no tuvimos mucho tiempo para hablar - digo intentando evadir lo más posible la pregunta.

-Está bien la pregunta fue tonta - dice tomando una de mis manos, siento que tiemblo como una hoja al viento - ¿Por qué me salvaste a costa de tu... integridad, de tu bienestar?

Veo el tormento en su mirada, la culpa de haber salido ileso aquella ocasión.

-Porque confié en ti, porque pensé que cuando fueras Rey podrías detenerlos y nadie más tendría que sufrir lo que yo - mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas y mi voz se vuelve entrecortada - porque... tu vida era más importante... que de una chica manchada... sucia.

Tira mi brazo hacia él y me lleva hasta su regazo, contra su pecho me permito soltar todas las lágrimas que me he guardado todos estos años.

-No quiero volver a escucharte decir eso, jamás - dice con la voz quebrada - ¿me entiendes? Jamás vuelvas a decir que tu vida vale menos que la mía.

Sus brazos me envuelven con fuerza, puedo sentir su impotencia a través de ellos.

Permanecemos en silencio, solo se escuchan mis sollozos cuando calma el llanto, nunca me he auto-compadecido, acepte todo mi pasado, todas las atrocidades y humillaciones que viví y decidí vivir con eso, era mi carga.

Presiona sus labios en mi cabello.

-De ahora en adelante, si alguien te quiere lastimar, primero tendrá que pasar sobre mi cadáver - toma mi barbilla y me levanta, sus ojos grises brillan de forma especial húmedos por las lágrimas - a partir de este momento, voy a ser yo quien cuide de ti. Nunca más, ¿me escuchas? - Asiento - nunca más te harán daño mientras yo viva.

Veo determinación y sinceridad en su mirada, Hale es un hombre de palabra, lo sé. Pero no temo por lo que a mí me pase, temo por su vida, pero no se lo digo. Si llega una vez más el momento en que su vida esté en riesgo, no lo pensare dos veces, y gustosa entregare la mía.

No soy una mártir, pero hay cosas en la vida por las que vale la pena sacrificarse y Hale es una de ellas, lo supe incluso antes de enamorarme de él.

Deposita un beso en mi sien, permanece así unos minutos donde millones de mariposas deciden hacer aparición en mi estómago.

-Iremos los dos a ver a Hale - dice -no voy a dejarte sola en medio del caos, ya luego decidiremos que hacer ¿estás de acuerdo?

No esperaba que me preguntará, pensé que solo impondría su voluntad, pero me gusta que lo haya hecho, porque no me ve como alguien inferior, sino como una igual

-Estoy de acuerdo.

No tengo la menor idea de cómo vamos a terminar, por ahora solo sé, que el regazo de Hale es mi lugar favorito en el mundo.

HEREDEROS I | El príncipe de HieloWhere stories live. Discover now