13 - Eureka

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Objetos empezaron a volar a través de la habitación, gritos se escuchaban llegando de cada rincón del lugar. El eco de cada miedo y sensación de pánico inundó la habitación, mientras  dos manos envueltas en un puño intentaban calmar la ira de una adolescente con el corazón roto.

Perder cada cosa que amas, esperando que eso solucione las cosas y que al final el esfuerzo no valga la pena porque todo se reduce a siempre ser "la perdedora". ¡Era injusto! ¿Qué tenía que hacer para poder salir victoriosa de ésta pesadilla?

-¡Reyna! -gritó Sean, pero ella le veía con lágrimas no derramadas. ¿Iba a ser siempre así? Encontraba personas que amaba, que realmente le importaban y al final les perdería por encontrarse poseída por el espíritu de una diosa que se negaba a morir. Primero su familia, ahora Sean ¿Qué más debía perder? ¿Era acaso justo?

-¡Estoy harta!- gritó ella sacando cada gramo de dolor en cada una de sus palabras, mientras corrientes de gran energía rodeaban la habitación y la convertían en un gran desastre de objetos regados-, tengo que perderlo todo, siempre perderlo todo, amigos, mis padres, mi no...

Suspiró  antes de soltar la palabra mirando a Sean a través de sus pestañas, quien se la devolvía con pesar y dolor, él tampoco se encontraba a gusto y cómodo con la situación,  , Sean y Reyna jamás  lograron nombrar lo que tenían juntos hasta aquel momento, y aunque muchas veces se preguntó a sí misma al respecto, jamás vio la necesidad de ello, era bastante obvio ¿No?

Ya no estaba tan segura de eso.

-¡Reyna, para! -La voz de Sean se filtraba en los estragos de energía que lanzaba a su alrededor, sus ojos habían vuelto a relucir en un verde intenso y fantasioso, estaba a punto de perder el control, si es que ya no lo había hecho.

-No van a poder salvarla -dijo Afrodita, tomando control una vez más del cuerpo de Reyna, tornando sus ojos a un color completamente blanco y aterrador-, no están ni cerca de encontrar lo que quieren, y cuando lo hagan, ella ya no estará.

-¿Qué es lo que quieres tú de ella? ¿Por qué no quieres dejar éste mundo? ¡Se te fue el tren, maldita sea! ¡Resígnate como lo hicieron los demás! -Sean, asustado como el infierno, intentaba obtener información útil que le permitieran obtener la información que necesitaban.

-¿Qué es lo que quieres tú de ella? ¿Por qué no quieres dejar éste mundo? ¡Se te fue el tren, maldita sea! ¡Resígnate como lo hicieron los demás! -Sean, asustado como el infierno, intentaba obtener información útil que le permitieran obtener la in...

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Cada vez que Afrodita tomaba control del cuerpo de Reyna, era aterrador. Su rostro cambiaba, y lucía como si estuviese poseída por el mismísimo Satán, hablaba con ironía y superioridad, algo nada usual en Reyna, por lo que preocupaba a Sean, significaba que Ray no se encontraba ni siquiera cerca de su mente para detenerla.

Afrodita sonrió y  la piel de todos los presentes se puso de gallina, era condenadamente terrorífica.

-¿Por qué pretendes que ella te importa, eh? ¡La rechazaste desde un principio, porque sabías que era yo! De otro modo, te habrías sentido atraído por mí al instante en que quise que cayeras... ¿Crees que ella te ama? Todo lo controlo yo. ¡Siempre he sido yo!

La Reencarnación De AfroditaWhere stories live. Discover now