Max Thunderman ¿La Supernatural power?

18 Esto Es El Final, De Nuestro Comienzo.

NARRA LEILA:

–Si no quieres hacerlo, no te voy a forzar–

Quería, quería hacerlo pero era demasiado pronto para enfrentarme a los villanos, empezaba a apreciarlos de una gran manera. Y me atrevo a decir que ellos a mi.

–Quiero hacerlo Max, pero no puedo–

Sus ojos chocolate mostraron tristeza, para que después su rostro se iluminará.

–Entonces... Escapemos–

–¿Que?–

–Escapemos a un lugar en donde no nos conozca nadie, empecemos desde un principio–

–Es imposible, nos conocen por todas partes–

–Entonces a una isla desierta, viviremos ahí solo nosotros dos–

Este chico estaba loco. Y yo quería formar parte de su locura.

–Suena espectacular– Dije en una risa.

Su rostro se iluminó más, si es posible. –¿Hablas de verdad?–

–Iría contigo hasta el fin del mundo– Él se acercó y me abrazo.

–Lamento haber sido un idiota–

–Todos lo llegamos a ser de vez en cuando– Dije correspondiendo.

En ese preciso momento me sentía realmente bien, era como estar completa. Y lo estaba gracias a él, Maximus Octavio Thunderman.

–¿Max?– Se separó. –Yo, yo t...–

–¡¿Leila?! ¡Ya llegamos! ¿Dónde estás?– Se oyó retumbar la voz de Colosso por todas partes.

Suspiré por mis adentros, para después ver como él y mi amiga entraban al despacho.

–Que gustó verte Thunderman– Ambos lo abrazaron.

–Espera ¿Qué haces aquí?– Pregunto un tanto confundido el mayor de todos.

–Larga historia– Respondió con una sonrisa.

–Tranquilo, tengo todo el tiempo del mundo ahora mismo–

Max estaba apunto de hablar cuando Fanny lo interrumpió.

–Lo más obvio es por Leila, sinceramente no se cuanto tiempo llevas aquí niño bonito o si ya arreglaste las cosas con ella. Me da gusto volver a verte pero no tenemos mucho tiempo, así que con tu permiso me llevo a esta chica– Me tomo del brazo llevándome dirección a la salida. –¡Hoy es el gran día!–

–¿El gran día?– Pregunto el castaño.

–Espera, almenos déjame explicarle y despedirme– Le dije susurrando. –Si, cada mes hacemos algo especial, ya es como una tradición. Primero que nada le pedimos a Colosso si puede encargarse de la cuidad por si hay algún problema. Mientras que nosotras salimos a comprar bastantes cosas, después subimos hasta lo alto del Monte Destroyer, en donde hay un mirador– Señale al otro lado de la ciudad, mostrándole el punto exacto en donde estaba. –Prácticamente nos la pasamos ahí hasta el amanecer–