Capitulo 8

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Mientras que Aaron estaba dormido en su habitación, Ivanna tuvo que ir en busca de su amiga Jenna, le llamo el modelo que estaba con ella en la discoteca, le dijo que estaba muy borracha, sin pensarlo dos veces cogió el coche que su madre dio a Roman para que este aquí, llego a casa  con Jenna en sus brazos, saco todas sus fuerzas para llevarla a su habitación.

–Jenna quieres poner de tu parte

–quiero vomitar – por fin llegaron a la habitación, le  acompaño al aseo para que vomitara, después abrió la ducha con agua fría

–lo siento Jenna es por tu bien– la metio  en la ducha 

–Ahhhh!!!! que haces!!!!– intentaba salir

–es por tu bien, eso te pasa por estar borracha hasta los pelos. te he dicho varias veces que no bebas en exceso–cogió una toalla y se la dio– coge  un pijama, mientras que yo voy a por un cafe muy cargado para que se te quite esa borrachera– sin decir mas fue a por el cafe súper cargado, se lo dio mas bien le obligo para que se lo bebiera.

Al día siguiente mejor dicho las horas que quedaba para que apareciera el sol, Jenna no estaba bien para ir a clases, así que Ivanna se cambio de ropa y le dejo ropa a Jenna para llevarla a su casa, después fue a su casa para despedirse de Roman ya que se marchaba por fin, ya que para Ivanna esas dos semanas fueron eternas, tras haberse despedido de Roman preparo las cosas para irse a la universidad, recordó que Jenna no iba a ir, el coche que cogió ayer se llevo Roman  y su madre ya se había marchado, decidió llamar un taxi pero cuando estaba a punto de hacerlo, tocaron el timbre como Nancy no aparecía y ella se encontraba cerca de la puerta de la entrada abrió, era Aaron

–que quieres?– pregunto Ivanna

–como mi hermana no va a ir, supuse que no tenias con quien ir, así que pensé que podía llevarte

–gracias– no pudo ser borde con el, ya que no dijo nada de malo, todo lo contrario se ofreció a ayudarla– voy a por mis cosas

–Espera

–Que?

–te han dejado algo  que pone tu nombre– fue a la puerta y al ver que era, empezó a dar saltos de alegría

–Es lo mas bello que he visto en mi vida– era un cachorro  Gran Danes– mientras entraba Ivanna con el perro, Aaron pudo ver de nuevo a esa Ivanna que vio hace tiempo en su balcón, aquella chica dulce y sonriente, tenia tantas ganas de abrazarla. Al cabo de un rato regreso ya con la cartera– nos vamos?– ahora su rostro era diferente, sin decir mas llegaron a la universidad. Antes de bajar del coche.–gracias– dijo Ivanna

–de nada– entraron a clases, ese día fue la primera vez que Aaron no presto atención debido a que estaba pensando en Ivanna, aun tenia en su mente su sonrisa cuando tenia aquel cachorro en sus brazos. 

Ivanna cuando hubo un descanso entre clase y clase, fue a secretaria para ver si han aceptado para ser voluntaria y si lo hicieron, ella quería ayudar a niños con problemas sobre todo a niñas, Ivanna quería enseñarles a tocar el piano o clases de baile, para así que se distraiga  con otras cosas, se salto esa clase que seguía, al regresar Aaron  estaba en la puerta de la clase.

–que fugata eres, aparte que te saltaste la mayoría de clases la semana pasada y esta semana también lo vas hacer– dijo Aaron.

–a ti que te importa que haga o deje de hacer, dejame en paz– entro a clases, por lo visto ese momento amable que tuvo Aaron con ella, solo fue momentáneo porque volvió a ser un completo borde.

Asi fueron pasando las semanas, Ivanna empezó a ir al voluntariado, tenia un grupo de seis niñas entre los doce y trece años, le enseñaba a bailar, Ivanna es feliz al ser ella cuando esta con esas niñas preciosas, podía ser ella misma en otro lugar que no sea  en las cuatro paredes de su casa. 

Mientras que Aaron en esas semanas, seguía siendo un borde y se metía con ella, hacia todo esto para convencerse de que no sentía nada por ella pero era inevitable, porque cada vez que la veía o ella le golpeaba, su corazón daba un vuelco, pero no quería decirselo porque si se lo dice no será correspondido, lo único que le queda es ser malo con ella y otra cosa también, se ha vuelto una rutina ver a Ivanna desde la ventana de su habitación, casi simple la veía jugando con aquel perro que le regalaron, ese perro cada día se iba haciendo mas grande, para Aaron esos momento eran donde mas feliz era, porque veía a la Ivanna feliz y tierna que quería tener en sus brazos, podía escuchar sus risas cada vez que estaba en el patio jugando con su mascota.

Dime que me odias  [#1] (Borrador)Where stories live. Discover now