Capítulo 18: Nuevas reacciones

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– Debes ser una gran jugadora o el joven Malfoy de verdad te estima mucho.

Valerie bajó la vista incomoda y si su cuerpo se lo hubiera permitido se habría sonrojado.

***

Riddle se despertó ante los gritos de alegría de los demás niños del orfanato y maldijo en voz baja. Odiaba la navidad, era una fecha que le recordaba que no poseía a nadie que se preocupara por él.

Se levantó con un gruñido y estiró el cuerpo para quedarse como piedra al ver un singular regalo a los pies de su cama. Descartó inmediatamente que alguien del orfanato le hubiera obsequiado algo, no tenía ninguna relación con nadie y la mayoría de los niños le tenían miedo.

Curioso levantó el paquete, revisándolo, pero no sintió ninguna amenaza provenir de él.

Sin poder evitarlo, abrió el regalo con ansiedad, encontrando dos hermosos libros de cubierta negra con letras doradas titulados: "Criaturas mágicas y oscuras de la Rumania antigua" volumen I y II. Entremedio, venia pegada una pequeña nota: "La curiosidad mató al gato, pero no al mago". V. D.

Riddle no pudo evitar abrir la boca por la sorpresa y una sonrisa se formó en sus labios. Volvió a mirar los libros, admirándolos. Eran, sin lugar a dudas, tomos de primera calidad, por lo que era primera vez que el mago tenía algo nuevo para sí.

De pronto, frunció el ceño, pues él no le había regalado nada a Deanoff. "¿Debería?"

Después de lo ocurrido, jamás pensó que la bruja fuera a obsequiarle algo para navidad.

***

- Todavía falta mi regalo – le dijo Walburga a su amiga cuando ingresaron a su pieza cargadas de sus respectivos presentes.

La vampira se la quedó mirando.

– No es necesario, con la invitación a pasar la navidad con tu familia me es más que suficiente y estoy muy agradecida.

- No te estaba preguntando – le interrumpió la bruja.

Valerie puso los ojos en blanco y se sentó en la cama con una sonrisa, mientras la otra bruja buscaba algo entre sus cosas.

- Esto ha pertenecido a mi familia por generaciones -, comenzó a decirle Walburga. – Mi madre me lo dio para el día en que forme una familia, pero creo que soy yo quien debe decidir a quien entregárselo. –

La bruja se giró y en sus manos sostenía un brazalete plateado con forma de serpiente y un diamante rojo en el centro de la cabeza del reptil.

- Walburga... Es una reliquia familiar, no puedo aceptarlo... - titubeó la vampira.

- Solo tómala y póntela, no cualquiera es digno de tenerla. Será tuya si la serpiente te acepta – le dijo su amiga con el rostro serio. – Aunque estoy totalmente segura de que será tuya.

Valerie asintió, tomó el brazalete y se lo puso en su muñeca derecha. Para sorpresa de ambas, la serpiente comenzó a moverse en el antebrazo de la vampira, se estiró por completo para luego dar tres vueltas sobre su muñeca y quedarse quieta, volviendo a su tamaño original.

Walburga le sonrió con sarcasmo y sacó una pulsera idéntica a la de Valerie, se la puso en su muñeca y ocurrió lo mismo.

- Es una reliquia de protección, espero la cuides y me alegra que te haya aceptado.

- ¿De protección?

- Es el lazo de Andrómeda, o así le llama mi madre por lo menos. Lo trajo a mi familia la primera Andrómeda Black y ha pasado de generación en generación. Siempre vuelve a los descendientes que continúan el linaje cuando el portador fallece. El brazalete puede utilizarse como un látigo mágico, es bastante potente y resistente, ante lo que me imagino que lo usaras con sabiduría – le guiñó un ojo.

Corrompiendo tu alma negraWhere stories live. Discover now