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El equipo de atletismo estaba entrenando como de costumbre a las 4pm, yo los veía, como de costumbre, sentada en la orilla de la cancha, estando alerta de mi entrenamiento y el de ellos, siempre al tanto de el entrenador pues han sido repetidas veces las que me ha corrido por estar más atenta a otros otras cosas que ocurrían fuera de la cancha.

No supe del equipo de atletismo hasta que los vi en mi práctica, me llama la atención pero ya no me puedo cambiar a otro deporte y las convocatoria se han cerrado.

Estaba tan enfocada en el exterior que no pude ver el balón que iba directo a mi cara, fue tal el impacto que me hizo acostarme y cerrar los ojos con fuerza por el dolor. En seguida sentí unas manos en mis hombros.

—Vic, ¿estas bien? —era Daniel, lo reconocí por la voz, aún seguía sin abrir los ojos. Me lo pensé, si decía que no, me llevarían a la enfermería y me iría a casa, no sonaba mal pero ya no vería al equipo de atletismo.
Escuche otra voz cerca, es del entrenador.

—Llévala a la enfermería Diaz. —A casa entonces.

Dani me ayudo a levantarme y abrí los ojos, si que fue duro el golpe, estaba mareada aunque no creo que fuera tan grave como para irme pero lo acepté con gusto.

Al llegar, Dani me pregunto si quería que se quedara conmigo pero tan pronto como le iba a contestar un señor con bata blanca canoso abrió la puerta y nos dijo que no podían pasar acompañantes. Me despedí de mi amigo agitando la mano para finalmente entrar.

Había un chico sentado en una camilla, de esas que están en los consultorios de similares, el señor —doctor quizá —me indico que me sentara a su lado, así lo hice. Me reviso y me dijo que sólo había sido un golpe leve pero que iba a dejar un moretón, me indico que esperara mientras él salía por hielos para mi golpe.

Nos quedamos solos el chico y yo en un silencio un poco incomodo. Mire a todos lados examinando el lugar, sin poder resistir más, hable.

—¿A ti qué te paso? —El chico mantuvo la mirada al frente, resopló y me miro. Así puede apreciar mejor su golpe en la cara. En el pómulo tenía morado, donde sostiene la bolsa de hielo y una pequeña pero visible herida en el labio inferior, además de la nariz roja e hinchada. Lucía horrible, parece que son golpes de pelea, ya lo he visto con Daniel, parecido se puso cuando lo golpearon en la secundaria por una estúpida torta.

—Me caí de las escaleras. —Mi expresión cambio a total confusión, él endureció la mirada. —Hasta rode.

—Parecen propiciados por una pelea —admití con un tono más bajo, elevando los hombros.

—No, y ese no es tu problema.

Antes de que pudiera contestarle entro el doctor con la bolsa de hielos, me la puso en el golpe, cerré un poco los ojos por el frío repentino mientras le agradecía. Me preguntó si quería que llamara a mis padres.

—Yo puedo hacerlo, gracias. —Salí del consultorio sin mirar a ninguno de los dos.

Me acerque un poco a la cancha donde esta el equipo de atletismo mientras le marcaba a mi papá, atenta de no ser vista por el entrenador ni nadie del equipo. 


Juego AmistosoWhere stories live. Discover now