1: Daddy issues

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Tara Markov "Terra" llevaba años bajo la tutela de Slade Wilson, desde que el evito su linchamiento se volvió su héroe personal algo no usual pues no jugaba del lado del bien él era un mercenario; pero a Terra no le importaba eso, Slade la había salvado, la había cuidado desde entonces volviéndose una "figura paterna" para ella (incluso tenía una hermana, Rose) y por eso Terra haría lo que le pidiera. Sus manos estaban manchadas de sangre, había usado sus poderes en favor de Deathstroke, incluso traicionado a la banda de chicos buenos que intentaron volverse su familia.

Todo ello sin remordimiento, todo por Slade, para estar con él.

Ella ansiaba ser más que una ayudante, no lo veía como padre Terra quería compartir su lecho, deleitarse con esas manos que arrebataban vidas recorriendo su joven cuerpo.

Pero Slade nunca había pasado esa barrera.

Slade ya tenía quien retozara entre sus sabanas, quien recibiera sus ásperas caricias.

Y no era alguna villana o la madre de sus hijos sino una avecilla que dejaba su nido oscuro por el bicolor del mercenario.

Robin, Damian Wayne.

Terra no entendía como después de haberlo tenido secuestrado por días y de esa pelea intensa donde los Titanes casi mueren (incluida ella) Robin termino siendo "pareja" de Wilson, ¿acaso cuando ella no estaba presente Slade le lavo los sesos? ¿Hubo algo más que amenazas y promesas de tortura? ¿Cuándo exactamente Damian se metió en la cama de Slade?

No lo sabía, y le hervía la sangre que el disfrutara de lo que ella llevaba años anhelando.

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Apretó la mandíbula molesta, si seguía así no dudaba que sus muelas se rompieran. Se había esforzado por preparar un desayuno decente a pesar de que casi no había nada en las alacenas y de que ella no era la mejor cocinera, todo para que la atención de Slade la tuviera la figura que entro a su casa de seguridad como si fuera el dueño, el moretón en el rostro y el labio partido no le preocupo pero si la bolsa deportiva que dejo caer en un sofá. El mercenario parecía imperturbable cuando Robin se sentó a su lado en la mesa pero Tara no paso por alto como la esquina de su boca se contrajo, como si le alegrara verlo pero le molestaran sus pequeñas heridas.

Slade tomo la mano izquierda del menor, vendas envolvían su muñeca. – ¿Luxación?

–Solo esta dislocada–murmuro sin rechazar el agarre.

El hombre del parche rio entre dientes, jalo a Damian de la silla para sentarlo en su pierna. – ¿Me extrañaste tanto que te lastimaste pajarito? Pudiste haber llamado.

–Soy diestro, lo sabes perfectamente –ronroneo.

–Hice el desayuno –exclamo molesta por verlos cariñosos.

–Yo no llamaría comestible a ese engrudo Markov.

–Es avena –gruño resistiendo apenas la tentación de dejar que parte del techo le cayera encima.

Wilson tomo un poco con la cuchara y la avena/engrudo se estiro siguiendo el movimiento. Minutos después la pareja salía para comer fuera se negaban a ingerir el pegamento.

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– ¿Cómo te hiciste esto?

Damian suspiro mientras su amante acariciaba el vendaje, tenía la mano sobre la mesa estaban en un restaurante que frecuentaban cuando a Markov le daba por cocinar. –Mi siempre cariñoso padre. También estos –hizo un gesto a las marcas en su rostro. –No tolera que discuta las órdenes de su precioso Drake.

Slade estaba acostumbrado a que el menor fuera donde el cuándo peleaba con su padre especialmente cuando la situación involucraba golpes/heridas físicas, lo cual ocurría con bastante frecuencia.

– ¿Cuándo dejaras de pretender ser su soldado? ¿Aun te importa lo que él diga?

–No, desde hace mucho que no me interesa su opinión; pero aun no puedo irme tengo algunas cosas que hacer primero... cuando termine, me veras pelear constantemente con Markov.

–Te detesta –sonrió y Damian alzo la ceja.

–Lo sé perfectamente, pero ¿quién tiene más importancia ella o yo?

–Tú por supuesto, ella es solo un peón, alguien desechable cuando ya no nos sirva. Ahora, ¿qué tengo que hacer para que me permitas matar a tu padre?

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La almohada no era suficiente para bloquear los ruidos de la habitación contigua, la ira alteraba el control que tenía sobre sus poderes y si bien la idea de dejar los escombros caer sobre la cabeza del petirrojo hasta aplastarla por completo Slade también estaba ahí y no podía arriesgarse a dañarlo.

¿Cómo era que Batman permitía esa "relación? ¿Acaso no notaba las marcas que Slade dejaba en el cuerpo de Robin? ¡¿El permitía que estuvieran juntos?! Lo dudaba, no creía que Batman estuviera al tanto de con quien intimaba su achichinque, ganas no le faltaban de ir hasta Gotham y gritarle la verdad en la cara... pero seguramente no le caería en gracia a Deathstroke y tal vez... ¡tal vez la apartaría de su lado!

Y Terra no podía permitir eso.

Así que se resignó a otra noche sin dormir, odiando a su ex compañero de equipo.

SladeRobinweekWhere stories live. Discover now