Part III: Espinas Impredecibles (Almas distanciadas)

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Para liberarme de ti, tuve que hacer cambios en todos los aspectos posibles.

Tuve que deshacerme de todas tus cartas, de nuestras fotos, todos los objetos a los que me aferraba porque me hacían sentir tu presencia. Lo hice, porque no me estaban ayudando, me ahogaban más.

Era como si estuviese cayendo en un agujero repleto de espinas, cada vez terminaba más lastimada, con más cicatrices.

Comencé arrancando las espinas sin pudor, desesperada. Pero poco a poco me di cuenta que el problema no eran las espinas.

Era mi deseo por permanecer con ellas, era yo quien no las soltaba, fui yo quien se aferró e inconscientemente estaba provocándome la caída al abismo.

La clave estaba en mí, había una escalera, yo sólo no la quería ver. Podía salir, podía vivir, podía ser feliz, lo único que debía hacer era concentrarme en mí y en lo que anhelaba realmente.

                   El acertijo está resuelto, querido Agapi.

Las personas vienen y van, pero siempre me tendré a mí misma. Debo expandir amor a cada rincón de mí. Sembrar con cariño todo lo positivo para cosechar felicidad y auto-seguridad.

Desprendernos es la decisión más dura y más acertada que he tomado jamás.

Si estoy equivocada y tú estás en lo cierto, el destino nos va a juntar cuando seamos un poco menos inseguros, menos jóvenes, focalizados y con nuestros deseos claros. 

Este viaje aun no termina, el siguiente destino sólo depende se mí.

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3 años después...

Les cuento un secreto? Mi Agapi leyó las cartas y ahora estamos viviendo juntos, felices, amándonos, respetandonos y cuidándonos el uno al otro...

Si el amor es real, prevalece, perdura durante los años, el tiempo no significa nada hasta que vuelven a estar el uno frente al otro. Habrán obstáculos, cometerán errores, pero el aprendizaje nos lleva a reflexionar, a aprender... A no dejar escapar lo único que nos devuelve a la vida

Esta historia aún no termina, tenemos muchas historias que contar, sólo recuerda; lo prohíbido sólo es un poco más difícil que lo común, luchen, sobrevivan, sean fuertes y sobretodo amen... Amen con fuerzas, sin miedos, sin ataduras.

Querido Agapi, no sé de qué demonios están hechas las almas pero la tuya y la mía son lo mismo.

Gracias por soltar mis alas y enseñarme a volar, eres mi ángel y la fuerza firme que me ayuda a combatir mis miedos más profundos.

Te amo.

Querido agapi.Where stories live. Discover now