#text #gift #love

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Después de finalizada la Springhigh de su segundo año, iniciaron conversaciones por Line y fue Kageyama quien dió el primer paso con un simple y soso "Buenas tardes". Hinata-sin darse cuenta en realidad- le pasó el número al moreno a través de una captura de pantalla- según le explicó- y él, más que nada por admiración mal disfrazada se atrevió a escribirle.
Cada día que pasaba la cantidad de mensajes aumentaban, asi como el tiempo que se dedicaban a saber del otro. Su horario de charlas en línea precedía a la hora de dormir resumiendo sus días entre juegos, comida y salidas con amigos. Poco a poco comenzaron a compartir algunos secretos, pensamientos, gustos y fotografías. A Kenma no le gustaba tomárselas en un principio, sin embargo, al ver que su amigo le mostraba su vida cotidiana a través de imágenes, él aceptó capturar sus cenas, sus videojuegos, sus tareas y su rostro sonriente. A Tobio le gustaba cuando amarraba su cabello en una pequeña coleta despejando su rostro "porque sus ojos eran lindos" y el hervía de la vergüenza " porque tus ojos azules también son lindos" y en sus respectivas habitaciones parecían dos teteras en ebullición.

En unos días más Nekoma recibiría una visita de su indiscutido rival para un partido de práctica y con solo pensar en ese encuentro a Kozume le comía el estómago de los nervios. Hablar por mensaje y estar cara a cara con el chico que te gusta era completamente distinto.
Podía ser un niño en asuntos sociales pero sabía muy bien que esa sensación que nacía dentro de él y que burbujeaba en su garganta era emoción. La ansiedad y la felicidad unidas al ver su móvil y tener en la pantalla un texto o alguna foto de Kageyama haciendo algún gesto comiendo un bollo de carne después del intenso entrenamiento. Incluso poseía-como un ardiente tesoro- una captura del moreno sin playera, con todos sus marcados músculos a la vista, sudado y bebiendo una botella de agua. Fotografía que Shouyo le tomó a escondidas con un "no me agradezcas Kenma", él que estaba comprando con Kuroo en una tienda cercana a su casa, enrojeció impactado al ver su móvil, abrazado por un inexplicable golpe de calor que no pasó desapercibido para su mejor amigo y ex capitán, quien se dedicó toda la tarde a molestarlo para sacarle información de su pseudo-relación-no gay con el armador de Karasuno.

-¡Confiesate!- Kuroo sentado en suelo comía patatas fritas mientras Kenma, avergonzado, se hundía en su sitio - después del partido de práctica si te gusta, solo házlo.

- ¡¿Estás demente?!.-respondió molesto y deprimido-¿no deberías estar en la universidad ahora?.- inquirió. Kuroo elevó los hombros y respondió.

- Soy un alumno ejemplar, Kenma. Que falte a una clase no afectará mi promedio además estoy tratando de ayudar a mi querido amigo de infancia hacer algo que nunca pensé que haría- en una pose dramática observó esperanzado el horizonte- no me importa que te guste un hombre, lo importante es que el amor ha nacido en ti.

-¿No crees que estás exagerando?-se quejó cansado el menor- además ¿cómo podría saber que él...? ya sabes...- tomando su móvil, deslizando el dedo por la pantalla, el moreno concentrado buscó algo en él.

- Necesitamos un poco de ayuda.- Kenma torció al boca en un gesto odioso

-¡¡Ni se te ocurra llamar a Bokuto!!- Kuroo, mirando el techo, haciendo caso omiso a su petición, esperó los tonos correspondientes para que su llamada sea aceptada.

-¡Hey! ¡chibi-chan! ¿Cómo estás?.-el armador sorprendido preguntó

-¡¿Desde cuándo tienes el número de Shouyo?!- Kuroo sonrió de lado, cubriendo el móvil con la mano respondió

#Text #gift #love [KageKen]Where stories live. Discover now