Capítulo seis

1.5K 158 128
                                    

PARANOIA▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

PARANOIA
▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

—Hay dos cosas que envidio de ti —habló Jace mientras ingresaba al departamento. Fue directo al ventanal para contemplar la vista que este brindaba de Manhattan, algo que hacía a menudo cuando visitaba a su hermano y, por mucho que le pese, a su parabatai—. Una de ellas es que tienes al mejor parabatai que pueda existir, el más apuesto también. Y no puedes argumentar sobre ello porque en un segundo le marco a los Hermanos Silenciosos para que me quiten la runa que nos une —lo amenazó dándole una mirada.

Alec negó, ocultando una sonrisa.

—No puedes marcarle a los Hermanos Silenciosos, no tienen teléfono y en caso que lo tengan, tu número estaría bloqueado.

—Y la segunda cosa que envidio de ti es este lugar —prosiguió Jace, ignorando el comentario por parte del ojiazul.

—Este lugar no es mío, es a Ezra a quien deberías envidiar porque él es el propietario —respondió Alec, dejando sus llaves sobre la barra que separaba la cocina de la sala. No le gustaba el silencio que había ante la ausencia de Ezra—. Yo solo estoy aquí aprovechando el tiempo lejos de mis padres y disfrutando el tiempo junto a mi novio, lo que ahora es ridículo considerando que está a miles de kilómetros de aquí.

—Nuestros padres nunca están en el instituto, se la pasan yendo y viniendo a Idris —le recordó Jace, girándose hacia él. Se acercó a la barra y recogió una fotografía que descansaba boca abajo sobre la mesada. En ella estaba William sentado en un sofá, sus ojos azules resaltan tal dos esferas en su piel clara—. Es guapo el bastardo, como su tío Jace e increíblemente parecido a Ezra y a... tú sabes quién.

—Lo es y no lo llames así —lo regañó Alec, buscando por algo para beber en el refrigerador.

—¿No te agrada el pequeño bastardito?

—Por supuesto que sí y deja de decirle bastardo, si Ezra te escucha te pateará el trasero y ya sabes que lo hará. Lo hizo antes, lo hará de nuevo —volvió regañarle Alec señalándolo con el dedo—. William es un niño imposible de odiar, tiene la sonrisa de Ezra, y tal como él, logra convencerme de todo con solo sonreír.

—¿Entonces? —preguntó Jace, ladeando la cabeza para mirarlo a los ojos—. ¿Qué es lo que te inquieta? No te molestes en mentir o excusarte, te conozco y sé que algo escondes. Quiero saberlo porque tú me obligas a contarte todo o eventualmente me descubres mintiéndote. No hagas que le marque a los Hermanos Silenciosos.

Alec viró los ojos y aclaró la garganta.

—Bueno... Un par de días atrás fui contactado por Abraham Dashblood. Él me ha ofrecido llevar la dirección de su instituto en Australia. Claro, mi padre y la Cónsul Penhallow incentivaron, pero... no lo sé —suspiró, mentalmente agotado.

Jace sonrió.

—¿Se supone que es una mala noticia? —cuestionó, alzando las cejas—. Alec, te pasaste la vida soñando con dirigir un instituto. Ahora podrás hacer las cosas a tu manera, todo será tuyo. Cientos de personas anhelan una posición como la que se te ofrece y ni la mitad de cazadores de sombras llegan a obtenerla porque no son suficiente. Tú lo eres. Tú lo mereces.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 20 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Royalty | Alec LightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora