Capítulo 4

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Dejé la limpieza del cuarto para más tarde. Ahora debía ocuparme de limpiar la habitación del engreído antes que me regañara por tardar tanto.
Además tenía que lavar la ropa y de seguro había muchas cosas más por hacer.

Tan solo pensarlo me agotaba. Pero no podía demorarme tanto, así que tomé la escoba y me fui directo a la habitación del engreído.

Definitivamente ese nombre le quedaba perfecto.
Como anillo al dedo.

Toqué su puerta.

ㅡPasa.

Sus palabras eran tan secas y frías.
Pero aún así no me importaba.

ㅡYa vine a hacer la limpieza.

ㅡNo hace falta que lo digas, baka.ㅡ Siguió mirando su revista.

Entré todas las cosas de limpieza y me quedé ahí...parada.

ㅡ¿Qué esperas?ㅡLevantó una ceja.

ㅡ¿No te vas a marchar para dejarme hacer mi trabajo?

ㅡNo. Me gusta ver a los demás trabajar.

ㅡSi serás engreídoㅡMurmuré.

ㅡ¿Cómo?

ㅡNada.

Ordené su ropa y tendí la cama.
Pero era tan incómodo que me estuviera viendo así de fijo.

Era horrible.
Me miraba como si fuera a perderme de vista.

Su mirada era tan penetrante que me sentía intimidada.
Sentía sus ojos ambar clavados en mí. Sin ninguna expresión en su rostro. Lograba ponerme nerviosa con esa mirada.

ㅡ¡¿Puedes dejarme de ver así?!

ㅡHmp...

Fruncí el ceño.
Pero...
¿Hace cuánto tiempo habrá estado con una mujer?
Nanjiroh solo mencionó que era pequeño. Pero no especificó su edad.

Tomé la escoba en silencio.

ㅡEchizen...ㅡLlamé su atención.

ㅡ¿Qué quieres?

ㅡ¿Por qué dijiste que no me confiara de lo que dice tu padre?

ㅡNo te interesa.

ㅡSi no me interesara no te estaría preguntando, baka.

Me miró enojado.
Fruncí el ceño haciéndole frente.

Nos miramos a los ojos.
Al principio traté de lucir enfadada. Pero sus hermosos ojos no me lo permitieron.
Me sedujeron. Me perdí en ellos; me sentía hipnotizada.

Desperté de mi trance. Pero Ryoma seguía mirándome de la misma forma. Tenía una mirada dulce y calida.

Me dedicó una sonrisa tan hermosa que no pude evitar sonrojarme.

Pero en ese mismísimo momento, el muy descarado comenzó a reir.

ㅡGame over, Sakuno.ㅡMe sacó la lengua y se levantó de la cama.

Acarició mi cabeza unos segundos y caminó hacia la puerta.

Yo seguía en shock por esas reacciones.
Me había engañado. Eso no me lo esperaba. Pero aún así...seguía sonrojada.

ㅡ¿Creíste que me interesaría en alguien tan fea como tú?ㅡDijo antes de salir de allí.

Le revoleé con una almohada pero fue tarde.

ㅡMaldito...

Me habia tendido una trampa el desgraciado.
Cree que por ser un poco guapo ya me tiene.
¡Pero no!
Él caerá en mi juego. Ya verá.

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