No Me Arruines El Carrete

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Es la una y cuarto, estoy un poco borracho, y te necesito ahora.
Need You Now, Lady Antebellum.

La ausencia de Cam en mi círculo de amigos de Facebook se hizo notar con el paso de las semanas. Obviamente, ya no estaban sus Me gusta en mis estados ni sus comentarios bien intencionados en las fotografías que subía al muro de mi perfil. Por otra parte, al no tener acceso a sus estados mamones, ya no hallaba esa sensación materna de querer correr a abrazarlo cuando se lamentaba como adolecente de lo dura e injusta que era la vida o cuando compartía un video musical de alguna canción melancólica cortavenas para llamar la atención. Ya no podía estar ahí para él, aunque probablemente nunca lo estuve.
   Los días continuaron por el rutinario caudal de la vida; no verlo online me hizo imaginar un sinfín de situaciones hipotéticas; de solo pensar que mientras yo me zampaba una bolsa de Doritos tirado en mi cama viendo a Hannah Montana, él podría estar posando sus labios en los de otro mino o mina, quién sabe, ¡doble ataque al corazón! La ansiedad me carcomía y en mi mente le daba vueltas y más vueltas como un neurótico que no encuentra salida ni respuestas.
   Me mantuve en ese estado, bordeando lo vegetativo y aislado del mundo exterior, por varios días. Si me pidieran que fuera racional no tendría problema en aceptar que me ahogaba en un vaso de agua, pero aun así esperaba un salvavidas que me rescatara, y fue justo en ese momento cuando sin poder sacármelo de la cabeza, una chica desconocida me escribió por facebook haciendo retumbar los parlantes, ya que solía dejar la música alta. Me levanté a la computadora a bajar el volumen antes de que mi madre llegara a retarme y me encontré con el mensaje:
 
      Hola David, soy el Cam, desde el Facebook de una amiga. Te hablaba para pedirte perdón por lo del otro día, fui un idiota. Estaba confundido y quería saber si de verdad no me gustaban las niñas, ya sabes lo que dicen por ahí《Nunca puedes decir que no te gusta algo hasta que lo pruebas》. Suena mal hablar así de una mujer, o de un ser humano en general, pero prefiero ser sincero. Al menos una vez.  No te voy a mentir, encontraba muy linda a la niña y cuando hice lo que hice me di cuenta de que en verdad no es lo que me gusta. ¡PARA NADA! Ese día en la fiesta no podía sacarte los ojos de encima, lo único que quería era estar contigo en vez de bailando con ella. Tus labios me llamaban mucho la atención, la verdad, casi me gritaban. Me magnetizaron. Si no estás lo suficiente enojado conmigo sería bonito verte el próximo sábado en la disco. Dame otra oportunidad. Porfa. Los adolecentes cometemos errores ¿no?
   Terminé de leer el mensaje más impactada que miss Colombia cuando le quitaron la corona y se la entregaron a miss Filipinas       -pobrecita la colombiana si era tan bonita-. Me subió el rubor a las mejillas (por no decir la celentura propia de la pubertad) y me acaloré imaginando a Cam de rodillas en el suelo pidiéndome disculpas. Sobre todo, me resultaba atractiva y exitante la imagen de Cam de rodillas en el suelo. Cuando logré gobernar mis más oscuros pensamientos, hice lo que estuvo a mi alcance para revertir la situación y poner la mente fría; examiné los daños, hice un análisis de lo acontecido y me volví a encontrar enojado por la mariconada que se había mandado semanas atrás el tal Cam; pero no podía engañar a nadie, me encantaba y no había dejado de imaginarme viviendo en un espléndido futuro con él. Exhalé una buena bocanada de aire y me dispuse a responder como si jamás en la vida hubiera esperado el mensaje.
   -Hola Cam. No sé si pueda ir a la fiesta, tengo cosas que hacer. Te aviso.
   Mi táctica defensiva era hacerle creer que no podrían importarme menos sus amoríos, que era tan insignificante como un pelo en la cola. Además, siendo sincero, mi familia celebraría aquel sábado un asado en la casa de mis tíos, al cual no podía faltar.
   -Me odias, lo sabía.
   -No, no te odio. No soy tan infantil -teclée, esperando que recalcara su lectura en la palabra infantil-. El sábado tengo una comida con mi familia y estaré libre por la tarde, quizás mucho después de que termine la fiesta.
  -podrías venir a buscarme -quería que lo fuera a buscar, conchemimare, ese hombre estaba desesperado y ni más ni menos que por mi cuerpo (con menos kilos que con los que estoy escribiendo).
   -No sé. No creo que pueda...
   -La fiesta termina a las ocho. Puedo esperarte hasta las nueve.
   -No te prometo nada.
   -Al menos eres sincero  -respondió-. Aunque algo me dice que te veré.
                            ***
Nunca había reparado en lo impaciente que me volvería cuando entraba en estado de ansiedad; mientras mis tíos tiraban las longanizas y los filetes de carne a la parrilla , y mis tías preparaban la ensalada de acompañamiento, yo no dejaba de mover mi pierna y morderme las uñas hasta casi dejar expuestos los huesos. El reloj avanzaba rapidísimo pero mi familia a desatiempo; los movimientos de todos eran lentos, aveces erráticos, de solo verlos a esa velocidad de tortuga me asaltaban las ganas de quitarme la piel de la cara y dárselas a todos de comer para que terminaran rápido con la fiestecita y quedar libre para correr a los brazos de este mal hombre.
-¿Que pasa Davicito?- dijo un tío mientras levantaba una botella de cerveza. Su rostro rojo gracias al calor de la parrilla contrastaba con el aire fresco que soplaba.
-De seguro está enamorado- respondió una tía colocando los platos sobre la mesa.
-Yo creo que solo quiere pajearse- se apuntó mi primo Seba. Puse los ojos en blanco esperando las risas de mis familiares, pero solo se escucharon reproches de mis tíos.
    -Nada, estoy cansado y me duele la cabeza- respondí con una profunda convicción interna.
  -En mi cartera ando con unos parecetamol si quieres, Davicito- Mi tía dejó los platos y se acercó para tocarme la cara ante una posible fiebre. Mamá desde su asiento le dijo que no se preocupara, que yo estaba perfectamente bien--. No estas caliente.
  -Aún...- Dijo el Seba, y esta vez todos se largaron a reír.
  -Eres un imbécil.
  -Será mejor que nos sentemos a comer- salvó la situación una tía.
   Una vez servidos los trozos de carne, los engullí sin dejar ni un pedacito en el plato. Apurado me levanté y me disculpé con mis familiares, que de tanta comida y alcohol ni cuenta se dieron de mi silenciosa desaparición. Mi madre era la única que sabía lo que iba a hacer y me incentivó para que saliera corriendo más rápido que Usain Bolt.
   La casa de mis tíos no quedaba tan lejos del lugar de la fiesta, por lo que no necesité de nada más que mis propios pies para llegar a mi destino. Me fui hecho una bala, aunque mi pésimo estado físico se hizo notar; ya a unas manzanas de donde debería haberme esperado Cam bajé el ritmo para que no notara mi sudoración excesiva y la ansiedad por llegar a la hora y verle su carita de Ángel caído.
  En el frontis del lugar no había ni cristo; miré la hora y pensé que probablemente ya todos se habían ido, incluyendo a Cam. La sensaciónde soledad me puso al borde de un nervous breakdown y de una degivolución a Soraya de las teleseries mexicanas. Mantuve la calma y a medida que me acercaba, escuchaba más fuerte el retumbar de la música; Loba, de Shakira, si mi memoria no me falla.
  !La fiesta aún no terminaba!
  Me alegré y esperé afuera, bajo unas escaleras que estaban en la calle del frente pasadas a meado. Típico de Santiago. Agarré unas piedras pequeñas y pegajosas con el fin de jugar a la payaya para hacer hora. De pronto, el oscuro cielo se iluminó con la presencia de Cam, por suerte salió uno de los primeros, como un cachorrito perdido mirando a todos lados buscando a alguien que, sin él saberlo, lo observaba desde la distancia.
  Quedarme ahí, en silencio y no siendo nada más que un observador que, atento, contempla una obra de arte, era tan estimulante que depronto me bajaron las ganas de haber andado con una cámara para grabar aquella mirada. Mi impulso irracional y voyerista me hizo recapacitar y terminé por acercarme. Cuando me vio caminar hacia él pareció alegrarse a tal punto que me atrevería a decir que se le iluminaron los ojos. Me saludó con una voz pomada de cariño y ternura; por mi parte le devolví un saludo seco, pero con interés.
  -Sabía que vendrías- ¿Así que estaba seguro de que volvería? ¿Qué le pasaba? ¿Se creía oráculo el tarado?
  -Por poco no lo hice.
  -¡Pero aquí estás!
  -Muy observador- estar ahí junto a él se sentía diferente a las otras veces. Por un lado, quería golpearlo y mandarlo a la mierda, mientras que por otro deseaba abalanzarme a sus brazos, llevármelo a un lugar oscuro y dejar que nuestros cuerpos hicieran el resto- ¿Tenías algo que decirme?- Hice lo posible por mirarlo directo a los ojos, pero los colores de su iris remecieron mis sentidos.

-Podríamos ir a otro lugar, David, para conversar mas tranquilos- dijo convencido, mientras un grupo de chicas de no mas de 17 años sacaba una cajetilla de cigarrillos y se ponía a fumar al lado nuestro. Las observé detenidamente, todas vestían pantalones pitillos y polerones abultados de colores eléctricos, y llevaban pelos planchados que evidenciaban su alma emo y fanática de bandas punk-indie , como Paramore. Cam y yo intentamos movernos un poco para que el humo no nos llegara directamente a la cara.

-Estoy bien aquí- dije dura y aguerrida. Cuando a una le da la hueá, le da la hueá. David dejando las cosas claras desde el inicio de los tiempos-. y te hice una pregunta, ¿qué querías decirme?

Aparentemente, Cam tuvo un inesperado golpe de energía en sus terminales nerviosos, como si verme molesto le gustara.

-Lo que te dije por chat.

-¿Y eso es todo? -vamos, esperaba que lo dijera en voz alta y así poder regocijarme en su lamento. Me sentía más malo que la propia Quintrala.

-Que me perdones- se acercó un poco y tocó los botones de mi chaqueta de mezclilla. En ese instante quise tumbarlo en el suelo y besarlo-. Que el otro día no sabía bien lo que hacía. Que mi intención no era herirte. Quiero que lo intentemos otra vez, pero ahora de la forma correcta.

Estaba apunto de responder algo cuando escuchamos unas risillas desde el grupo de las chicas fumadoras.

-¿Son novios?- le preguntó la más baja que, me percaté, llevaba colgando un collar de los Jonas Brothers. Creo que esa niña no era tan punk-rock como pensaba.

-Se ven lindos juntos, ¿lo sabían?- pensé en darle la espalda y obviar su presencia.

-gracias- agregué, tímido.

-Deberían besarse- dijo din más.

Mi gesto estupefacto tuvo que haber sido evidente pues Cam sonrió y me agarró por la mandíbula como si esta fuera una extensión de su propio cuerpo. ni permiso me pidió. No sé donde habrá sacado ese arrojo, pero poco le duró,porque al segundo ya estaba sonrojado como cuando a mi mamá le baja la regla.

-Ya, no le pongan color, es un besito no más.

La verdad es que solo nos dio para quedarnos parados uno frente al otro mirándonos a los ojos que seguramente centellaban con ese brillo propio de recién enamorados. Ninguno de los dos atinaba a acercarse y yo, por dignidad, obviamente no lo iba a hacer. De la nada sentí unas manos por detrás empujándome hacia Cam y al parecer él sintió lo mismo porque de pronto, ¡tass!, estábamos cuerpo contra cuerpo con los labios pegados. Intenté zafarme de las manos de la pendeja, a quien odie, pero también agradecí por hacerme besar a mi príncipe azul, un beso bien penca por no decir otra palabra, pero era un beso de todas formas.

-¿ven que hacen linda pareja?- dijo la chica del collar mientras las otras asentían y tomaban fotografías.

-Son mi ship favorito.

-¡Hay que ponerles un nombre de pareja! Como brangelina.

-¿Quién es Brangelina?- preguntó la chica Jonas Brothers que parecía la más joven.

-¡Ay como tan pava, niña! Angelina Jolie y Brad Pitt en sus tiempos dorados.

-¿Qué les parece Camid?- propuso una.

-Obvio que no- respondió otra.

-Dacam.

-Eso suena a Dakar.

-¿Y si les decimos damilo?

-¿Por qué Damilo si él se llama Cam?

-Tonta, Cam es una abreviatura de...

-Okay suficiente- dije, haciendo un esfuerzo por que las cotorras me escucharan. Cam me acarició la mejilla que ardía y les sonrío a las chicas.

Con Cada Espacio De Mi CorazónWhere stories live. Discover now