Capítulo II: Así se construye "el amor"

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El amor para mí, siempre fue un mito, mi papá murió cuando yo tenía 13 años cuando venia del trabajo un carro lo atropello y se dio a la fuga, si esa persona lo hubiera asistido el habría sobrevivido pero no fue así, mi madre no pudo soportar la pérdida de su esposo y dos años después de su muerte decidió suicidarse con pastillas para curar frijoles que en el pueblo eran fácil de conseguir, desde entonces miraba el amor como una dependencia de otra persona y realmente no quise mezclarme sentimentalmente con alguien, la verdad mi mayor miedo no era el amor, pero el sufrimiento que este conlleva cuando se esta muriendo. Claramente a nadie le gusta el olor a un cuerpo pudriéndose y cuando el amor muere apesta de la misma o peor manera que un cuerpo muerto. Cuantas ideas tenía en mi mente antes de conocer a Esmeralda y cuanto cambie gracias a ella solo me demostraron y me siguen enseñando que el humano evoluciona día a día.

Sabía que una relación en secreto con Esmeralda implicaría algo que no estaba acostumbrado y era mentir, no solo mentir como mucha gente lo hace, pero mentir descaradamente a Luisa que era mi pareja, con quien convivía día y noche y cuya amistad había sido uno de mis pilares para nunca rendirme, pero la verdad es que el amor nubla la mente y mentirle en realidad no fue muy difícil cuando mi corazón palpitaba recordando a Esmeralda. El 16 marzo del 2015 Luisa y yo cumplíamos 3 años de relación, algo que realmente yo no ponía mucha mente, normalmente teníamos un cena o un almuerzo y pasábamos toda la noche juntos, para ser sincero Luisa mereció siempre un mejor amor que el que yo le brinde durante todo esos años, pero por algún motivo ella nunca busca algo más, ella siempre estuvo ahí a mi lado. Pero como siempre digo, los humanos tenemos nuestro cambio. Ese año Luisa decidió hacer una pequeña celebración sorpresa, algo que yo sabía con antelación gracias a los mensajes de Esmeralda, ya que ella me conto de ella, la verdad es que ella era de mente muy abierta, tomaba mi relación con Luisa con mucha calma y llegue a pensar muchas veces que el amor existente solo venia de parte mía, que yo había sido de los dos el único ingenuo que había caído en el pozo de sentimientos, pero la realidad es que la juventud de hoy ya no es igual que cuando uno era más joven, ellos pueden calmar un poco más esos celosa que las mujeres de mi edad tenían constantemente. Realmente estaba equivocado con esto, pero en ese momento recuerdo claramente ser ese mi pensamiento. Aún recuerdo a Esmeralda esa noche, ella atraía todas las miradas, estaba espectacular y yo sabía que esa noche mi regalo sería mejor de lo que realmente esperaba. La noche y la celebración fueron nuestros cómplices, alrededor de las 9pm el vino había acabado y le sugerí a Luisa que iría a comprar algunas botellas más y que Esmeralda me acompañaría con la excusa que ella quería aprender a elegir un buen vino, Luisa, que miraba a Esmeralda como su protegida no tuve problemas en aceptar. Desde la casa hasta nuestra licorería más cercana el trayecto tardaba una hora aproximadamente en ir y regresar, así que nos daba un tiempo de estar juntos, no podía contener las ansias de tocar y besar a mi amada ninfa. Había comprado ya anteriormente unas botellas y las tenía guardadas en el auto, así que avanzamos aproximadamente unos 15 minutos de camino y me aparque a la orilla de la carretera, apagamos el automóvil y nos decidimos pasar a los asientos traseros, sus besos eran como un vino de rosas y su cuerpo sabia a un pie de fresa, su olor a vainilla inundaban todo el automóvil y hacer el amor se sentía como una tarde de verano en la playa, cuando el mar está tranquilo y flotas sobre el agua mientras los rayo solares bañan tu cuerpo mezclándose con el agua y liberando tu mente, llevándote al paraíso, Esmeralda, mi Esmeralda era el paraíso. La noche transcurrió como lo planeo Luisa, ella estaba feliz y yo también ahora lo estaba.

Tuvimos luego de esa semana intercambiando mensajes con Esmeralda más que vernos, ya que fue un proceso muy difícil en la empresa, una crisis económica llego al país y con ello nuestras ventas habían disminuido así que como por ley natural mi mente coloco el amor en un segundo plano, algo que Luisa entendía muy bien y me apoyaba, no sabía si era gracias a Esmeralda o algo pero durante esos 2 meses de arduo trabajo, fui ciertamente más cariñoso con Luisa, le llevaba flores de vez en cuando y constantemente dormí abrazado con ella en las noches, en la empresa aún recuerdo un día que me encontraba en el baño, más que hacer mis necesidades era el lugar donde me sentía más conforme para sentirme menos estresado, talvez fue porque durante mi adolescencia el baño fue mi confidente para llorar la muerte de mis padres, entonces ahora el baño era mi lugar para relajarme, para que mis ideas fluyeran y para que nadie me interrumpiera, ese día Esmeralda entro sigilosamente como un pequeño gatito, su aroma era inigualable y variaba entre vainilla y flores dulces, yo me encontraba de pie frente al lavabo y ella me abrazo por atrás, necesitaba sus abrazos, sus besos, su calor, necesitaba sentirme de la manera como ella me hacía sentir como si estuviera en el mar, al principio me preocupe que alguien de la empresa la pudiera ver, pero ella me aseguro que fue muy cuidadosa y que nadie nos vería y en especial Luisa que había salido a realizar unas diligencias, teníamos 20 minutos para nosotros solos, algo que supe aprovechar y que me ayudo a quitarme un peso que tenía sobre mí, más que cualquier acto que podríamos realizar me encantaba solo verla, observarla como una perfecta obra de arte, sus labios y esa hermosa sonrisa con sus dientes perlas tan perfectos, provocaban un alivio a mí, combinado con su penetrante mirada, ella completamente era paz, provocaba terremotos en mi cuerpo y paz en mi alma, podía hacer que lo malo se viera bueno y que lo bueno se viera aún más bueno, besarla me traía paz, así que le propuso que nos escapáramos un fin de semana a la playa, solo los dos y ella acepto.

EsmeraldaWhere stories live. Discover now