Capítulo I: Miradas cruzadas

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    Laprimera vez que mire a Esmeralda, fue el 24 de Diciembre del 2010 en casa de miabuela, su familia se había mudado a mediados del año anterior y dado que teníamucho tiempo de no ir a visitar mi familia no sabía de ella, para esas fechasella tenía apenas 15 años, pero eso no lo llegue a saber sino hasta 4 años despuésque nos volvimos a encontrar, pero en esa ocasión, todo fue solo un chispazo,ella tenía una buena comunicación con mi abuela y esta le había hablado muchode mí, decía que era un orgullo para la familia, pero nunca me sentí de esamanera siempre intente aprovechar cada oportunidad que tenía frente a mí y esome llevo en ese tiempo a mis 25 años a tener mi propia compañía. La noche del24 de Diciembre fui acompañado por una amiga mía, que dos años más tarde llegoa convertirse en mi novia, mi abuela me presento a Esmeralda, tenía la pielcolor canela y un cabello liso y oscuro como una pincelada del cielo nocturno,sus ojos eran café no tan claros pero tampoco tan oscuros, para tener 15 años teníaun cuerpo que la hacían ver de 19 en el menor de los casos, pero su caradesbordaba una inocencia que intrigaba, recuerdo que usaba vestido y era muyeducada, apenas nos dijimos un simple saludo y no volvimos hablar, pero laimagen de ella quedo grabada en mi mente como las tablas de multiplicar. Luisay yo iniciamos la relación un 16 de marzo del 2012, éramos amigos desde launiversidad y era la gerente financiera de mi empresa, veía en ella una mujerfuerte y con un brillante futuro por delante, para mí el amor era solo buscaruna estabilidad y estar en pareja era más que todo buscar a alguien con quienapoyarse, no era una persona creyente en el matrimonio, algo que ella sabia yque estaba de acuerdo, aunque yo sabía que uno de sus sueños era casarse. En elaño de 2013 visite nuevamente a mi familia, pero esta vez mi abuela ya no seencontraba con su joven amiga, me conto que se había mudado a la ciudad aestudiar, está de más decir que desde aquel breve encuentro del 2010 la imagende Esmeralda era difícil de olvidar. En abril del 2014 ya tenía 2 meses devivir con Luisa es mi casa, manteníamos una relación estable y por los momentostodo estaba en su lugar, los negocios iban de maravilla y las inversiones crecíanmás, por lo que Luisa poseía cada vez más responsabilidad dentro de la compañía,haciéndola cada vez más importante para mí. El 15 de Abril recibí una llamadade mi abuela, me agradaba escucharla y siempre tenía tiempo para atenderla,aunque era extraño que me llamara temprano durante el día, "Ocupo un favortuyo" me dijo con su cálida voz, le dije que si ocupaba dinero que solo medijera el monto, fue por ella y mi abuelo que tanto me aconsejaron durante miniñez que pude lograrlo todo, pero no era eso, ella necesitaba que ayudara aEsmeralda con trabajo, el nombre de ella surgió nuevamente y la imagen deaquella niña se vino a mi mente, le prometí ayudarla y que le avisara quemañana llegara a la compañía, que yo encontraría donde colocarla. Como ibasospechar que aquí es donde mi vida daría un cambio de 360 grados. Al siguientedía recuerdo que llovía mucho, la ciudad era un completo caos y sinceramente habíaolvidado que Esmeralda se presentaría ese día a la oficina, salimos con Luisahacia la compañía y lo primero que vi al llegar, en la sala de espera fue aella, más adulta, pero con la mirada igual de penetrante como aquella primeravez que la vi, 4 años atrás, traía el pelo mojado y sonrió al verme, pero quesonrisa, me estaba sucediendo algo que no sabía cómo explicar. Estando en laoficina pude notar su juventud desbordando como si estuvieran cayendo pétalosde rosas, estaba ya ahora seca pero la manera como jugaba con sus manos y se mordíatiernamente sus labios, hacían que me sintiera algo nervioso, conversamos ypude leer en su curriculum vitae su edad, eran 19 años recién cumplidos enFebrero, era una niña apenas, ya que estudiaba Administración de Empresas yLuisa se desempeñaba en esos nuevos labores, decidí que fuera su asistente así iríatomando practica en esos asuntos, "pensé que nunca más lo vería nuevamente" medijo con su voz tierna y dulce, al mismo tiempo que sus mejillas que ponían untanto rojas, "ahora me veras más de lo que creías" le dije mientras tome sumano para despedirme y para luego preguntarme donde había salido eso que dije,no solo por el tono sino por la manera que la observaba, ella era diferente quecualquier mujer que haya conocido, me hizo sentir una aceleración que no habíasentido por alguien, pero rápidamente recordé nuestra diferencia de 10 años y comencénuevamente a laborar. Los días pasaron y ver a Esmeralda cada día en la compañíame inquietaba, mi abuela me llamo agradeciéndome por la oportunidad que leestaba dando a la chica y que esperaba que este año pudiera estar con ellanuevamente para las fiestas, y para ser sincero esta vez mas que antes queríaestar sabiendo que Esmeralda estaría ahí también, por lo que le dije que lo intentaríamucho. Luisa se sentía encantada con ella, desde el primer día tomo granconfianza con ella y la miraba como la hermana menor que nunca tuvo, me hablabade ella y cada día me intrigaba, para ser sincero nunca estuve tan atento a loque Luisa me decía como lo estaba ahora que me hablaba de Esmeralda, ella se habíaconvertido en un misterio, estaba provocando cosas en mí que iban contra mivoluntad. Esmeralda trabajaba arduamente y tenía tiempo para estudiar ymantener su sonrisa siempre fresca en su rostro, era una niña pero a la vez erauna mujer, su cuerpo dibujado diariamente debajo de sus faldas y camisas, asícomo sus vestidos y resaltados por sus tacones y ocasionalmente su pelo recogidoen moño, solo me hacían pensar en ella de un modo sobrenatural, se estabaapoderando de mí solo con verla, nuestros ojos hacían mucho contacto visual ysin necesidad de palabra alguna nos decíamos todo confirmado con la sonrisa quele brindaba cada vez que ella me sonreía y como mordía natural e instintivamentesu labio inferior. Bendita Esmeralda, me hechizaste como nunca imagine. El añopaso sin novedad alguna, la empresa se mantuvo y eso me satisfacía, cumplía unsueño que me costó, pero estaba ahí para mí. Luisa decidió ir donde sus padresa visitarlos en navidad, ellos vivían fuera del país y yo había prometido ir avisitar a mi abuela y mi familia, así que tomamos rumbos diferentes, Esmeraldame pidió el favor de llevarla también para poder ver a sus padres y yo,hipnotizado por su presencia acepte sin excusa alguna. Esmeralda y yo, viajamosjuntos, era un viaje de 3 horas y de una extraña manera ella me ponía nerviosa,sigilosamente la observaba y varias veces ella lo notaba y solo sonreía discretamente,jugaba con su cabello mientras observaba el paisaje verde y fresco que nosbrindaba la naturaleza, le ofrecí poner música en la radio y me mirodirectamente a los ojos y coloco su mano suavemente en mi hombre mientras consus labios dibujaba una sonrisa y posteriormente me daban las gracias, eso duroaproximadamente menos de un minuto, pero en mi recuerdo fue un extenso tiempo.Mi mente tiene la capacidad de alargar cada recuerdo que poseo, los minutos loshace horas y las horas días, los recuerdos siempre tienen en mí, un sabor dulcecomo la miel. Llegamos al pueblo y las festividades pasaron mi noticia alguna,todo fue muy tranquilo pero el recuerdo del año nuevo quedo muy grabado en mí,fue la mejor manera de comenzar el 2015, eran aproximadamente las 12:40amcuando me encontraba en la calle observando los niños jugar y disfrutando deuna helada cerveza, toda mi familia a excepción de los niños estaban dentro dela casa, yo me ofrecí a cuidarlos, la calle se había convertido en una granniebla de pólvora, y en medio de ella una silueta aparecía, tenía un vestidonegro pegado al cuerpo y sandalias que solo hacían resaltar sus bien cuidadasuñas con un barniz rosa pálido, su cabello recogido en cola de caballo y sumaquillaje suave resaltaban sus labios que había bañado con un brillo labialque hacían resaltar esos labios como fuegos artificiales, como estrellas en elcielo, se acercaba a mi mientras mi corazón latía de la misma manera que latiócada vez que construí mi negocio, no, esta vez latía más, suavemente se acercóa mí y beso mi mejilla tan cerca de mi labios que su olor a flores suave ydulce se apodero de mi nariz, grabando ese recuerdo en mi mente para toda lavida, cuando se apartó de mí solo sonrió y me brindo el saludo de año nuevo, lainvite a pasar dentro y por primera vez en meses tome la valentía de hablar conella, sacamos un silla y a ojos de cohetes y pólvora y de sonidos de niñosgritando y jugando, hablamos de todo, le conté mi vida y ella un poco de lasuya, me preguntaba de todo, era muy curiosa y me escuchó atentamente. ¡OhEsmeralda! Dulce Esmeralda, te apoderaste de mi como Roma lo hizo de Europa,todo yo, solo quería todo de ti. Al regresar a la ciudad todo era diferente,estando con Luisa solo pensaba en Esmeralda y eso me preocupaba. ¿puede ser queme enamoraba? Estaba sintiendo cosas por esta niña que bien podría ser mihermana menor y más aun con quien Luisa tenía tanta confianza, el sentimiento teníaque mantenerse ahí, guardado. En la empresa las miradas de complicidad florecíancada vez más, la sonrisa de Esmeralda me debilitaba y a la vez me fortalecía,tome un nuevo respiro y trabajaba más arduamente para poder nublar lospensamientos de Esmeralda e incluso ingrese al gimnasio para poder utilizaresos tiempos muertos que tenía, pero, aunque la situación de la empresa mejoroy mi cuerpo también, mi mente no daba por perdido ese sentimiento que estaba enmí. Esmeralda cumplió 20 años el 12 de febrero y en la empresa decidimospartirle un pequeño pastel y agradecerle por el grandioso trabajo que hacía,ella nos invitó a Luisa y a mí, a una celebración que tendría con sus amigos dela universidad en una discoteca conocida lo cual aceptamos gustosamente y comono lo haría si ahora mi mente solo quería verla bailar, quería verla a ella entodo momento. Ese día Luisa se intoxico con algo que habíamos almorzado yaunque me ofrecí a cuidarla, me insistió que fuera con Esmeralda pararepresentar a los dos, por lo cual termine aceptando y partí hacia la fiesta.¿estaba haciendo lo correcto? No sabía cómo contestarlo, pero esa noche comenzóuna de las mejores historias que he vivido en mi vida. El lugar estaba lleno demuchos jóvenes, al menos más jóvenes que mí, la música estaba de lo más altopero el ritmo se sentía en el aire, me dirigí directo a la barra para ponermeal tono con el ambiente y ya con mi cerveza en mano, busqué a Esmeralda, ellaestaba en la pista bailando con una de sus amigas y sus movimientos hacían quemi corazón palpitara rápidamente, Esmeralda provocaba en mi cosas que yo no sabíaera capaz de hacer o de sentir. Me quedé nada más viendo, hasta que Esmeraldase percató de mi presencia y desde la pista de baile mi invitaba a bailar, perola música no era mucho de mi agrado y sinceramente no sabía cómo bailar de lamanera que yo lo hacía, solo le sonreí y le dije que no, pero ella vino a misin quitarme la mirada directa a los ojos. Su mirada hacia que me derritieracomo cubo de hielo en una tarde de verano. Me dio un beso en la mejilla tancerca de los labios que hizo que mi mente explotara y su olor a vainilla fueralo único que podía respirar, Esmeralda era todo, era joven, era suave, eracalor, era sueño, era envolvente, era todo lo que mi cuerpo y mente quería. Micuerpo se soltó y me deje llevar por el ritmo, si cuerpo y el mío estaban cadavez más cerca y bailábamos abrazados como dos enamorados, ella me mirada a losojos mientras sonreía y colocaba su cabeza en mi hombro mientras de poco a pocoéramos pocos en la pista, habían pasado alrededor de dos horas y mis pies ya noaguantaban, sinceramente ese tiempo en el gimnasio me ayudo con mi resistenciapero incluso para mí que jamás en la vida había bailado 2 horas seguidas eranmuchos, me aleje de ella para ir al baño mientras mi mente solo pensaba enella, en sus movimientos, su sonrisa, su aroma. Tarde más de lo esperado ycuando me disponía a salir escucha que del otro lado, en donde están los bañosde las mujeres Esmeralda me llamaba, apenas y miraba su cara pero sabía que esasonrisa era de ella, me indicaba con las manos que me apuraba y como si unafuerza sobrenatural tomara mi cuerpo rápidamente ingrese a donde ella estaba,no había nadie más que nosotros, y ella me miraba directo a los ojos mientras mordíasus labios, poco a poco me acerque a ella y la tome de la cintura mientras ellaponía las suya sobre mis hombros y lentamente me acerque a sus labios hasta quefinalmente nos besamos, el éxtasis subió de 0 a 100km por hora y la tome de losglúteos mientras ingresamos a una cabina del baño, no hablamos solo nos besamosmientras yo me senté en la taza del inodoro y ella se sentó sobre mi enrollandosus piernas en mi cadera y la seguí besando recorriendo su cuello y sus orejasy todo su pecho mientras mis manos disfrutaban el contacto con sus piernassuaves recién depiladas y cuando estaba a punto de llegar más allá el celular sonóy por el tono sabía que era Luisa, caí nuevamente a mi conciencia y tuve queparar, una parte de mi mente me odiaba y otra me decía que estaba haciendo locorrecto (esta parte solo representaba el 5% de mi conciencia en realidad) medisculpe con Esmeralda y me retire a mi casa, no sé que me pasaba, para mi ellaera una niña pero a la vez la mujer que tanto deseaba y en ese momento no sabíaque hacer más que soñar con esos labios durante toda la noche. La semana transcurriómás que con miradas cómplices entre ambos, las sonrisas eran notable y claroque Luisa lo notaba, pero no hablaba al respecto, cada noche mi cuerpo dormía asu lado mientras mi espíritu amanecía con Esmeralda. El amor había llegado a mivida y cuando llega se estanca en tu mente como una larva de mosca y nace en tucorazón como mariposa, ocasionando una nube de ellas en todo tu ser. El sábado28 de Febrero invente una excusa a Luisa y fui a ver a Esmeralda a su casa,hablamos por un tiempo y destape todo aquella que tenía reprimido confesé esaprimera atracción que sentí hacia ella cuando la vi desde la primera vez y ellatambién confeso haber sentido lo mismo, éramos cómplices de un secreto quellevaba más de 5 años, me confeso como ya había estado con algunos jóvenes desu edad pero que siempre pensó en mí y que nunca había sido feliz con ningunode ellos y como su corazón se encendió con aquel beso siendo este el mejorregalo que había recibido, hablamos de Luisa y como podría lastimarla, denuestra diferencia de edad y concordamos un amor en secreto, uno que solonosotros íbamos a saber, uno que empezó con aquella mirada de noche buena y quecontinuo por muchos años. La noche se hizo corta teniéndola en mis brazos, las sonrisasse convirtieron en besos y los besos en algo más, por primera vez entendí ladiferencia entre el sexo y hacer el amor. Esmeralda era amor, era todo.    

EsmeraldaWhere stories live. Discover now