Encontrar algo no buscado

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Parecía evitarme, evitarme a toda costa casi diciéndome que le daba asco y miren que ese era el mensaje que gritaba Sasuke con esa cara que se cargaba cada que me veía, era increíble la forma en la cual la persona encargada de estabilizar mi salud en su reino, huyera sin importar las implicaciones que repercutirían sobre mí.

Me asomé por el pasillo viendo como su capa me marcaba la entrada de la deidad en una habitación, era tiempo de hablar, llevaba casi un mes ahí del cual unos tres días estaban descontados debido a la indiferencia de Sasuke, aunque para ser franco, el sujeto siempre fue indiferente conmigo.

Caminé de puntas por las extensión del pasillo acercándome a esa habitación en la cual había visto a Sasuke adentrarse, podía oír un sonido metálico digno de alguien que está acomodado unas espadas ¿Cómo lo sé? Tantas veces que vi a Sasuke acomodarlas que el sonido ya estaba previamente guardado en mi memoria.
Tal cual la vez que tuve tan cerca su rostro.

Llegué al casi umbral de la puerta y justo, cuando me iba a asomar, él salió haciéndome dar un brinco tan alto que me hizo caer al suelo de espaldas y cerrar los ojos con fuerza.

—¿Se puede saber qué haces? Te ves ridículo. —Dijo alzando su ceja y mirándome desde arriba.

Apoyé mis codos sobre el suelo semi-acostado y busqué sobar mi cabeza tras el golpe. Abrí mis ojos o al menos intenté hacerlo mientras lo veía parecía molesto pero ¿Por qué? ¿Por qué estaba molesto?

—¡Yo! —Grité buscando que decir y entonces ahí fue que quedé con la boca abierta, no sabía qué decir, qué responder y fue que tras unos segundos recordé la razón por la que estaba ahí. —¿Por qué te alejas?

—No me estoy alejando. —Con esa serenidad que me enferma, me contestó. A veces sentía que Sasuke no decía lo que en realidad pensaba y tan sólo se dejaba llevar por ese rudo papel que se había establecido a sí mismo. —Sólo... —Me sorprendí. Pensé que la frase anterior iba a ser un punto y final de nuestra conversación pero, quería decirme algo, algo deseaba expresar.

Su vista bajó y me preocupé ¿Era algo malo?

Sacándose los guantes de sus manos me enseñó su blanca piel, fue ahí que noté que no era blanca, sino dorada, de un dorado parecido a el que Mitsuki portaba la primera vez que lo hallé tirado en el césped sin saber la razón por la cual había llegado hasta este lado de mi aldea, la del Sol.
Mis labios se torcieron y no pude evitar mirarle con tristeza. Mi mandíbula se apretó y miré hacia otro lado evitando sentir lástima.

—Es... Mi culpa, supongo —Dije aceptando que ese color no era por nada. —Yo... Creo que no soy la persona apta para esta labor. —Una sonrisa algo forzada se formó en mis labios. No pude evitarlo. —Si daño a mi luna... ¿Qué será de la aldea nocturna? Yo...

—No soy tu luna. —Musitó Sasuke y pronto me miró. —Pero tú me ves como tu luna. —Un suspiro salió de sus labios y pronto se acuclilló enfrente de mí. —¿Te gusto? —La pregunta me hizo salir de mi laguna pasando a observarlo estupefacto y alzando mis dos cejas.

—¿Qué? —No analizaba, no llegaba a analizar con certeza eso.

—Que si te gusto... ¿Acaso estás enamorado? —Su voz sonaba amenazadora, como si me estuviera preguntando de un asesinato, cosa que me erizaba la piel de forma que podía jurar que los escalofríos eran tan intensos. Jamás me había detenido a cuestionarme eso, en ese mes de estadía ahí y lo que más me perturbaba era lo directo que estaba siendo. —Contesta. —Sus manos se posaron en mis brazos y me menearon con ligereza.
Un sonido de pánico escapó de mis labios y sentí como la adrenalina aceleraba en mi sistema ¿Por qué tenía este presentimiento de "ser descubierto"? No lo sabía.

—Yo... Yo no... No —Balbucee viéndolo a los ojos, maldita sea, esos ojos me hipnotizaban y me hacían perder la estabilidad emocional que tenía logrando hacerme sentir frustrado.
Mis cejas se fruncieron y pronto quise intervenir en esa incómoda situación. —¿Por qué lo preguntas? ¿A qué intentas llegar? —Mi tono salió casi en ofensa, como si me sintiera profundamente ofendido a pesar de no ser cierto pero, por lo menos bastó, con eso fue suficiente para que Sasuke se apartara de mí y se levantara.

—De acuerdo. Entonces déjame. —Me dijo a forma de demanda y se dio la vuelta comenzando a caminar. Yo en cambio me levanté.

—¡N-No! ¡Espera! —Grité, por alguna extraña razón no quería que se fuera, que me dejara ahí con una duda que me marcaría de por vida a mi punto de vista. —Yo... ¿Te gusto? —Cuestioné arqueando las cejas, si él lo había preguntado era por algo ¿No es así?

—¿De qué te sirve saber es...

—¿Te gusto? —Interrumpí con la respiración fuertemente acelerada.

Él me miró por encima de su hombro y parecía haber reconocido una sonrisa cínica sobre sus labios que me erizó la piel.

—No. —Contestó y tras eso desapareció por el pasillo dejándome a mí.

Quiero comenzar diciendo que la sensación que sentí fue extraña, me hizo caer con sutileza al suelo y me hizo tragar sintiendo un nudo en la garganta. Miré mis palmas y pude notar como mi piel parpadeaba como cualquier luz a punto de extinguirse, cosa que me hizo abrazarme a mí mismo y cerrar los ojos.

¿Qué había sido todo eso?

Midnight •SasuBoru• Where stories live. Discover now