4

1.5K 129 46
                                    

Golpe tras golpe el puño de Niall conectó con la cara de Harry. Una y otra vez hasta que un hilo de sangre comenzó a deslizarse de manera sucia por su barbilla. Casi lucía como Edward Cullen después de beber del cuello de Bella. ¿Está mal si eso me excitó un poco?

Se preguntaran, ¿cómo es que una convivencia escolar terminó en una pelea entre dos adolescente escuálidos?

Bueno, yo me pregunto lo mismo.

Increíblemente Niall estaba ganando, teniendo en cuenta de que el único ejercicio que hacía era levantar el control remoto del sofá y la sentadilla que se veía obligado a hacer para levantarse de su cama e ir al baño.

—¡Niall! —recuerdo haberle gritado al ver el primer rastro de sangre manchando los lindos y blancos dientes de Harry.

Quería correr hacia él, ayudarlo a levantarse del sucio pasto del campo de futbol, pero Abby ya se me había adelantado. Vi de soslayo como la rubia se acercaba, empujando a Niall con sus delgados brazos y ayudando a Harry a levantarse del suelo.

—¡¿Qué está mal contigo?! —exclamó hacia el irlandés con una clara expresión de rabia.

—¿Por qué lo ayudas a él? —cuestiona Niall.

—¿Quizá por qué es mi novio?

—Oh, pensé que solo era tu juguete, después de todo tienes esa fama.

Los labios de Abby se abrieron, formando una "o" casi perfecta con sus labios rojos como una fresa. Ella caminó dos pasos hacia Niall, dejando al castaño ensangrentado atrás. La rubia levantó su mano y los ojos de Niall se cerraron con fuerza, esperando impaciente el contacto de la bofetada, golpe que nunca que llegó.

Antes de que Abby tan siquiera pudiera pensar en tocarlo, yo tomé su huesuda muñeca, con tal fuerza, que mis dedos comenzaron a tornarse blancos.

—¡Sueltame! —exclamó chillante.

—No te atrevas a tocar a mi mejor amigo en tu vida, o voy a arrancar cada cabello de tu rubia cabeza y voy a hacerme una escoba con ellos, para que por fin estés con la basura, justo en donde perteneces. —no titubeé ni una sola vez antes de decirle aquello.

Ella solo me observó, con sus ojos azules bien abiertos. La música se había cortado, y todos permanecían en silencio, mirando expectantes la escena. Una risa floja se escuchó sobre el murmullo de la gente, sin embargo, la risa no le pertenecía a Abby.

—¿Mejor amigo? —era Harry, quien se burlaba de manera jocosa—, no sabía que los mejores amigos se metían mano frente a una escuela entera.

—Cierto, en ese caso Abby y tú también serían mejores amigos ¿no? —fue Niall quien respondió por mí.

—No te metas Horan, o te daré un castigo tal que vas a arrepentirte de tan siquiera abrir la boca.

—Temo que ese es mi trabajo señor Styles.

La monótona y agria voz de una mujer resonó entre la muchedumbre. La multitud se hacía a un lado para abrir paso a la rectora de turno, quien nos observaba a los cuatro con su mirada gélida y sus arrugados brazos cruzados sobre su pecho.

—Ustedes cuatro, vengan conmigo.

Ninguno dudó en seguirla a través de la gente, por los pasillos de la escuela, y finalmente, por su pequeña oficina que en ese momento de la noche, se encontraba a oscuras.

La rectora encendió la lámpara verde de su escritorio, otorgándole a la habitación de caoba oscura una iluminación tenue y amarillenta, casi macabra a decir verdad.

Killing me softly; hsWhere stories live. Discover now