Prólogo.

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"El purpura es el último color del arcoíris, significa que tenemos que confiar y amarnos entre nosotros mismos hasta el final."

Odia la imagen que el espejo le devuelve.

Su pecho desnudo de ropa, pero lleno de marcas rojizas desperdigadas sin orden que se mezclan bastante bien con las cicatrices, sus clavículas mucho más marcadas que antes porque ha dejado de comer bien desde hace un tiempo. Su cabello desordenado y descuidado, sucio y opaco. ¿Hace cuánto no se aplicaba los tratamientos que siempre le gustaron para mantener sano su cabello?

Ya ni siquiera recordaba cómo lucía y se sentía entre sus dedos.

Ni siquiera recuerda qué es sonreír.

Sus labios delgados están resecos e hinchados producto de la noche, convertidos en una fina línea en su rostro sin expresión. Sus mejillas están hundidas ligeramente, no lleva aretes desde hace semanas y en medio de las ojeras por las noches insomnio, en su ojo derecho ya comienza a evidenciarse la hinchazón y el color amoratado del golpe de hace sólo un momento.

Taehyung odia la imagen, odia su rostro cansado y odia no poder hacer nada para cambiarlo.

.- Amor, ven a la cama – la voz le sobresalta ligeramente, pero no se mueve. No encuentra la fuerza para dejar de mirarse al espejo, incluso cuando escucha sus pasos arrastrados por la moqueta de la habitación hasta el baño, donde él está. Aun cuando sabe que no debería ignorarlo, sigue ahí sin moverse - ¿Tae? ¿Qué pasa, amor?

Amor... la palabra muere en su boca, un sabor amargo subiendo por su garganta mientras su rostro entra en la imagen del espejo, brotando tras el marco con un gesto de confusión mezclado con molestia. Taehyung sólo atina a clavar su mirada en la suya a través del espejo, su cabello está igual de desordenado que el suyo, producto de la sesión de sexo que tuvieron hace poco, pero no luce nada sucio ni opaco.

Tampoco hay marca alguna sobre su cuerpo.

.- Oh, amor – el rostro trata de esconder la molestia mientras avanza dentro del baño, sus labios tirando en un gesto casi triste mientras le toma con un brazo y le gira – Lo lamento tanto, de verdad.

Quiere preguntarle exactamente qué lamenta, pero sigue sin hablar. Ahora están frente a frente y no se siente cómodo mirándolo de esa forma. Notando la inusual belleza de sus gestos, la misma que es aterradora cuando se molesta. Sus ojos le siguen en cada gesto, brillan producto del sosiego del orgasmo que le ofreció antes y que Taehyung, incluso internado entre sus piernas y su cuerpo, no alcanzó.

Entonces la mano que antes le sostenía por el hombro sube hasta su mejilla, acariciándola.

.- De verdad lamento haberte golpeado, amor – la voz es suave mientras ahora delinea con la yema de sus dedos su ojos herido, la sangre que brota gota a gota de una diminuta herida en su ceja le empapa los dedos – Pero no me dejaste otra opción, Taehyung. Ya habíamos hablado de ello, ¿recuerdas?

No le queda otra opción que asentir, porque es cierto y porque sabe que ha sido él quien se ha equivocado. Le palpita la herida en su ojo y ceja, siente el calor del orgasmo no alcanzado quemar en su vientre bajo y su piel arde producto de las mordidas y chupones que ha hecho sobre su piel. Pero nada de eso le duele tanto como haber hecho enojar al hombre frente a él.

.- Es que me duele mucho, Tae – sus ojos captan como el rostro convierte su gesto en uno apenado mientras la mano se retira – Eres mi novio y estamos a punto de cumplir un año juntos, no se siente bien que me dejes atrás por irte a hablar con tus amigos.

Taehyung repasa sus labios con su lengua antes de asentir de nuevo, lento. Entonces alza sus brazos y atrae el cuerpo en un abrazo que es firme más no apretado. Quiere pedirle perdón de nuevo y hacer todo lo que estuviese al alcance de sus manos para borrar ese gesto de su rostro, pero no intenta hacerlo.

.- No lo vuelvas a hacer, amor – ruega contra su cuello, prolongando el abrazo con firmeza unos segundos más antes de soltarlo y entrelazar sus dedos – Te amo, Tae y no quiero que estemos enojados porque lo has vuelto a hacer, ¿de acuerdo?

Y Taehyung asiente mientras fuerza una sonrisa, entonces se inclina y atrapa sus labios entre los suyos en un beso suave que va subiendo poco a poco de intensidad. Sabe que tiene que complacerlo de nuevo para que el tema quede finalmente relegado al olvido y Taehyung aprenda la lección; así que comienzan a retroceder sin dejar de besarse, la cama no está muy lejos.

.- Ah... - el jadeo que escapa de los labios contrarios rompe con el beso y Taehyung comienza a repartir pequeños chupetones sobre la piel un poco más clara – Hazme el amor, Tae...

Su novio no le da tiempo de nada antes de girarse y lanzarlo sobre la cama, subiéndose en su regazo y apresándolo entre sus piernas desnudas mientras comienza a acariciar su cuerpo, ahora no con sus yemas sino con las uñas, presionando de a poco.

El estruendoso ringtong de su celular le detiene y Taehyung se tensa bajo él, sabiendo que nada bueno resultara sino son su madre o su padre quien lo está llamando. Él apenas y se estira en su posición para tomar el celular de la mesa de noche, la luz parpadeando sin que el celular deje de vibrar.

El gesto antes sensual se convierte en uno de rabia cuando la foto de quien llama se hace clara a los ojos de los dos.

.- Pensé que habíamos dicho que...

Taehyung traga lento, sabiendo que ha cometido nuevamente un error y ha herido la confianza de su novio. La foto sigue parpadeando, ahí donde se veía a sí mismo con una enorme sonrisa mientras abrazaba sobre los hombros a un chico de cabello negro, piel más clara y sonrisa de conejo. ¿De hace cuánto era esa foto? Estaba seguro que había sido tomada hace más de un año.

.- Eres un idiota, Taehyung – la mano de su novio le golpea cuando nota que sigue mirando la fotografía y entonces la llamada cesa - ¡Has roto mi confianza otra vez! ¡¿Qué hace ese niñito llamándote?! ¡Me prometiste que no volvería a molestarte!

Sí, era su culpa. Porque no había dejado de hablar realmente con aquel chico y había sido descubierto. Fallando como pareja de nuevo. Así que, cuando una nueva llamada insistió, él aceptó en silencio el nuevo golpe sobre su labio para después ver como su novio, todavía rojo por la rabia, lanzaba su teléfono contra la pared, haciendo que cayera al suelo hecho trozos.

La fotografía de él abrazando a Jungkook desapareció tan rápido como llegó.


PurpleWhere stories live. Discover now