Just like animals

Que entre Gakushuu y Karma había una rivalidad ya era algo que lo sabía toda la preparatoria, pero había algo que ellos se tenían bien escondidito: casi todos los días a la noche se encontraban en un hotel, y ya todos sabemos para qué, ¿no?

Ambos sentían una gran atracción física hacia el otro, y aunque sus palabras no eran sinceras, sus instintos y cuerpos si. Los demás no lo podían notar, pero cada vez que los dos jóvenes manipuladores se miraban a los ojos, estos brillaban de manera intensa, incluso mostrando un deseo de poseer al otro.

Ahora mismo se encontraban en el salón de la clase A, estaban en pleno receso, no había chances de que alguien entrara, estar en el salón durante el receso era algo que estaba estrictamente prohibido, y sí, Gakushuu estaba ahí contra su propia voluntad, él nunca rompería una regla, él debía dar el ejemplo a los demás estudiantes.

—¿Podrías dejar de quejarte? Tu voz es molesta. Si al menos me dijeras algo bonito lo dejaría pasar— burló el pelirrojo mientras le picaba la mejilla al pelinaranja, el cual frunció el ceño y apartó de un golpe su mano—. Ah. Ahora te pones de arisco~ Bien que ayer si aceptabas que te tocara.

—Ya cállate, Karma. Tu voz es molesta siempre, menos cuando gemis mi nombre— Gakushuu sobó sus cienes a la par que cerraba sus ojos, él sabía que Karma lo había llevado ahí para algo de lo que probablemente se arrepentiría, sería algo así como un placer culpable—. Mira, lamentablemente te conozco y sé que me trajiste acá para algo malo, así que déjate de tanto blah blah blah y soltá todo.

El de ojos dorados le sacó la lengua y luego soltó una risita que se le hizo muy tierna al hijo del director, logrando así despertar sus instintos, queriendo poseer y dominar al travieso pelirrojo, pero se calmó y lo miró fijo a los ojos, parecía que trataba de ver más allá de estos, aunque eso no serviría con Karma.

—Tan rápido el enojón— se atrevió a volver a picarle la mejilla—. Pues, te traje acá para decirte de que esta noche no podré reunirme con vos donde siempre, ando con compr-- — quiso seguir hablando, pero fue cortado por la demandante voz de su amante.

—¿Qué tipos de compromisos? ¿Con quién?— se encorvó en el respaldo de la silla y juntó sus manos sin despegar sus penetrantes y preciosos orbes morados de los dorados. "Igualito a su padre" pensó Karma y se le quedó observando por un momento, luego reaccionó y respondió:

—Quedé en explicarle matemáticas a Nagisa, en mi casa, por si te pica la curiosidad— Gakushuu asintió con su cabeza y entendió todo rápidamente.

—Hacerlo acá es muy arriesgado, también es una falta de respeto al estable-- —.

—Aaanda~ El tiempo pasa volando, menos charla y más acción— le cortó y luego se acomodó sobre su regazo.

Le dedicó una sonrisa juguetona antes de empezar con un fogoso y ruidoso beso que fue correspondido al instante. El anaranjado apretaba al rojizo contra él y jaloneaba de sus labios mientras que el otro hacia lo mismo, pero con su cabello y soltaba leves gemiditos sobre los finos belfos del otro. Era increíble como un beso podía hacer que la temperatura subiese. Asano gruñó cuando sintió a Karma restregarse contra su entrepierna y comenzar a desabrocharle la camisa, se dió cuenta de que estaba llendo demasiado rápido, se separó y trató de cuestionarle, pero sus labios volvieron a unirse y ahora Karma era el que mordía su labio, pero él era más salvaje, siempre el más salvaje, incluso una vez había llegado a partirle el labio a su rival/amante (gracias a eso Gakushuu descubrió que era algo masoquista).
Karma se separó cuando logro dejarle los labios levemente hinchados y más rojos, sonrió ante la mirada de regaño del otro y volvió a restregarse contra él.

—Karma...— suspiró contra sus labios y tomó firmemente al otro por la cintura para guiarlo.

—Se nota que te estás conteniendo— gimió a sus labios y luego se acercó a su oreja—. Se nos acaba el tiempo, yo que vos me apuro— mordió el lóbulo de su oreja y Gakushuu explotó.