Secreto de Hermanos ©

Capitulo 18 "Acércate, quiero contarte un secreto."

Le devolví la sonrisa.

-¿No Harry? –pregunto Canela.

-Sí. –dijo asintiendo.

Podía notarse la sonrisa en su rostro.

-¿Ya puedo cambiarme de ropa? –pregunto ella. – Me siento extraña con esto.

-Sí, ya terminamos.

-¿Qué harás después?

Mire a Canela que me hablaba.

-Tengo trabajo. –dije frunciendo la nariz.

-¿No quieres ir a comer con nosotros? –pregunto ella.

-Prefiero terminar de trabajar, pero gracias. –dije tratando de sonreír.

-Por fin aquí están. –dijo Harry.

Saco un sobre color madera y comenzó a caminar hacia nosotros.

-Te mostrare la fotos para que las veas y luego le expliques a Liam.

Asentí con la cabeza.

-Yo me voy a cambiar. –dijo sonriendo.

Canela desapareció en la oficina, dejándonos solos. Harry saco las fotografías, era Canela, con la ropa deportiva, comenzó a explicarme que fotografías irían en cual lugar, ya que el cliente había pedido algo específico.

-Te quedaron muy bien las fotografías. –admití.

Me dedico una sonrisa muy amplia sabía lo que le decía y se sentía orgulloso por su trabajo.

-Muchas gracias Lucy.

-No tienes por qué.

-Bueno mejor me voy.

-Adiós Lucy, cuídate. –dijo sonriéndome.

-Tu igual.

Comencé a caminar, en dirección hacia la puerta.

-Lucy… - di la vuelta era Harry.

-¿Si?

-¿Qué paso? –pregunto.

Estaba apoyado en el escritorio.

-¿Cómo? – pregunte no comprendía lo que decía.

-Con Niall…

-No lo sé.

Era lo único que podía responder, en realidad no sabía que había pasado aquella noche se había ido y no había vuelto a ser el mismo.

-¿Se pelearon o algo? –pregunto.

-No, realmente todo iba bien.

Torció el gesto un poco, y negó con la cabeza. El sonido de un celular, nos distrajo Harry contesto y con la mano me ordeno que esperara, asentí con la cabeza y seguí ahí parada.

-Liam ¿Qué paso? –pregunto.

Levanto la vista y me miro.

-Sí, sigue aquí conmigo.

Liam quería que suba, tal vez era eso. Vi como su rostro comenzó a cambiar poco a poco su expresión se volvía cada vez más dura.

-¿Viene para acá?

-No te preocupes no le pasara nada, yo estoy aquí. Le diré que no salga.

Su conversación era tan extraña, ¿Quién venia?, y ¿a quién no dejaría salir?, hablaban de mí. Colgó su celular y boto aire pesado.