Leyendo El Campeón de la Reina versión 2

El Hombre Misterioso

—!Cállate¡ No, me digas así.— espeto Artemisa enojada pero su gemelo solo le sonrió. — Además no fue de mi quien se burlo. —

Nunca habían fallado antes en una misión. Hasta que Percy Jackson desapareció. Era como si hubiera desaparecido de la faz de la Tierra. Estuvo cerca, pero no del todo.

Dos años después de su desaparición, semidioses empezaron a aparecer en el Campamento Mestizo aparentemente solos. Los semidioses dijeron que fueron encontrados por un hombre que les ayudó a llegar al campamento, pero siempre se negaba a entrar al campamento con ellos. Los Dioses tuvieron la esperanza de que se tratara de Percy, pero cuando los semidioses lo describieron, dijeron que tenía el pelo castaño y ojos marrones, terminando con la esperanza del regreso del Héroe del Olimpo.

Después de que media docena de semidioses llegarán al campamento acompañados por este misterioso hombre, los Dioses comenzaron a preguntarse quién era y por qué estaba rescatando semidioses. Incluso el hombre había conseguido llevar a varias niñas al campamento de las cazadoras, desapareciendo antes de que las cazadoras se dieran cuenta de que una nueva chica había entrado en su campamento; algo que enfureció Artemisa inmensamente.

— Esta más que claro que es Percy, lo único que no entiendo es su aspecto. — comento Atenea antes de voltear a ver a la Reina de los Dioses que se veía más que afectada.

— Creo que así se vería un semidiós de Hera, si es que lo tuviera claro. — dijo Hermes en broma casi la mayoría de los presentes sonrieron ante el comentario a excepción de algunos entre ellos Hera que parecía más que molesta.

Cuando Artemisa cuestionó a las niñas de su pasado, generalmente habían sido víctimas de abuso tanto físico y sexual. Dijeron que el hombre apareciera y las rescataba de destinos horribles. Cuando se le preguntó sobre el hombre, las niñas solo sonreían y decía que él era agradable y atento, como un gran hermano que vino a su rescate. Cuando describieron al hombre, las chicas dieron las mismas descripciones qué los campistas, pelo castaño y ojos marrones. La única pista sobre su identidad era el nombre de Blake.

— Recuerdo que me dijiste que te gustaba el nombre de Blake. — murmuró Annabeth para que solo lo escuchara su novio.

A pesar de lo enojada que estaba Artemisa, de que aquel hombre logró colarse en su campamento y pasar desapercibido, no pudo evitar contener una pequeña cantidad de respeto por él. De los relatos de las jóvenes, este trató con hombres abusivos de una manera que era tan parecido a ella.

Zeus ordenó encontrar al hombre y llevarlo al Olimpo para que su identidad fuera revelada. A pesar de sus mejores esfuerzos, ni las cazadoras, ni algún Dios enviado pudo encontrar alguna pista de aquel sujeto. Pero él era un enigma, aparecía  cuando era necesitado por los semidioses, pero desaparecía antes de que pudieran descubrir su identidad.

Las cazadoras estaban actualmente rastreando Echidna y Quimera, estaban a las afueras de Chicago. Mientras viajaban, fueron emboscadas por un pequeño ejército de monstruos que constaban de Cíclopes, Dracaena, Empousai y Perros del Infierno. Un número de cazadoras resultaron heridas cuando fueron tomadas por sorpresa. Las cazadoras restantes trataron de proteger a las heridas, pero estaban empezando a sentirse abrumadas por la gran cantidad de monstruos.

Thalia estaba disparando flechas lo más rápido que pudo, pero los monstruos se acercaban peligrosamente. Ella siguió disparando ajena al cíclope que se acercaba sigilosamente. Artemisa se dio cuenta, pero no pudo llegar a tiempo. Thalia se giro justo a tiempo para ver al monstruo golpearla. Ella cerró los ojos frustrada al ver que no podía hacer nada, pero el golpe nunca llegó. Abrió los ojos para ver una flecha incrustada en la frente del Cíclope antes de que se convirtiera en polvo. Lo que más le sorprendió era que la flecha no era de plata, sino era negro puro.