Las ocho y media y ella todavía no se iba, demonios. ¿Cómo podía echarla sin que fuera demasiado obvio? Le había dicho mil veces que estaba cansada y que no me sentía muy bien, pero ella siempre se ofrecía a pedir comida o mirar una película, todas actividades que nos involucraban a las dos juntas.

¿Y si Jason lograba de alguna manera eludir a sus guardias y llegaba hasta aquí solo para encontrarla a Sacha? Ella puede ser mucho más amable y considerada que su primo, de eso no hay duda, pero sabía que en una situación como esa Sacha lo delataría a Jason en un parpadear; después de todo se suponía que Jason no debía siquiera salir de su habitación.

Además... ¿Qué pasaba si Jason realmente, y de alguna manera milagrosa había logrado conseguir una manera de escapar y ella lo arruinaba?

Estaba a punto de simplemente echarla, inventar una mentira algo acerca de diarrea explosiva o cualquier cosa que la hiciera irse cuando hay un golpe a la puerta.

Me congelo y quiero ir hasta la puerta para decirle a Jason que se vaya cuando Sacha llama.

-Entre.

La puerta se abre y para mi gran alivio es Sammara, la joven Delta trayendo unos ítems de ropa lavados y planchados que yo ni siquiera recordaba haber usado.

Sammara nos hace una reverencia profunda a ambas y silenciosamente se dedica a guardar las cosas en mi ropero para luego volver a irse silenciosa como la buena sirvienta que yo jamás había podido ser.

-Gracias Sammara.- Le dije honestamente cuando la chica estaba por llegar a la puerta.

-¿Sammara?- Llama sacha sorprendida mirando entre las dos y yo la veo extrañada. ¿Qué tiene de raro un nombre?- ¿Puedes venir para acá?

Sammara se detiene congelada en la puerta, pero prontamente obedece y se acerca.

-¿Sacha?- pregunto poniéndome nerviosa, el reloj continúa avanzando y ella sigue aquí. No quería nada más que Sacha desapareciera y, al ver el rostro de Sammara me parece que a ella le gustaría desaparecer también.- ¿Qué sucede?

Pero sacha me ignora.

-¿Sabían que tienen la misma altura?- Pregunta de la nada con un tono divertido y una sonrisa juguetona apareciendo en sus labios. Oh no. Es la misma sonrisa que tiene siempre que está aburrida y se le ocurre algún plan descabellado, como intentar depilarme con crayones derretidos porque lo vio por Internet.

Yo la miro a ella y luego a Sammara, al usar ambas zapatillas planas tenemos más o menos la misma altura.

-Si-admito-¿... por?

-Y hasta sus rostros se parecen un poco...- Ella parece meditar algo y por el rabillo del ojo veo que Sammara aprieta las manos con fuerza. Diablos, ¿acaso ha pasado algo malo que yo no comprendo?

-¡Ya sé!- Dice Sacha con los ojos brillantes.- ¿Qué tal si intento maquillarlas para que se parezcan?

-¿Cómo?- Pregunto extrañada y mis ojos vuelven al reloj en el televisor, las ocho treinta y ocho. Maldición, ella de veras que sabe que algo sucede. Tenía que saberlo si no, no estaría tan insistente.

-¡Si! Vamos será divertido. Siempre salen esos videos en Youtube de gente que se maquilla como Taylor Swift o Gal Gadot, ¡apuesto a que puedo hacer que ustedes dos sean idénticas! Sus rostros ya hasta se parecen un poco.- No sé si ofenderme o no por el comentario, porque suena dolorosamente similar a esos de "todos los Deltas son iguales" en los cuales las castas superiores bromeaban que no podían diferenciarnos.

Sammara permanece callada con la cabeza gacha. La situación la está haciendo incómoda, eso es seguro pero Sacha es completamente inmune mientras busca por sus pinceles y demás cosas.

Vendida al Alpha #Wattys2018Where stories live. Discover now