"Secuestrada" - Joel Pimentel Y Tú FanFic

•°Capítulo 61°•

Maratón 11/?
...

El sheriff me puso las esposas y a Esperanza se la llevaron también junto conmigo.

—¿A donde nos llevan?—

—¿Todavía tienes el descaro de preguntar?—  dijo metiéndome en el auto.

Llegamos a la comisaría, nos llevaron a un cuarto de interrogación, se sentaron nos sentamos y encendieron una grabadora de voz.

—Bien... _________ Howard ¿Cierto?—

—Así es— dije

—Bien, secuestrada, pero... Casi matas a una mujer en aquel bar, y robaste un banco junto al señor Joel Pimentel ¿Me equivoco?— negué con la cabeza.

—Es tu primer crimen, pero aún así tendrán que ambos ir a la cárcel—

—¿Qué? Pero...— me interrumpió

—Explicalo al juez— soltó.

—Que cliché— le dije, la puerta se abrió dejando ver a mi tía Mónica, una rubia, de tez blanca, hermana de mi madre.

—¡________, santo cielos!— dijo acercándose a mi, lo guardias la quisieron alejar, pero...

—NO, la toquen ¿Okay?— dije, luego la abracé como si no hubiese mañana.

—__________, todo esto es una locura— dijo sobandome la cabeza suavemente.

—Sácame de aquí por favor...— me guiñó el ojo.

—Caballeros, tomando en cuenta que son las primeras Bandaladas de mi sobrina, deberían de darle una oportunidad, prometo hacer que se comporte—

—Señora, no lo sé... Es que—

—Es muy joven, no sabe lo que hace— dijo coqueta y este asintió.

—Esta bien, tiene razón su expediente quedará limpio— dijo guiñando el ojo y yéndose de allí.

—¿Como sabías que estaba aquí?—

—¡Mi amor, sales en todas las revistas, periódicos, y noticias! ¡Sabía que no tenía que dejarte a cargo de tu padre!— dijo enfadada.

—Quiero preguntarte algo, ¿Quién es ese tal Joel? ¿Y cual. Es todo su drama?—

—Es muy tarde para explicaciones salgamos de este lugar— les dije, está asintió algo dudosa.

—¿Podrías llevarme al hospital?—

—¿¡Por qué te sientes mal!?— dijo mi tía tocándome.

—¡No! El amor de mi vida está en el hospital— y ella frunció el seño.

—¿Qué?— dijo impactada.

—Llévame, allá te explicaré todo y con detalle— dije casi llorando de rodillas.

—Esta bien, pero me dices jovencita— dijo haciendo unas señas y su limusina estaba ahora frente nosotras, entramos.

—Al hospital, por favor Fletcher— dijo mi tía.